«Disponer de agua para regar hoy va a depender de la evolución del clima»

La directora del grupo de investigación Agua y Energía para una Agricultura Sostenible de la UMH, Herminia Puerto Molina, alerta de la falta de actuaciones en el mantenimiento de los recursos naturales

Herminia Puerto Molina. Imagen cedida por la profesora.

La zona de la Vega Baja se encuentra en el sureste peninsular. Se caracteriza por un clima mediterráneo seco, con un volumen de precipitación muy bajo. Además, en la Vega Baja se concentra una importante actividad agrícola, gracias, en parte, a las aguas del polémico Trasvase Tajo-Segura. Sin embargo, la situación podría cambiar con los efectos del cambio climático. La profesora Herminia Puerto Molina llama a la acción inmediata, individual y colectiva, para paliar los efectos de este calentamiento global y preservar los recursos del suelo, el agua y la agricultura.

1. Actualmente ¿a qué problemas se enfrentan los agricultores de la zona?

Los grandes problemas que tienen son, por un lado, la falta de relevo generacional; por otro, no se conocen bien las posibilidades que tiene la automatización, para mejorar la eficiencia del riego de los cultivos. Los agricultores podrían hacer algún tipo de inversión en automatización en regadío tradicional porque no son excesivamente caras. Sin embargo no es una inversión que sea fácil de acometer por la gran falta de relevo generacional en la agricultura.

2. ¿Qué otros problemas existen en esta zona que puedan agravar la situación de déficit de agua?

Otro de los problemas es la tendencia al abandono de las tierras y, si se quedan desnudas- sin vegetación-; si no se consigue dejarlas de alguna manera preparadas para que las lluvias no arrastren el suelo, esto significará pérdida de suelo y la escala de formación del suelo es de milenios. Es un recurso que, si se pierde, va a ser muy difícil recuperar.

Además, está la falta de superficie de evaporación en la costa o zonas cercanas a la costa. En verano, las brisas marinas que se forman en la costa van cargadas de humedad. El sentido de la brisa es del mar hacia tierra. A lo largo de ese recorrido la brisa o el aire cargado de humedad se eleva. Si se encuentra en la parte de tierra con zonas húmedas (un lago, saladar, zonas regadas), la evapotranspiración contribuye a aumentar la humedad y se desatan las lluvias o las tormentas de verano. Si en la zona de la costa no tenemos áreas con zonas húmedas, ese aire pasa por encima de las montañas y se ha perdido la oportunidad de tener una tormenta de verano.

3. Esta zona recibe aguas trasvasadas, ¿por qué este trasvase del Tajo-Segura es, prácticamente, el más polémico de España, aunque hay muchos?

En España hay del orden de 15 trasvases. El Tajo-Segura es el último gran trasvase que se ha hecho en España. Y es un trasvase que ha traído agua de Castilla la Mancha, que en su momento no tenía un gran desarrollo agrícola, a una zona que sí que ha florecido con el agua del trasvase. Ha dado lugar a una industria agroalimentaria de gran valor añadido. Es problemático porque trae agua de una zona donde realmente lo que se ha ido produciendo a lo largo del tiempo es despoblamiento a una zona que ha florecido con la agricultura.

Fotografía del Trasvase Tajo-Segura en Murcia. Fuente propia

<<Es un recurso [el suelo] que, si se pierde, va a ser muy difícil recuperar>>.

4. ¿Podría disminuir el volumen del agua trasvasada, como uno de los efectos del cambio climático?

Las previsiones que hay para la zona de la Comunidad Valenciana, o en general para la zona mediterránea, son una disminución de las lluvias en la parte interior y que aumenten, o que aumenten ligeramente o se mantengan, en la zona de la costa aunque serán de tipo más torrencial. Con lo cual, habrá bastantes problemas en el tema del arrastre y pérdida de suelo por erosión hídrica. Donde están el nacimiento del Júcar y del Segura es donde está previsto que disminuyan las lluvias. Así que, seguramente, los caudales de estos ríos disminuirán con el tiempo.

En el caso del Tajo, si, efectivamente, el caudal de los ríos que abastecen a esos embalses de cabecera (Entrepeñas y Buendía) disminuye, el número de días o meses que el volumen en los embalses sea menor del necesario para poder hacer un trasvase aumentará.

5. La Vega Baja es una zona con alto riesgo de DANA. El incremento de las DANA que se prevé por el cambio climático ¿también podría afectar negativamente a toda la zona de regadío y ayudar justamente a esa pérdida de suelo?

Las inundaciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Conocemos la pérdida de bienes, destrucción de infraestructura… Pero también puede tener un efecto beneficioso porque lava los suelos y, en una zona como la Vega Baja con tendencia a la salinidad, donde suelos y los acuíferos son salinos, las lluvias como las DANA podrían lavar los suelos y favorecer a la pérdida de la salinidad. Es un tema que está por estudiar. Yo creo que sí que sería interesante tener al menos un proyecto de investigación que se centrara en eso.

6. ¿En su opinión, habrá que despedirse de los frutos típicos de la zona: granadas, limones, naranjos y alcachofas?

Los cultivos en la Vega Baja han ido cambiando hacia cultivos de invierno, como la alcachofa, porque durante el invierno las necesidades de riego son menores. Si los agricultores no van a poder tener agua para llevar al final el cultivo, cambiarán a otros o dejarán de cultivar, aunque los granados podrían funcionar bien sin mucha agua.

7. ¿Qué soluciones existen más allá del trasvase? Se ha comentado mucho la importancia de la depuración de las aguas de Madrid para aumentar la cantidad de agua que llegue al trasvase. ¿Y sobre la desalinización como posible solución?

Si miramos los porcentajes de uso del agua, en España el 70% se dedica a regadío, la agricultura es la mayor consumidora de agua. Luego entre 18 a 20% se dedica a la industria, y entre un 10 y un 12% se dedica al abastecimiento urbano. Aprovechar un 90% de ese 10% de agua depurada es un 9% del total, es decir, podemos incrementar un 9%el uso del agua. Es más interesante usar las aguas depuradas por los nutrientes que puede llevar: los nitratos y los fosfatos, porque son macronutrientes.

