Recuerdos de la ciudad del dolor

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes abre un portal dedicado al Sanatorio de Fontilles para preservar la memoria de la lepra en España


La Colonia-Sanatorio de Fontilles (Vall de Laguar, Alicante) abrió sus puertas en 1909 a un grupo de ocho afectados de lepra para su cuidado. Hoy, 110 años después, abre sus puertas al mundo digital a través de una plataforma desde la que aproximarse a su historia por medio de imágenes, fotografías, publicaciones e historias de vida de quienes padecieron esta enfermedad. El proyecto, dirigido por el profesor de la Universidad de Alicante, Antonio García Belmar y coordinado por Eduardo de Miguel, de la Fundación Fontilles; pretende preservar la memoria de una experiencia colectiva con el objetivo de dignificar la enfermedad y a quienes la sufrieron.

Vista del sanatorio en la década de 1910 / Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

La lepra es una enfermedad causada por un bacilo, Mycobacterium leprae, que se multiplica muy despacio, ralentizando la aparición de los síntomas, en ocasiones, hasta veinte años después. La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Es una enfermedad que puede curarse con un tratamiento multimedicamentoso pero si no se trata puede causar lesiones permanentes graves.

Actualmente su incidencia en España es bastante baja, en comparación con la situación que se vive en otros países como Etiopía, Brasil o India. Apenas once casos se registraron en nuestro país el pasado año 2018. De estos casos, tres afectados eran de nacionalidad española y el resto, de nacionalidad extranjera, ya infectados, que viajaron a España donde fueron diagnosticados y tratados, según explica Eduardo de Miguel, coordinador de proyectos internacionales de Fontilles.

Casi todo en la lepra son datos, mediciones, índices y cuantía de afectados. Sin identidades, sin nombres propios. Enfermos que siempre se sintieron aislados por una sociedad que temía, y aún sigue temiendo, lo desconocido. A los pocos años de la apertura de Fontilles, un muro de más de tres kilómetros de largo se encargó de delimitar claramente la colonia-sanatorio del resto del pueblo. La reclusión y la segregación han estado siempre presentes en la historia de este lugar que se convirtió en un pueblo para aquellos que no tuvieron más remedio que recluirse allí esperando poder ser curados.

Más de tres mil almas han pasado parte de su vida entre las paredes de aquel complejo sanitario. Un lugar que, durante los años ochenta, apostó por la rehabilitación integral de las personas enfermas, tanto a nivel físico, como psicológico, social y laboral. De muy pocos de ellos se conocen sus historias, sus narraciones sobre toda una vida marcada por esta enfermedad y ese ha sido, en parte, uno de los objetivos de trabajo: la recuperación de las historias de vida de algunos afectados.


La lepra y sus metáforas
Marginación, miedo, mito y estigma son palabras que van unidas al nombre de una enfermedad: lepra. Una afección siempre rodeada por un halo de desconocimiento y metáforas de la enfermedad, que ejercieron una función social de control y que solían acentuar los aspectos más repelentes de la misma. Se creó una imagen social de la lepra que posaba el acento en el aislamiento y la estigmatización que vivieron los enfermos que se recogían en sanatorios para su tratamiento médico, como fue el caso de la colonia de Fontilles. Todos ellos son conceptos que han de ponerse en evidencia, criticarse y desgastar, para que dejen de asociarse a la lepra. Y en esa labor de desgaste es, en parte, uno de los objetivos del proyecto Fontilles que se aloja en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes desde hace solo unas semanas.


Historia de un proyecto

García Belmar comenta que la colaboración entre la Universidad de Alicante y la Fundación Fontilles viene de años atrás. Los primeros trabajos que hay, abordados desde la historia de la ciencia, relacionados con Fontilles, son los de Josep Bernabéu, de la Universidad de Alicante, sobre el conjunto, la revista, el surgimiento del sanatorio y su contexto en la España de principios del siglo XX, así como sobre las metáforas de la enfermedad.