Sobre la desalinización, el problema es que la relación sodio-calcio del agua del agua desalinizada no es buena para el regadío porque favorece la sodificación del suelo. Además, el porcentaje de rechazo del boro de las membranas es bajo, con lo cual son aguas ricas en boro, que es un tóxico específico para los cultivos. En mi opinión, no tendría que contemplarse como recurso habitual.

8. Como experta en eficiencia energética, ¿qué recomendaría a los agricultores de la zona como soluciones?

Yo intentaría incrementar el contenido en materia orgánica del suelo, porque un kilo de materia orgánica es capaz de retener hasta 10 L de agua. Se puede hacer a base de enmiendas orgánicas, a base de abonado verde o de acolchado de material vegetal como paja o astillas de madera. Y porque disminuye la emisión de óxidos de nitrógeno, que son también gases de efecto invernadero.

<<Es importante que nos pongamos las pilas y que se actúe de forma contundente>>.

9. ¿Qué papel juega la sociedad en esto: pérdida del suelo, malos usos del agua…?

Si la sociedad piensa que producir alimentos en nuestro territorio es importante, que es un valor que tenemos que preservar y que es importante que se pueda seguir produciendo alimentos en nuestro territorio, entonces deberíamos poner los medios para que se pueda seguir haciendo. Si nos da lo mismo como sociedad, pensamos que ya lo importaremos de otro sitio porque tenemos capacidad económica para comprarlo de otros países, pues, al menos, estaría bien tener un plan de reversión de las tierras a su estado, más o menos, natural para no perder el suelo. Porque a lo mejor dentro de algún tiempo, las generaciones venideras pensarán que es importante comer.

10. ¿Qué opina de las acciones que se están tomando a nivel nacional y europeo? ¿Son suficientes? ¿Qué otras acciones recomendaría tomar?

Tenemos ya muchas evidencias del cambio climático. Hay que tomárselo en serio, hay que empezar a actuar ya, cuanto antes mejor, porque se nos está cerrando la ventana de posibilidad de actuación contra el calentamiento global. Hace falta más acción, más compromiso. No es una cosa solo individual; es parte individual sí, y parte colectiva, parte de los gobiernos. Tenemos que ser más exigentes con los que toman las decisiones. Necesitaríamos tener un pacto global, lo mismo que se hizo con el agujero de ozono. Que se utilicen soluciones basadas en la naturaleza para infiltrar las aguas de lluvia que caen en las zonas selladas, que los usos del suelo no sigan cambiando y que no aumenten las superficie selladas y construidas. El efecto del cambio climático no se va a poder evitar: sequía en el Mediterráneo e inundaciones en el centro de Europa y ambas tienen el mismo origen. Es importante que nos pongamos las pilas y que se actúe de forma contundente.

Proteger las plantas, proteger la vida

A finales de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2020 sería el Año Internacional de la Sanidad Vegetal en un esfuerzo por poner en valor una disciplina que se encarga de cuidar aquello que posibilita nuestra propia existencia, motivo por el que celebramos el nombramiento bajo el lema ‘Proteger las plantas, proteger la vida’.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las plantas producen el 98% del oxígeno que respiramos y constituyen el 80% de los alimentos que comemos, además debemos tener en cuenta que los animales que consumimos son herbívoros y por lo tanto las plantas también son la base de su dieta. Por ello Ana María Ortega Gea, profesora del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH), tiene claro que el ser humano puede vivir porque hay plantas: “Si desaparecieran las plantas, desapareceríamos nosotros también”. 

En esta línea, Pedro Luis Guirao Moya, profesor del mismo Área, subraya: “Las plantas son el productor primario más importante en tierra firme, tienen la capacidad de transformar la luz del sol, las sales del suelo y el CO2 del aire en materia orgánica”. Ambos expertos coinciden en que la vida vegetal juega un papel fundamental no solo en la producción de oxígeno, sino también en la formación y conservación de los suelos, que evolucionan gracias a la actividad biológica, y del resto de la vida. 

Los profesores Ana María Ortega y Pedro Guirao en los jardines de la EPSO.
Ana María Ortega Gea y Pedro Luis Guirao Moya, profesores del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO)

La sanidad vegetal vela por la salud de cultivos, plantas ornamentales y especies forestales. Para ello se centra en combatir plagas, enfermedades y malas hierbas. Las plagas son amenazas externas causadas generalmente por insectos, ácaros y otros artrópodos, pájaros, conejos, roedores, etc. Atacan comiendo los vegetales, poniendo huevos y manchando tanto las cosechas como las plantas ornamentales. Por el contrario, las enfermedades afectan a la vida vegetal de forma interna y, al igual que ocurre con los humanos, están causadas por virus, bacterias, hongos y otros microorganismos. A veces, ambas están íntimamente ligadas ya que existen enfermedades que son inoculadas por plagas, como es el caso de la Xylella fastidiosa, una enfermedad detectada recientemente en España que se transmite por algunas especies de insectos voladores y que supone una grave amenaza para el entorno mediterráneo. Por otro lado, las malas hierbas suponen un peligro para las plantas cultivadas porque compiten con ellas por recursos como la luz del sol, los nutrientes del suelo o el propio espacio.

Ortega pone el punto de mira en la necesidad de concienciación y señala que cuando enferman las plantas se produce un impacto en el medio ambiente y en el desarrollo económico y destaca que los ciudadanos no siempre son conscientes de ello. En este sentido, Guirao considera que, en parte, se debe a que las plantas se van degradando de forma silenciosa: “Cuando se quema un bosque se ve, pero cuando el bosque va poco a poco enfermando muchas veces es un proceso más lento, menos perceptible”. 

El frenético ritmo de vida que caracteriza a la sociedad actual también afecta a la salud de las plantas. El aumento del turismo y el comercio internacional tienen un fuerte impacto en la vegetación autóctona porque facilitan que las plagas y las enfermedades se propaguen a gran velocidad. Por ese motivo existen normativas internacionales que prohíben introducir plantas de forma particular en las fronteras y aduanas, que exigen que las empresas envíen sus materiales vegetales acompañados de un pasaporte fitosanitario, y que establecen periodos de cuarentena, pero ambos investigadores consideran que la inspección fitosanitaria en las fronteras “tiene que ser más intensa, más exigente”. 

Por ello los expertos llaman a la colaboración ciudadana y advierten de lo peligroso que puede ser para la vegetación local que se traigan plantas o semillas de los viajes al extranjero. El profesor de la UMH señala que esa colaboración también implica ser consumidores más conscientes: “Tenemos que cambiar de hábitos, consumir frutas y verduras de temporada y a ser posible de mercados locales, además de por supuesto comprar y consumir lo necesario, porque se está desperdiciando mucha comida”. 

Es difícil predecir cómo afectará el cambio climático a la salud vegetal, pero los expertos aseguran que se producirán cambios porque el incremento de las temperaturas podría favorecer la introducción y expansión de plagas que hasta el momento solo se encuentran en áreas tropicales o subtropicales; pero también señalan que podría darse la situación contraria y que los veranos más calurosos no favorezcan a aquellas plagas que necesitan temperaturas más suaves para vivir.

Inspección, legislación, sanción, educación y formación

Uno de los pilares básicos de la sanidad vegetal es la Gestión Integrada de Plagas y enfermedades, que se compone de varias acciones: seguimiento de los cultivos, inspecciones buscando plagas o enfermedades, colocación de trampas para detectar amenazas como las láminas cromáticas adhesivas que se ubican entre los cultivos, aplicación de métodos preventivos como las variedades resistentes, las feromonas o las mallas en los invernaderos. Por último, si es necesario, la aplicación de medidas curativas cuando las plagas alcanzan un umbral crítico establecido gracias a investigaciones previas.

Los sistemas de supervisión y alerta temprana pueden ser determinantes para el éxito de la gestión de las plagas y enfermedades. Las comunidades autónomas disponen de Servicios de Sanidad Vegetal que se encargan de inspeccionar los campos de cultivo, pero lo cierto es que se lleva a cabo mediante trabajo en equipo con los agricultores, que en muchas ocasiones son los primeros que detectan la posible amenaza y dan la voz de alarma. 

Los expertos señalan que además existe un amplio abanico legislativo que marca las pautas del control integrado y del uso sostenible de los productos fitosanitarios pero coinciden en que el principal reto al que se enfrentan es que se cumplan las normativas existentes. Afirman que debería haber un mayor control para asegurar que así sea y apuestan por la inspección, legislación, sanción y, de forma paralela, educación para enseñar a la sociedad desde la infancia la importancia que tiene la sanidad vegetal, y una formación más exhaustiva y continuada para los agricultores y técnicos agrícolas. En este sentido, la profesora Ortega pone de manifiesto que la prevención no sólo es rentable sino indispensable: “A pesar de que en medicina actualmente existen algunos viricidas, en agricultura no disponemos de antibióticos para controlar las enfermedades bacterianas, ni de productos viricidas para controlar los virus. Debemos ir directamente a prevenir la transmisión porque si sufren esas enfermedades no podrán curarse”.

La prevención cobra especial importancia ante situaciones tan críticas como la que se está viviendo actualmente en el Cuerno de África, que se encuentra asolado por nubes de millones de langostas del desierto que devoran los alimentos y acaban con la vegetación. En este caso, los profesores coinciden en que el control de estas plagas se debe basar fundamentalmente en la predicción y remarcan que se ha de investigar para conocer cuáles son las condiciones ambientales que favorecen su aparición periódica y buscar, además, métodos de control preventivos que se apliquen de forma más intensa cuando se prevean esas condiciones favorables: “Todas estas respuestas, como siempre, se deben buscar investigando”.

20 plagas prioritarias para la Unión Europea

¿Métodos ecológicos para cuidar las plantas?

La FAO fomenta el uso de métodos ecológicos para luchar contra las plagas, los más frecuentes son el control biológico mediante la conservación y la introducción de fauna útil, que consiste en utilizar organismos para prevenir o reducir el ataque de las plagas para evitar daños mayores, o el uso de variedades resistentes. Pero estos investigadores del Área de Producción Vegetal subrayan que también es posible utilizar fitosanitarios en la agricultura ecológica si tienen su origen en la naturaleza, se componen de extractos de plantas o de sustancias de origen mineral, como es el caso del azufre y las sales de cobre. La profesora Ana María Ortega explica que los productos fitosanitarios también pueden tener efectos secundarios sobre la fauna útil porque estos insectos, que son beneficiosos para las plantas, desafortunadamente son similares a aquellos que causan las plagas, y se ven afectados por estos productos. Por ello cada vez se va avanzando más en el conocimiento de los fitosanitarios y el cuidado de los insectos beneficiosos ha cobrado un rol fundamental en la creación de estas herramientas.

Ambos investigadores afirman que los medios ecológicos pueden ser igual de efectivos que los medios convencionales y que los agricultores se decantan por unos u otros en función del producto que deseen obtener. Para poder vender frutas y hortalizas bajo la etiqueta ‘agricultura ecológica’ deben haberse cultivado utilizando exclusivamente métodos que responden a este sistema agrario regulado por la Unión Europea, que mantiene la diversidad y reduce los residuos. La profesora de la UMH hace hincapié en que esta decisión depende mucho de la demanda de los consumidores. 

Sin duda todas estas cuestiones estarán muy presentes en la Comisión de Medidas Fitosanitarias, prevista para realizarse del 29 de junio al 3 de julio en Roma, y en la Conferencia Internacional sobre Sanidad Vegetal que se celebrará en Helsinki del 5 al 8 de octubre. A lo largo del año tendrán lugar, además, diversas actividades en varios puntos del mundo para conmemorar el nombramiento.