Tal y como describe García Belmar, la Fundación Fontilles entró en contacto con la universidad hace unos seis años, para plantear la posibilidad de crear un proyecto museográfico con los fondos históricos del sanatorio para la difusión y preservación de los documentos: “Aquel proyecto quedó en un segundo plano y más adelante volvimos a entrar en contacto con Eduardo de Miguel para elaborar otro para la petición de una subvención a la Sasakawa Memorial Health Foundation”. Ese proyecto era de recuperación y preservación de patrimonio histórico al que se añadía algo que, hasta ahora, no se había tenido en cuenta de manera sistemática, que eran las fuentes orales: testimonios y experiencias de vida de personas que habían padecido la enfermedad. La incorporación de todas estas propuestas hizo que la fundación japonesa se interesara por él y lo financiara. Su papel ha sido fundamental al poner los fondos, pero también ha orientado y dado fuerza a este proyecto, según cuenta Antonio García Belmar.

El proyecto siempre se ha considerado importante, pero había quedado en un segundo plano en otras ocasiones por problemas de financiación. Existen algunos aspectos urgentes como son la conservación del material, que corre el riesgo del deterioro, y también la parte de los testimonios orales. Contra todo ello el tiempo es el elemento apremiante. Como explica Eduardo de Miguel: “Nuestros residentes en Fontilles son personas de avanzada edad y por lógica de la vida existía una cierta urgencia en poder recoger esos testimonios para la posteridad”.

Cuando se presentó la propuesta a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, la respuesta y la acogida fueron muy positivas y generosas y así se ha convertido en un espacio donde alojar todos esos materiales digitalizados con una visibilidad y una difusión que por otros medios no hubiera sido posible conseguir- comenta Antonio García Belmar.

Bajo el título Fontilles y la lepra en España, se encuentra una amplia muestra de revistas, obras, imágenes, testimonios, documentos y objetos del patrimonio histórico del sanatorio, además de un catálogo bibliográfico con las obras conservadas en la Biblioteca Médica de Fontilles; así como las dos revistas publicadas por el sanatorio que fueron, y son, un importante canal de difusión de las investigaciones sobre la lepra.
A todo ello hay que sumarle un banco de unas quinientas imágenes,  seleccionadas del Archivo Fotográfico, elegidas por su calidad técnica y artística. Por último, mapas y gráficos, planos y proyectos arquitectónicos de los edificios del centro.

Recuperar la memoria de los afectados

Pero este proyecto va mucho más allá de la simple conservación y exhibición de años de historia a través de lo material. Este proyecto destaca la importancia y el valor de la preservación de la memoria de las enfermedades y de quienes la padecieron. Y es que, todos los especialistas coinciden, tan importante y necesaria es la educación sanitaria como la educación social, para lograr eliminar el estigma que siempre ha acompañado a la lepra.

“Es la gran batalla”, dice apesarado Antonio García. A juicio del director, la batalla médica, gracias a que existe un tratamiento efectivo y estandarizado, está ganada. Aunque el tratamiento no sea igualitario en países como Brasil o India donde es una enfermedad todavía muy complicada. A pesar de todo, un elemento fundamental que sigue provocando daños, es el estigma. Este hace que la enfermedad se oculte, tanto por parte de quienes la padecen, como por parte de los gobiernos y así lo único que se consigue es alimentarla cada vez más, que avance, progrese y siga haciendo daño. “La lucha contra el estigma es un objetivo de este proyecto”, aclara García Belmar.

Eduardo de Miguel, conocedor de la situación de la enfermedad en otros países, comenta que las actividades de sensibilización que se realizan en Fontilles están vinculadas, principalmente, a dos aspectos: lepra y pobreza y lepra y mujeres. Se hace hincapié en las causas del padecimiento de la enfermedad y su relación con la población más pobre. Se trata de campañas que explican cómo la enfermedad afecta, especialmente, al colectivo de las mujeres en países donde tienen mayores dificultades para acceder a los recursos sanitarios y la lepra les afecta en mayor medida.