Más de 2.000 incendios forestales en el primer trimestre convierten al 2019 en uno de los peores años de la última década

El aumento de este problema se debe a la aparición del cambio climático, así como al abandono de los campos y el crecimiento socio-económico

Los incendios forestales suponen un problema global y mundial. En lo que va de 2019, se han producido 2.064 incendios. Esta cifra sólo se superó en 2012, con 3.217 incendios, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sin embargo, 2018 se ha calificado como el mejor año de la última década, con un total de 7.143 incendios forestales, de los cuales tan sólo tres han sido de gran magnitud, es decir, han superado las 500 hectáreas quemadas.

Esta problemática se ha estudiado con anterioridad. En 2009 se publicó el informe: Incendios forestales en España. Ecosistemas terrestres y suelos, por Jorge Mataix Solera y Artemi Cerdá. Anualmente se producen una media de 19.000 incendios en España, aunque estos datos han ido variando en la última década. Hay tres años clave que han marcado las peores cifras de incendios: 2009, 2012 y 2017, en los cuales se han registrado alrededor de 44.000 incendios forestales .

Actualmente, los efectos que tiene el fuego en el ecosistema y medio ambiente tienen efectos mucho más devastadores que en épocas anteriores. La humanidad supo adaptarse al ecosistema terrestre y el fuego se convirtió en el mejor amigo del hombre, utilizado como una herramienta para aclarar campos de cultivo, abrir pastos, eliminar las plagas o cazar. El uso del fuego comenzó a descontrolarse entre los años 50 y 60, tras producirse el éxodo rural, lo que derivó al abandono de los campos, los cambios socio-económicos y sobre todo por la aparición del Cambio Climático.

La zona mediterránea es una de las más afectada por esta peligrosa herramienta, sobre todo Italia, Grecia, España y Portugal, aunque, como señala el informe A review of fire effects on vegetation and soil in the mediterranean basin, la vegetación de esta zona tiende a regenerarse con mucha facilidad tras un incendio. En el año 1997, del 90% de las hectáreas quemadas, el 50% pertenecían a la Península Ibérica. Los factores que afectan al territorio español son principalmente: el clima cálido y seco en verano; la marchitación de la vegetación; abundantes tormentas cargadas de aparato eléctrico; y la presencia de vegetación adaptada, y por lo tanto, preparada para los incendios. Pero actualmente, la principal causa de estas catástrofes es la acción humana.

Según los autores del informe, Jorge y Artemi, el índice de incendios varía en función de la zona dentro del territorio español. Por lo general, Castilla y León, Asturias y Galicia son las tres comunidades que reflejan los datos más elevados de incendios forestales, en contraste con la Comunidad Valenciana, Cataluña e Islas Baleares, que muestran los datos más bajos de todo el país.

En los últimos diez años, ha mejorado la investigación de las causas de los incendios, lo que a su vez, ha generado una mejora en la prevención de éstos, a través de la persuasión en la población, la conciliación de intereses y las sanciones. “El desafío actual es integrar el conocimiento científico sobre el papel del fuego en el ecosistema mediterráneo, permitiendo una gestión óptima del fuego y haciéndolo compatible con nuestras demandas sociales, necesidades de reducción de peligros y sostenibilidad del ecosistema”, tal y como afirma el  Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 2012.

Raquel Bernal Sánchez, Raúl Icardo Llorca y Belén Martínez Quereda.

Dedicar mucho tiempo a ver la televisión incrementa el riesgo de sobrepeso en los jóvenes universitarios

Investigadores de la UMH señalan la correlación entre dedicar pocas horas al ejercicio físico y un índice de masa corporal alto en la población joven

Ver muchas horas la televisión y dedicar poco tiempo a la actividad física aumenta el riesgo de exceso de peso en la población joven adulta. Así lo ha revelado el Departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández (UMH) que, en colaboración con el centro de investigación CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), ha realizado un estudio para conocer la asociación entre las horas de televisión, la actividad física, las horas de sueño y el exceso de peso en la población universitaria.

La investigación evidencia que los estudiantes jóvenes que consumen más de dos horas de televisión al día tienen mayor riesgo de exceso de peso corporal que aquellos que dedican una hora al día o menos. De la misma manera, la actividad física está asociada de manera significativa con el riesgo de exceso de peso: los jóvenes nada o poco activos tienen un 40% más de riesgo que los bastante o muy activos. Además, la prevalencia de exceso de peso, es decir, la proporción de estudiantes que tienen un índice de masa corporal alto con respecto al total de los encuestados, es del 13,7%. Concretamente, el 11,2% padece de sobrepeso y el 2,5% de obesidad.

Los datos han sido obtenidos del proyecto ‘Dieta, antropometría y salud en población universitaria’, que ha contado para este estudio con 1.135 universitarios de entre 17 y 35 años del campus de Ciencias de la Salud de la UMH. El alumnado fue invitado a participar de forma voluntaria en la investigación durante su periodo de formación, entre los años 2006 y 2012, a través de un cuestionario de preguntas abiertas.

“Es necesario crear entornos favorables que disminuyan las conductas sedentarias en el contexto universitario”, según apuntan los investigadores de la UMH

Los investigadores advierten de que las conductas sedentarias como las analizadas son muy “prevalentes” y pueden tener un impacto negativo en etapas posteriores de la vida. En este sentido, la etapa adulta joven es clave para el establecimiento de hábitos saludables a largo plazo. Por este motivo, los expertos animan a que se implementen programas de prevención acordes a la filosofía de la ‘Universidad saludable’. “Los resultados de esta investigación pueden aportar evidencia sobre la necesidad de crear entornos favorables que mejoren la práctica de actividad física y disminuyan las conductas sedentarias en el contexto universitario”, defienden.

De hecho, los expertos de la UMH señalan que actualmente en España no existen estrategias de intervención dirigidas al grupo de población adulta joven. Sin embargo, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud Española de 2011 – 2012, la prevalencia de obesidad es del 17% y la de exceso de peso del 53,7% en los adultos mayores de 18 años. Asimismo, otros estudios en población universitaria han mostrado una prevalencia de exceso de peso de entre el 18%  y el 21%, por lo que se confirma la tendencia creciente.