III Curso Internacional de Leprólogos (1950) / Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Todavía viven algunos afectados en Fontilles, en concreto veintidós, mejor dicho, ex afectados, como puntualiza Eduardo de Miguel: “Los que aquí viven algún día padecieron la enfermedad, aunque ahora ya no y lo que queda de ella son solo las secuelas. Son personas de avanzada edad que están aquí, no porque estén recibiendo ningún tratamiento, ni estén ingresados, sino que para ellos Fontilles es su casa y han decidido vivir aquí el resto de los días que le quedan.”

Desde el mes de junio de 2016, se han realizado entrevistas a las personas que todavía residen en el Sanatorio de Fontilles y que aceptaron compartir el testimonio de sus vidas. Las dieciocho historias de vida registradas en casi sesenta horas de grabación y transcritas en un documento de varios cientos de páginas han sido analizadas, organizadas temáticamente y preparadas para su publicación en forma de libro. Es muy poco lo que se sabe de las personas que padecieron esta enfermedad que les marcó para siempre tanto física como emocionalmente. El principio parecía sencillo, dice García Belmar, bastaba con preguntar, sí, pero también había que estar dispuestos a aceptar las respuestas de unas historias de vida que están desapareciendo y para las cuales el tiempo juega en su contra.

Resulta esencial prestar atención a estos testimonios, a los sentimientos que de ellos se desprenden. El sonido de estas palabras, su entonación, sus silencios y pausas, absolutamente todo contribuye a comprender qué significó ser un enfermo de lepra entre las paredes de este antiguo sanatorio. Con este proyecto se recupera la oportunidad de recoger y conservar esta parte esencial del patrimonio histórico de Fontilles y de la historia de la lepra en España: el testimonio de quienes se enfrentaron a ella.

Cuando ya has escuchado los testimonios, no solo estos de Fontilles, de personas afectadas por la lepra, en momentos de la historia diferentes o en contexto sociales, económicos y sociales diferentes, al final todos repiten un mismo patrón. Un patrón que está relacionado con su exclusión y con el estigma y se repite en diferentes puntos de planeta. Un aspecto curioso desde el punto de vista de lo particular que es esta enfermedad. – E.M.

Una práctica de los años ochenta

Los primeros estudios realizados con fuentes orales, en España, en el siglo XX, fueron desarrollados a partir de testimonios obtenidos de supervivientes de la guerra civil. Pero el primer archivo de Historia Oral surgió en 1983, el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, con el objetivo de diseñar y elaborar proyectos interdisciplinarios de investigación; captar y conservar documentación y testimonios personales; proceder al tratamiento archivístico de las fuentes para facilitar su consulta y publicar el material documental relacionado con la información obtenida. Otras iniciativas han trabajado en la recuperación de la memoria colectiva de la Segunda República, la Guerra Civil, el Franquismo y la Transición. Desde el punto de vista internacional, el establecimiento como asociación en 1996 de la International Oral History Association (IOHA), ha significado la posibilidad de crear una red de colaboración y de transmisión de conocimientos trascendental para el desarrollo de la Historia Oral. En la actualidad, y gracias a la definición de herencia cultural intangible, realizada por la UNESCO, la tendencia es constituir centros globales que no solo realicen la labor de recuperación y conservación de los testimonios orales, sino que posibiliten la utilización y exhibición de estos.

La historia oral es un elemento esencial para comprender la historia de esta enfermedad. Es una deuda con esas personas que se han mantenido en silencio durante mucho tiempo. Antes de empezar las entrevistas siempre hay una explicación previa a aquellos que quieren participar y ellos finalmente deciden si quieren hacerlo y por qué. En la mayoría de los casos lo que pretenden en dar a conocer su realidad.

Como aclara el director del proyecto, estos testimonios tienen un doble valor y es que, además, aportan información como no lo hacen otras fuentes. Son capaces de descubrir aspectos de la realidad de la enfermedad que las fuentes gráficas o escritas no dan. Hay otra información en ellas que es la percepción particular de la enfermedad, el significado de esta, la explicación que cada enfermo le otorga a su padecimiento. Esa es una información muy valiosa porque incluso ayuda a comprender las consecuencias que tiene estigmatizar a un colectivo por las razones que sea.
Se pretende que el proyecto de historia oral acabe en la publicación de un libro con las transcripciones de las entrevistas que completen los fragmentos de la fonoteca por una razón de peso que explica García Belmar: “Nunca es igual la lectura de los testimonios que la escucha de los mismos. Toda la información contenida en las palabras, la cadencia, el acento, las emociones… todo eso se pierde en la transcripción y por eso creemos que deben complementarse”.

Pensamos que estos testimonios y su salvaguarda podían ser útiles en el futuro para luchar contra la exclusión social y discriminación que sufren otros colectivos. Creemos que esa es la utilidad que puede tener este trabajo para la humanidad, independientemente del valor que pueda tener para investigadores o especialistas que estén interesados en el tema. – E.M.

Visibilizar y sensibilizar como objetivos fundamentales

La lepra es una enfermedad que ha afectado mucho a aquellos que la padecieron y una de las principales contribuciones de este proyecto es ayudar a recuperar la dignidad de la memoria de aquellos que todavía no pueden expresar abiertamente que la sufrieron y ahora están curados.

Ellos lo dicen, realmente la enfermedad era curable y podía hacerse rápido y sin secuelas, ahora bien, el problema es que una vez que fueron diagnosticados, uno es leproso para toda la vida. Esa es la auténtica batalla, no tanto la lucha contra la bacteria causante, sino contra el estigma que ha condicionado toda su vida. – G.B.

El desconocimiento de la enfermedad en la actualidad continúa siendo unos de los caballos de batalla del día a día de especialistas y fundaciones como la de Fontilles. Hay que explicar constantemente que la lepra no tiene la imagen que a la gente suele traerle al subconsciente, de personas con rostros desfigurados, con muchas lesiones a nivel externo. Hay otras formas de manifestarse, que no son tan violentas ni tan visibles, aunque también acaban generando estigma. Lo cuenta quien trabaja de primera mano con una enfermedad con desigual incidencia en el mundo: “La gente piensa que ya no existe, que es una enfermedad del pasado y sin embargo no es cierto. Incidimos sobre este tema de manera especial el Día Mundial de la Lucha contra la Lepra, que es el último domingo de enero, pero en realidad es parte de nuestro trabajo diario”- comenta Eduardo de Miguel.

La gente que se aproxima a Fontilles lo hace desde muy diversos puntos de vista, a veces social, otras histórico, antropológico o incluso arquitectónico. Uno de los fines de este proyecto es que todas esas visiones se vayan entrelazando para lo que es el fin último: la lucha contra la enfermedad, la lucha contra la exclusión social y la defensa de los derechos humanos. Todo está unido y tan importante es para la Fundación la conservación y puesta en valor de los documentos y los testimonios a corto plazo, como la defensa de los colectivos que en el siglo XXI siguen padeciendo la exclusión social por enfermedad. Ciertamente esta plataforma ha de contribuir a visibilizar y sensibilizar sobre esta enfermedad entre la sociedad. Así lo afirman, esperanzados, los responsables del proyecto.

Tras la catalogación, el archivo y la digitalización de todos los documentos, el objetivo es llevar a cabo una difusión del proyecto por medio de varias iniciativas. Una de ellas es la presentación en congresos o reuniones científicas o incluso elaborar alguna publicación. Pero, además, el objetivo es ofrecer la experiencia a otros espacios similares a Fontilles, que cuenten con fondos de archivo, biblioteca, fondos fotográficos y fondos gráficos. Algo así como un asesoramiento para la recuperación de su patrimonio.

Antonio García Belmar comenta que ya hay programado un encuentro con personas que trabajan en entidades similares en Grecia y Portugal y también en Noruega e Italia. El objetivo es crear una especie de consorcio, intercambiar experiencias y llevar este modelo de trabajo a otros lugares donde pueda aplicarse.