El exceso de peso es un problema prioritario en el ámbito de la salud pública ya que está relacionado con la mortalidad y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos musculoesqueléticos.

Ana Belén Ropero | Profesora de nutrición y divulgadora

“EN ESPAÑA SOMOS MUY PRODUCTIVOS CON POCO DINERO”

Tras 15 años dedicada a la investigación, la denegación de dos proyectos hace a la profesora de la Universidad Miguel Hernández de Elche cambiar el rumbo hacia la divulgación científica


Ana Belén Ropero.

Hasta el año 2012 investigaba el papel de los estrógenos en la regulación de la glucosa en sangre. Sin embargo, la denegación de dos proyectos de investigación y la consecuente imposibilidad de independizarse, sumado a la influencia que tuvo un compañero, hizo que Ana Belén Ropero Lara (Ibi, Alicante, 1973) decidiera abandonar ese mundo y dedicarse a algo completamente distinto. Actualmente, la profesora de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche intenta que la sociedad aprenda a elegir lo que come.

Pregunta. ¿Qué cambios notables ha visto desde sus inicios en la investigación respecto a la situación actual?

Respuesta. Antes de la crisis era relativamente sencillo conseguir un proyecto, no necesitabas grandísimos currículums porque en España llevábamos una trayectoria ascendente en los últimos 20-30 años, estaba evolucionando e íbamos siendo más conscientes de la importancia de la investigación. Lo que sucedió es que ese aumento progresivo se vio muy afectado cuando comenzó la crisis. En mi caso, puede ser que notáramos los efectos un par de años después que el resto de sectores, pero al final nos pilló. Esa caída se ha ido acuciando más en los últimos años, lo cual ha cerrado muchas puertas. Antes había más posibilidades de crear tu propio grupo y ahora es más complicado, aunque, en realidad, no ha sido nunca sencillo.

P. Entiendo que esto afecta, sobre todo, a los jóvenes que intentan desarrollar una carrera profesional en la investigación.

R. Ahora mismo, gente muy preparada que se encuentra en el extranjero vuelve a España y se incorpora a un grupo con un contrato postdoctoral, es decir, no se independiza. Entonces, se quedan atascados sin poder pedir proyectos, pues para ello necesitas determinada posición dentro de una universidad o centro de investigación, una vinculación laboral. No te vale con tener un contrato de uno o dos años si el proyecto va a durar tres. Puesto que en este momento no se crean nuevas plazas, es muy difícil crear nuevos grupos. Además, incluso cuando llegas a una posición laboral que te permite oficialmente solicitar un proyecto, el cual fue mi caso, tampoco lo puedes tener. Una de las razones es que, si llevas una línea de investigación y quieras hacerte independiente con una parecida, el inconveniente es que te piden que sea claramente diferente de la del grupo de origen. Sin embargo, te exigen resultados previos, algo que no puedes tener si has estado haciendo otra línea de investigación. Es decir, tú no puedes pedir al jefe del grupo que te deje una partida de su dinero para hacer una línea de investigación diferente cuando él tiene que justificar en qué lo ha dedicado y cumplir con los objetivos de su línea.

“Como hay poco dinero, suben el listón y exigen mucho”

P. Parece difícil salir de esa situación.

R. Sí, el problema es que, como hay poco dinero, suben el listón y exigen mucho. La gente que se mantiene ahí es gente que lleva en el sistema varios años con una investigación consolidada. Dado que te piden resultados previos, es necesario entrar en el círculo. Lo que sucede es que, si los proyectos son para tres años, la investigación cuesta mucho de hacer. Es decir, tú no puedes esperarte a hacer tu investigación en el momento en que te dan tu proyecto. De alguna manera tienes que cubrirte las espaldas porque en ese periodo de tiempo no puedes hacer experimentos y publicar varios artículos – pueden pasar más de 6 meses desde que se envía uno hasta que se publica – para que luego te vuelvan a dar otro proyecto, es muy poco tiempo. Los proyectos a tres años son una visión muy cortoplacista de la investigación, pues esta requiere de más tiempo.

P. ¿Qué alternativas hay?

R. Lo que está permitiendo el sistema actual es que pueda haber más de un investigador principal en un grupo de investigación, lo cual favorece que esa gente tenga una posición algo mejor que postdoctoral, un poco más de relevancia. Por ejemplo, hay grupos de investigación que están formados por grupos más pequeños que sí pueden dirigir jóvenes investigadores, de modo que pueden tener más capacidad de libertad. Sin embargo, no siempre sucede eso, pues depende del investigador principal y su concepto de grupo de investigación. Llega un momento en que necesitas tener tu propia línea porque tienes tus ideas, algo lógico. Ahora mismo es imposible, el grupo tiene su financiación para su proyecto y no sobra dinero para comenzar uno aparte.

P. Tras sus estancias en el extranjero, ¿qué diferencias más destacables diría que hay respecto a la investigación en España?

R. En España somos muy productivos con poco dinero. No obstante, hay ocasiones en las que nos exigimos demasiado. En Estados Unidos, donde hay más dinero para la investigación, hay gente mala, buena y regular, igual que aquí. Pretendemos todos publicar en Nature o Science, [las dos revistas científicas con más prestigio] y eso no puede ser así. Algo distinto en EEUU es que allí tus ingresos dependen de tus proyectos, mientras que aquí tenemos nuestro sueldo. Aquí, siendo profesor, aunque no obtengas tus proyectos, sigues teniendo un sueldo. Allí está más en riesgo.

“En 2012 decidí dejar completamente la investigación”

P. ¿Ha tenido que abandonar alguna vez una línea de investigación?

R. He estado haciendo investigación durante 15 años sobre el papel de los estrógenos en la regulación de la glucosa en sangre. Hice mi tesis en la UMH, me fui tres o cuatro años fuera y en 2005 volví a España al mismo grupo de origen con un contrato postdoctoral. En el año 2011 solicité financiación en un par de ocasiones para un proyecto e independizarme del grupo. No lo conseguí, pues estábamos en plena crisis y comenzaba el “cuello de botella”. En 2012 decidí dejar completamente la investigación y ahora estoy retomando otras líneas.