Eduardo de Miguel aclara que este no es un proyecto que aparece de manera aislada, sino que surge en un contexto, de trabajo global, en el que otras instituciones a nivel europeo y mundial están intentando rescatar del olvido y de la destrucción todo ese patrimonio material e inmaterial, a través de los testimonios de los enfermos. Europa, Asia y América Latina, principalmente, están creando unas conexiones que están generando un proyecto vivo y dinámico. El fin es que todo aquello que sea posible preservar y conservar, que esté vinculado con antiguas leproserías, quede a disposición de la humanidad, en general, para lo que pueda ser útil. “Yo quiero pensar que esto empieza aquí y que va a ir generando un tipo de redes de antiguas leproserías que en un futuro puedan acabar incrementando ese patrimonio digital a través de la Miguel de Cervantes, o desde otra plataforma”,comenta con entusiasmo De Miguel.

Después de cuatro años de trabajo,de los cuales dos de ellos han contado con la financiación de la Sasakawa Memorial Health Foundation, se ha logrado la formación de una plataforma a la que es interesante asomarse, para conocer más sobre una enfermedad, a la que el conocimiento científico y médico, ha hecho menos dolorosa y peligrosa. Sin embargo, el conocimiento social e histórico aún no ha conseguido mermar las falsas creencias y mitos que sobre ella perduran hoy en día. Quiera que proyectos como este lo consigan y palabras como las de Salvador Sellés, plasmadas en un poema en 1912 que lleva por título Lepra, no se repitan:

¡Oh la lepra invisible y demoníaca!
Ella acecha y ataca: nos envuelve en sus redes y sus lazos, nos invade ganando vena a vena, nuestra sangre envenena y desprende los miembros a pedazos.

Antonio Peñalver: «Lo novedoso de este proyecto es que los modelos de predicción económica pueden aplicarse también en medicina con resultados muy interesantes»

El profesor de la UMH participa en un proyecto de investigación, en colaboración con la Universidad de Murcia, denominado Desarrollo y estudio de algoritmos para búsqueda del mejor modelo econométrico en problemas de ciencias de la salud.

Antonio Peñalver, subdirector del Grado en Ingeniería Informática en Tecnologías de la Información de la UMH, lleva ligado a la universidad más de una década, aunque fue el pasado 2018, cuando consiguió su plaza como profesor titular. Además de sus clases a alumnos de grado, la participación en proyectos de investigación es la segunda vía por la que este profesor, nacido en Orihuela (Alicante), desarrolla su carrera profesional. Actualmente lo hace en un equipo multidisciplinar formado por investigadores de la rama sanitaria, otros de estadística y matemáticas y dos de la rama de informática-él es uno de ellos- en un proyecto en el que economía y salud están íntimamente relacionados, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.  

Los modelos econométricos predicen magnitudes económicas a partir de cambios en las variables del modelo. La subida de un tipo de interés y las modificaciones de esas variables pueden dar al traste con la economía de un país. En ciencias de la salud,  la aplicación de estos modelos, pueden ayudar a una pareja a mejorar sus condiciones fértiles de cara a poder concebir un hijo. Un problema, el de la infertilidad, que afecta en España a unas 800.000 parejas. Actualmente el 3% de los bebés españoles nacen mediante reproducción asistida. Cuando finalice este proyecto, dentro de algo más de año, los profesionales de la salud podrán trabajar con una herramienta que les proporcionará datos precisos para reducir este problema. Se trata de un proyecto innovador, el primero de este tipo que se lleva a cabo en una universidad, que puede ser útil cuando sea posible su aplicación real en hospitales.

El profesor Antonio Peñalver

P. ¿De dónde surgió la idea del proyecto? ¿Hay algún antecedente sobre esta investigación?

R. Hay otros proyectos que aplican modelos econométricos a problemas de salud en aspectos muy puntuales, pero un algoritmo que encuentre el mejor modelo econométrico es novedoso, no se había planteado antes. Es lo que hace diferente a nuestro proyecto y lo que determinó que contáramos con la financiación necesaria.

P. En este proyecto están presentes cuatro aspectos de las ciencias de la salud, vinculados todos ellos a problemas de reproducción humana ¿Por qué los problemas de infertilidad?