P. Tras apartarse de ese camino, comienza un proyecto de divulgación científica.

R. Después de eso, comencé Badali con mi compañera del área de nutrición Marta Beltrá, un proyecto de promoción de la salud a través de una web de nutrición y una base de datos de alimentos. Esto lo hemos podido hacer con pequeñas ayudas de la UMH porque lo único que necesitamos es un ordenador y conexión a internet, aunque eventualmente también vamos a reconducirlo a la investigación. Además, nos han ayudado compañeros y estudiantes. Estamos intentado conseguir financiación, pero si no lo conseguimos, el proyecto puede seguir adelante, más lentamente, pero sale.

Marta Beltrá y Ana Belén Ropero. Fotografía de Belén Pardos.

P. ¿Cómo comienza a interesarse por la divulgación?

R. Esto de dejar una vía profesional y tomar otra no es algo que se haga a la ligera. Yo tenía un compañero que hacía y hace cosas de divulgación, Ernesto Caballero, quien me metió en este mundo. Estoy muy agradecida, puesto que gracias a ello descubrí que me gustaba divulgar. Cuando no me aceptaban los proyectos, vi que podía ser una opción hacia la que dirigir mi carrera profesional y, además, necesaria para la propia ciencia y la investigación.

P. Ahora que la conoce más a fondo, ¿cómo ve la situación actual de la divulgación científica?

R. Actualmente hay mucho movimiento, pero es un saco muy grande donde se incluyen actividades diversas que creo hay que ir trabajando. En algún momento habrá que pararse a pensar en qué es realmente la divulgación y qué es lo que queremos divulgar. Para ello, tiene que haber un reconocimiento de las instituciones y la sociedad para que podamos replantear qué vamos a divulgar. Además, científicos y periodistas tenemos que trabajar de la mano.

“La sociedad no conoce lo que hacemos, con lo cual los gobernantes tampoco”

P. ¿Cree que la sociedad conoce cómo funciona la investigación?

R. Conforme comencé a meterme en este mundo, me iba dando cuenta de que esos problemas que teníamos en investigación tras las crisis eran porque realmente la sociedad no sabe lo que hacemos, con lo cual los gobernantes tampoco. De hecho, durante todo el tiempo que estuve en la investigación a mi madre no pude contarle lo que estaba haciendo porque no lo iba a entender. Pero, ¿el problema era de mi madre o mío por no saber explicárselo?

P. ¿Qué opinión le merecen las noticias científicas en medios generalistas?

R. Revistas muy prestigiosas como Science cuentan con gabinetes de prensa que elaboran noticias que se entienden con facilidad y que los periodistas utilizan. Pero, ¿esas noticias son para la sociedad o para el ámbito científico? Yo creo que para este segundo. En muchas ocasiones, nos encontramos que un medio audiovisual tiene que contar en 30 segundos de qué ha tratado un artículo científico. A mí eso no me gusta porque no puedes coger un trabajo de investigación y en tan poco tiempo mostrárselo a gente que no tiene la suficiente cultura científica como para valorarlo. Generalmente, los resultados de una investigación son algo muy puntual, es decir, han tenido lugar en una situación concreta y con una serie de factores específicos. Sin embargo, los medios lo intentan extrapolar, lo cual es un error. No puede ser que pretendamos presentar a la sociedad un trabajo de investigación como algo concluyente. La investigación raramente nos puede dar esa respuesta rápida o ese titular que nos llame mucho la atención. Opino que ahí lo estamos haciendo mal tanto científicos como periodistas.

P. ¿Qué propondría para solucionar esto?

R. Se tiene que formar a la gente mediante divulgación científica, fuera de medios generalistas y sobre temas que ya estén muy afianzados y estudiados. Es decir, hasta que muchos grupos de investigación no se han puesto de acuerdo en unos resultados y coinciden, uno no puede decirle a la sociedad que eso es totalmente cierto. Y esto hay que hacerlo sin prisa. La comunicación científica requiere de tiempo para que salga bien. Los científicos tenemos que aceptarla, pues es parte de nuestro trabajo y se lo debemos a la sociedad. Además, hay que fomentar la actitud crítica desde pequeños para que, teniendo tú la información, seas capaz de valorarla y decidir. Sin embargo, me da la sensación de que hoy en día no la tenemos, ni en nutrición ni en nada. Y esa información tiene que venir de la investigación y la ciencia, sacarla del laboratorio, lo cual es complicadísimo.

P. Usted divulga a través de un blog, pero, ¿qué medio considera más adecuado para hacerlo?

R. La divulgación puede consistir desde la difusión de un artículo que se acaba de publicar, hasta cosas que se saben desde hace muchos años, algo común en nutrición y lo cual practicamos en Badali. Esto se puede hacer a través de muchos canales, como puede ser internet, donde gran parte de la información que se encuentra no tiene base ninguna y donde normalmente no se incluyen referencias. Otra opción son los eventos, tales como ferias. A este respecto, la ciencia corre un peligro importante, sobre todo en nutrición. Y es que, para llevar a cabo esas ferias, se necesita de una financiación que las instituciones públicas no tienen, por lo que en la actualidad se acude mucho a patrocinadores, que obviamente no ven con buenos ojos la crítica a sus productos. Mi opinión es que la divulgación hay que hacerla desde entidades institucionales. Una muy buena idea es a través de las Unidades de Cultura Científica.

P. ¿Cree que la profesión del científico está muy estereotipada?

R. Yo creo que sí, la gente no conoce cómo somos, por eso nos valora tanto, nos cree gente de mucho estudio. Pero nosotros somos personas normales que tienen características peculiares igual que las pueden tener periodistas o gente de cualquier profesión. Me gustaría que la gente realmente entendiera cómo funciona la investigación, algo complicado porque requiere de mucho tiempo.

“La investigación es muy exigente, requiere de mucho tiempo y es muy dura”

P. ¿Estos estereotipos afectan también a los investigadores?

R. Por mi experiencia personal, creo que sí. Los referentes que nosotros tenemos son gente excepcional. No solo por ser muy buenos, sino también porque hicieron de la ciencia su modo de vida. Para nosotros nuestro español en ciencias de la salud es Ramón y Cajal, un señor especial que dedicó su vida a esto. Y luego, para las mujeres, Marie Curie. Pero claro, son excepciones. Muchas veces te encuentras que los jóvenes que quieren iniciarse entran con la visión que tiene la sociedad, es decir, el estereotipo de que esta profesión es especial, lo que supone una idealización. Reconozco que yo tenía esa visión, pero con el tiempo va cambiando La investigación es muy exigente, requiere de mucho tiempo y es muy dura. Las personas vamos evolucionando y nos damos cuenta de que no hay que vivir encerrada en tu laboratorio, sino que también tienes que responder a la sociedad, tienes una vida personal…

P. ¿Cómo ve la situación de la mujer en la ciencia?

R. Yo conozco mujeres que son investigadoras principales y la mayoría entra dentro de dos categorías: o bien no tienen familia o pareja, o bien la pareja se dedica a lo mismo. En los hombres no ocurre esto. Actualmente, el peso de llevar una familia todavía recae en la mujer y eso es casi imposible de compaginar con una vida dedicada a la investigación, a menos que tu pareja también lo haga y pueda así comprenderlo y apoyarte. Además, el sistema tampoco está preparado para eso porque solo se tienen en cuenta los 4 meses de la baja maternal, pero tras ese tiempo sigues teniendo un niño que cuidar. Muchas mujeres quieren llevar esa vida idealizada de investigador y entran en conflicto con algo que también quieren: ser madre. De hecho, yo he visto malos comportamientos de investigadores hacia mujeres cuando han visto que son ellas las que trabajan en la investigación y los maridos los que han dejado su trabajo para irse, o venir aquí, con ella. O gente que, si los dos se dedican a la ciencia, dan por hecho que es el hombre el que va a ser investigador principal, cuando en realidad es ella la mejor o la que tiene más interés.

(ENTREVISTA EJEMPLO) ELISEO PASCUAL: “El trabajo del médico es tomar decisiones informadas de acuerdo al mejor conocimiento disponible” 

Reumatólogo y profesor emérito en la UMH

Eliseo Pascual también es profesor del Master en Enfermedades Infecciosas y Salud Internacional

Eliseo Pascual es docente del Máster en Enfermedades Infecciosas y Salud Internacional

Nombrado recientemente catedrático emérito de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Eliseo Pascual (año nacimiento y lugar) es experto a nivel mundial en gota y artritis, entre otras enfermedades reumáticas. Proviene de una familia de médicos y estudió en el Hospital General de Asturias. A los 25 años, se fue al Hospital Jefferson de Filadelfia (EEUU), donde hizo la especialidad de Medicina Interna. La de Reumatología, en la Universidad de Pennsylvania (EEUU). Ha sido presidente de la Sociedad Española de Reumatología y ha dirigido la unidad docente de Reumatología del Hospital de Alicante durante 40 años. Desde su experiencia, el reumatólogo subraya a su alumnado la importancia de aprender a tomar decisiones informadas a la hora de establecer un diagnóstico.

¿Cuál es la clave para una buena formación en esta especialidad?

Es muy importante que los residentes adquieran una buena formación médica – esencialmente de Medicina Interna y de sus diferentes especialidades – ya que esto les permite abordar y orientar adecuadamente, además de consultar a colegas sobre los problemas que surjan en sus pacientes. Asimismo, en la formación de la propia especialidad, tienen que asimilar los conocimientos y adquirir el hábito de ser consecuentes con sus decisiones, siempre bajo la supervisión de los médicos responsables del programa de formación. Con ello, cuando acaban, deben no solo haber adquirido los conocimientos necesarios, sino también haber aprendido a implementarlos con seguridad. Y es muy importante saber identificar lo que se desconoce y aprender a indagar, preguntando a otros colegas o en la literatura. También tienen que aprender a tratar adecuadamente a los pacientes. Generar conexión con ellos durante el interrogatorio para obtener la historia clínica. Y, sobre todo, durante la explicación, para que el paciente se haga una idea clara de qué le ocurre, qué puede significar para él, y cómo puede tratarse. Lo frecuente es que los pacientes nos lleguen con mucha más preocupación de la que se justifica por el problema que sufren.

Se percibe cierta confusión por parte de la sociedad en torno la especialidad de Reumatología. Por ejemplo, el hecho de que no exista ninguna enfermedad o dolencia del aparato locomotor que reciba el nombre de reuma, pero sí se utilice el término entre la población.

La desorientación viene, en parte, porque es una especialidad relativamente reciente. La palabra reuma es un término popular utilizado para referirse a los dolores musculoesqueléticos y cuando la reumatología nació la usaron para denominarla. Una mala elección porque confunde más que aclara. Desde finales del siglo XIX y principios del XX, se estableció la diferencia entre especialidades de intervenciones quirúrgicas y médicas. El objetivo de estas últimas consiste en entender las enfermedades lo mejor posible, saberlas reconocer y, además, tratarlas con los medios de los que se ha dispuesto en cada momento, ahora mucho más abundantes y adecuados. La Reumatología pertenece a la medicina interna y se constituye como tal a partir de los años 30-40. Engloba al grupo de enfermedades que producen inflamación y daño en las articulaciones y a aquellas enfermedades sistémicas del tejido conectivo que tienen participación musculoesquelética, además de a un grupo amplio de procesos comunes, como la artrosis, enfermedades metabólicas de hueso – donde predomina la osteoporosis – y un conjunto de procesos muy frecuentes de origen muscular y tendinoso, que sin ser graves, pueden resultar muy dolorosos y limitantes.

Un buen número de dolencias se agrupan bajo la denominación de enfermedades reumáticas con múltiples causas. 