R. Porque las personas que han mostrado interés en trabajar con estos modelos han sido profesionales de estas ramas. No es que los algoritmos y técnicas que presentamos y con las que trabajamos solo sirvan para estos problemas, es simplemente porque algunos miembros del equipo habían trabajado previamente en investigaciones similares y estábamos en contacto con algunos equipos de trabajo que desarrollaban sus acciones en esta temática.

P. Cualquier problema de salud latente, ¿podría beneficiarse de los avances de esta investigación?

R. La idea es que, el programa, una vez entrenado, sea capaz de encontrar el mejor modelo que explique datos de cualquier tipo y pueda aplicarse a cualquier problema relacionado con la sanidad, no solo a los relacionados con la infertilidad, claro

P. Se trata de poder ofrecer al paciente un tratamiento personalizado ¿de qué manera?

R. Pretendemos que un investigador, que tiene una base de datos de pacientes, utilice una interfaz de usuario sencilla en la que crea un proyecto. Para darle forma al mismo, sube una tabla con los datos que recoge de cada una de los pacientes, etiqueta cada una de las variables que va a tratar, e incluso puede poner condiciones al modelo, marcando algunas de ellas como obligatorias. Luego el programa recoge toda la información, hace una llamada al equipo que hace los cálculos y, dependiendo del tamaño del problema, esta decide si lo resuelve desde un computador normal o desde un supercomputador. Dependiendo de la complejidad, los resultados pueden estar listos en unas horas o pueden tardar incluso un día. Cuando el programa detecta que ya se ha hecho el trabajo, envía un correo electrónico al investigador para que los consulte y analice.

«El objetivo final es que el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar»

P. ¿Cómo es esa interfaz?

R. “Hemos creado una interfaz de uso sencillo donde pueden introducirse las variables”, usarlas, etiquetarlas y controlarlas según sus necesidades. Una herramienta para el profesional donde puede realizar pruebas. Lo que él observa es una interfaz de usuario gráfica donde puede apreciar qué consecuencias tiene introducir un determinado shock en una de las variables.

Interfaz de usuario. Pantalla de inicio/ Fuente: Antonio Peñalver

Contiene el número de resultados de la aplicación, el número de proyectos de la aplicación; número de modelos de la aplicación; número de usuarios de la aplicación.
Gráfica circular, mostrando los proyectos y los modelos de la aplicación por mes y por año.
Gráfica de barras, mostrando un ranking entre el número de proyectos y el número de modelos.
Tabla con los últimos resultados de los proyectos de la aplicación.

P. ¿Qué supone la introducción de este shock?

R. Muy sencillo. Queremos saber qué le sucede al paciente si se le sube la dosis de antibiótico, ese el shock, el aumento de esta variable. ¿Qué pasa entonces? ¿mejora su presión arterial?- que es otra variable- ¿desciende la temperatura?- otra variable- ¿o sigue todo como hasta ahora? Lo bueno es que se pueden hacer averiguaciones previas a cómo se comportará un cuerpo ante modificaciones en la dosis de un medicamento, por ejemplo. Comprobar cuál será la respuesta del paciente y decidir después si llevar a cabo el tratamiento. El objetivo final es que el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar.

«Esos modelos que se han utilizado tradicionalmente en economía no se le había ocurrido a nadie emplearlos también en medicina. Algo que se lleva haciendo hace más de cincuenta años en el ámbito de la economía puede aplicarse a un contexto diferente»

P. Han necesitado la colaboración de especialistas en supercomputación y de una infraestructura muy concreta ¿Cómo es trabajar con una supercomputadora?

R. Trabajamos con una supercomputadora situada en la Universidad de Murcia, en un centro específico que cuenta con esta infraestructura, aunque la parte de supercomputación es solo una parte del proyecto.En esta investigación se manejan una cantidad de variables muy altas lo cual dificulta la búsqueda del mejor modelo econométrico. Requiere una capacidad de cómputo muy alta, hasta el punto de que un ordenador normal puede no ser capaz de proporcionar una respuesta en un plazo de tiempo determinado. Ahí entra la función de la supercomputación. Al final, “esta máquina no es más que un ordenador que tiene muchos procesadores y es capaz de repartir el trabajo a realizar entre todos ellos, por eso los resultados se obtienen en menor tiempo. Es capaz de probar millones de algoritmos diferentes para encontrar el mejor modelo, la mejor solución a cada uno de los casos”.

P. ¿Qué cantidad de datos y operaciones pueden hacerse al día con ella?

R. La cantidad de operaciones que realiza uno de estos supercomputadores se mide en Mega Instrucciones por Segundo (MIPS) y depende mucho de la naturaleza de la máquina. Pero lo fundamental es el número de procesadores que tiene. Aunque, en realidad, ese aspecto para el equipo no es relevante porque nosotros no innovamos en supercomputación, simplemente lo utilizamos para que haga cálculos a la mayor velocidad posible.

Supercomputador Ben Arabí
Parque Tecnológico de la Universidad de Murcia/Fuente: Gabinete de prensa UMU

P. ¿Cuál es el papel del médico o facultativo en esta cuestión?

R. Sus conocimientos son esenciales para trabajar con todas las variables. Nosotros no somos expertos en medicina y no sabemos qué modelos hay que emplear. El que debe tener una intuición sobre lo que puede afectar o no al paciente es el facultativo. El perfil del especialista al que va dirigido es el de un investigador y no tanto un facultativo de atención primaria. El objetivo final es que, el profesional de ciencias de la salud tenga una herramienta a la que introduce los datos y ésta le encuentra el mejor modelo a aplicar.

«No buscamos una patente de software con la que enriquecernos.
Lo que queremos es que cualquiera que lo necesite lo pueda utilizar
«

P. Todo se basa en la aplicación de modelos econométricos a problemas de salud ¿se podría concluir que son dos aspectos (economía y salud) que no están tan distanciados como pensamos?

R. Para mí, los conceptos son claramente distintos. Lo novedoso de este proyecto es que herramientas similares pueden utilizarse para problemas parecidos. Esos modelos que se han utilizado tradicionalmente en economía no se le había ocurrido a nadie emplearlos también en medicina. Algo que se lleva haciendo hace más de cincuenta años en el ámbito de la economía puede aplicarse a un contexto diferente.

P. ¿El proyecto será aplicable en hospitales con financiación privada o también los integrantes de la Seguridad Social?

R. A cualquiera que esté interesado. Como investigadores lo que nos preocupa es darle difusión al proyecto y no hemos pensado en la aplicación real en ningún centro en concreto. Obviamente, lo que queremos es que cualquiera que lo necesite lo pueda utilizar. No buscamos una patente de software con la que enriquecernos.

Las mujeres que han sacado los colores al Pórtico de la Gloria

La ciencia devuelve el esplendor al monumento gallego gracias a un revolucionario proyecto de trabajo con gran protagonismo femenino

Monserrat, Olga, Cristina, Marta y Estefanía, son algunos de los nombres propios del equipo de restauradoras que, tras diez años y más de cincuenta mil horas de trabajo, ha logrado recuperar la riqueza colorista de la obra del Maestro Mateo. Un proyecto coordinado por otras dos mujeres, Ana Laborde y Noelia Yangüas del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE). En este proyecto el género femenino es el protagonista.

La Fundación Catedral de Santiago realizó en 2015 un proceso de selección de titulados en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, así como licenciados en Bellas Artes especializados y con experiencia en materiales pétreos y policromados, con especial atención al manejo de equipos láser. Junto con las coordinadoras, se organizó un equipo de doce especialistas, de los cuales, nueve fueron mujeres.

Una profesión de género femenino

La figura del restaurador vive, aún en la actualidad, una situación de infravaloración y de intrusismo. Más complicado aún puede parecer, si el profesional es una mujer, aunque la propia Laborde comenta que ella nunca lo ha sentido así.
Para ella el problema es que hay una baja valoración cultural en general. En la restauración ocurre que existe una devaluación total del término y un desconocimiento total del trabajo realizado, independientemente de que lo haga un hombre o una mujer. De hecho, ellas son más más numerosas en esta disciplina. El trabajo del restaurador tiene un género predominantemente femenino- indica Ana Laborde.

Es cierto que en ocasiones cuando se trata de materiales pétreos o de mosaicos, que son materiales más pesados, la presencia de los hombres es más frecuente, pero el tipo de material no suele excluir a la mujer de realizar un trabajo. Lo verdaderamente complicado para una mujer- cuenta Laborde- es trabajar para empresas en proyectos con un plazo corto de ejecución, a veces en situaciones climáticas extremas, que requiere una movilidad geográfica, cuando se trata de querer conciliar con la vida personal y familiar.

Un proceso minucioso y respetuoso

El equipo de trabajo ha estado integrado por especialistas en pintura o policromía, químicos, físicos y ópticos especializados. Cada uno se ha encargado de una técnica distinta y posteriormente de interpretar los resultados de los análisis y las mediciones. El análisis de las policromías, desde un punto de vista multidisciplinar con la tecnología puntera que traen estos laboratorios, se ha traducido en poder conocer detalles de cada una de las piezas, tales como la policromía original, las restauraciones posteriores a las que se sometieron o incluso la incidencia de los agentes contaminantes.

  1. Microscopio óptico OLYMPUS BX41con cámara acoplada.
  2. Microscopio estereoscópico con cámara digital acoplada. LEICA. S6D.
  3. Microscopía electrónica de barrido- microanálisis mediante espectrometría por dispersión de energías de rayos X (SEM-EDX).
  4. Microscopio electrónico de barrido Quanta 200 de FEI.
  5. Cromatógrafo de gases-espectrómetro de masas.
  6. Cromatografía líquida de alta resolución. Agilent Technologies. 1200 Infinity.
  7. Espectroscopio FTIR. PerkinElmer. Spectrum One.

Como explica Laborde, de los diez años que ha durado el proyecto de restauración, aproximadamente la mitad, ha sido trabajo de documentación, estudios y pruebas. Además, durante las actuaciones sobre el monumento, estos no cesan, siendo un proceso sin fin que acompaña al trabajo in situ.

Mapa de daños del Pórtico de la Gloria- Fuente: Fundación Barrié

A la investigación previa hay que sumar, entre otros, los exámenes con microscopio estereoscópico en zonas estratégicas. Las muestras tomadas, analizadas en el laboratorio, han permitido conocer el número de capas de color que tenía cada una de las esculturas del pórtico, sus transformaciones químicas con el paso de los años e incluso los productos empleados en restauraciones llevadas a cabo sobre el monumento en los últimos años. Todas las muestras se han documentado gráfica y fotográficamente y se ha realizado una carta de correspondencia de policromías, una carta de colores y una reconstrucción gráfica de cada una de las piezas estudiadas.

Una restauración no es una simple operación estética. Cada intervención es un proyecto de investigación- Ana Laborde, coordinadora del proyecto.

Los datos que se han extraído de los morteros, las juntas o la policromía, han sido gracias a algunos métodos científicos, como el empleo de endoscopias, que han permitido conocer la situación y el estado de los ensamblados y anclajes que a simple vista no se podían conocer.

Mucha gente desconoce que los restauradores tienen una formación y unas necesidades científicas reales para desarrollar su trabajo. La imagen del restaurador, encerrado en su taller, más cercano al perfil de artista artesano, ya no existe. Cada intervención es un proyecto de investigación que entraña mucha complejidad. Cada obra es un documento del que extraer información y para ello se requiere la colaboración de químicos, físicos, biólogos. Es una forma de trabajar y es el único modo de ejercer una buena práctica.

A la pregunta de si se siente más una historiadora o una científica, Ana Laborde responde sonriente que se siente un poco de las dos, casi de una forma indivisible.

El arte y la historia, en la restauración, deben caminar indiscutiblemente de la mano de la ciencia.