Los problemas en el aparato locomotor suponen alrededor del 20% de las consultas en los centros de salud. Hay dos grandes grupos de enfermedades reumáticas. El primero, engloba los reumatismo inflamatorios y deformantes. Si no se tratan, pueden producir daño articular; incluso, una invalidez importante. Hoy en día, existen excelentes tratamientos. El segundo, incluye las enfermedades del tejido conectivo o sistemáticas. Pueden afectar a otros órganos (por ejemplo, el pulmón o el riñón). Para tratarlas, los reumatólogos trabajamos cuando es preciso de manera cercana con otros servicios, como nefrólogos o neumólogos. Nos ayudamos mutuamente, aprendemos los unos de los otros y los beneficiados son los pacientes. Es en los problemas menos frecuentes o en algunos muy comunes pero que hay que saber identificar en base clínica – o sea, mediante historia y exploración cuidadosa –  donde tener un buen radar y disponer de tiempo suficiente para historiar y explorar al paciente resulta fundamental.

Debe ser muy complicado emitir un diagnóstico sin tener evidencias.

La medicina basada en la evidencia, fundamentada en pruebas y bien entendida, es la deseable. Pero en todas las especialidades nos encontramos ante problemas que han resultado difíciles de estudiar y de comprender, por lo que no existen criterios sólidos establecidos. En estos casos, el médico debe estar preparado para entender qué le pasa al paciente, no solo para clasificarlo y alcanzar una etiqueta diagnóstica de acuerdo a criterios establecidos. Y ahí es donde residen muchos de los problemas y donde es necesario emplear tiempo para entender lo que ocurre. Precisamente, en Reumatología, lo que más información te aporta es tener una conversación relajada con el paciente y, a continuación, explorarlo. Algo que, hoy en día, resulta complicado por los tiempos de consulta limitados. Es importante no iniciar la petición de pruebas complementarias sin tener claro, tras una historia y exploración suficientes, qué se pretende buscar con ellas. Además, creo que el ordenador en las consultas absorbe la atención del médico a expensas de la necesaria atención al paciente y las consecuencias de esta falta de atención seguro que no son menores.

Algunas enfermedades reumáticas tienen un componente genético. 

Algunas tienen una predisposición genética clara, por ejemplo, el lupus (enfermedad autoinmune). Hay familias donde dos o más miembros lo padecen. También en la artritis reumatoide o las espondiloartropatías (artritis inflamatorias crónicas). Pero, en general, es poco probable que si alguien en la familia sufre uno de estos problemas, haya otros miembros que lo vayan a tener. La epidemia verdadera de las enfermedades reumáticas, como en el caso de la artrosis, es causada por la obesidad. Se necesitan programas de información pública que trasladen a la sociedad todos los problemas que se derivan del sobrepeso, que además generan importantes costes sanitarios. Por ejemplo, es absurdo operar de artrosis de rodilla a alguien que tiene un importante sobrepeso para implantarle una prótesis, ya que fallará con mayor facilidad. Lo primero debe ser un buen programa de reducción y de fortalecimiento muscular. La mejor prevención es realizar ejercicio adecuado desde la juventud y no dejarlo con el tiempo. También la dieta razonable, sin olvidar que los alimentos que engordan o aportan colesterol pueden tomarse, si se hace de forma limitada y razonable. Todo ello proporciona salud, optimismo, fuerza y años de vida.

En el caso de la gota los hábitos alimenticios también son cruciales, ¿alguno en concreto que resulte especialmente perjudicial?

La gota es una consecuencia de la subida del ácido úrico, una sustancia poco soluble que se produce en nuestro organismo y que fácilmente se deposita en forma cristalizada. Es un error buscar un alimento concreto que produzca gota. El abuso de alcohol, por ejemplo, es una causa pero no la única, puesto que también padecen esta patología personas que no lo consumen. El vino en cantidades prudentes no altera el ácido úrico y la cerveza es un problema solo para los que sufren niveles elevados de ácido úrico. Por su parte, las bebidas azucaradas lo generan probablemente más que el marisco.

¿Por qué sube el ácido úrico?

El ácido úrico sube porque en personas que comen de forma excesiva – y que en muchos casos padecen síndrome metabólico- su riñón excreta el ácido úrico con mayor dificultad y por eso sube en la sangre.  Los cristales siempre dan lugar a inflamación ligera y asintomática que, de forma ocasional, se dispara y produce ataques muy agudos de artritis, en los que se hincha la articulación y que suelen ser muy dolorosos. Puede darse en el pie, la rodilla, la muñeca y las manos, todas ellas articulaciones de bastante uso. La explicación de cómo se forman esos cristales y por qué, la publicó nuestro equipo en un artículo en la revista Nature Rheumatology Reviews el año pasado, con la colaboración con Lia Addadi, una experta mundial en biomineralización (formación de cristales por seres vivos.

Y respecto a la artritis ¿cuál es la causa y el tratamiento?

La artritis es una inflamación de la articulación. Algunas, como la artritis séptica o la gota son curables. En otras que suelen afectar a varias articulaciones a la vez (poliartritis), el tratamiento consiste en suprimir de la forma más completa posible la inflamación. Afortunadamente, ahora tenemos muy buenos medios para conseguirlo. La más común es la artritis reumatoide, que se enmarca dentro de las enfermedades autoinmunes. Las conocemos bien, pero no acabamos de entender qué las desencadenan. Sabemos que hay una base genética, pero eso no es todo.

El último informe de la UGT señala que los trastornos del aparato locomotor, junto con la depresión y la fatiga son las tres causas principales de baja laboral.  ¿Qué se puede hacer para reducir los problemas derivados de estas dolencias, tanto en términos de pacientes afectados como de costes?

Una mayoría de estos afectados lo son por procesos menores. Lo que no quiere decir que no sean dolorosos ni invalidantes en mayor o menor medida, pero bastante tratables. Actualmente, se está analizando también aquí en Alicante un protocolo en el que un reumatólogo atiende de forma inmediata a aquellos que han recibido una baja por un problema del aparato locomotor. Los resultados, ya disponibles, muestran que es posible disminuir casi un 50% el tiempo de baja laboral. Falta analizarlos y si resultan favorables, que autoridades y mutuas los implementen. O eso parecería lo sensato y económicamente aconsejable. Otra iniciativa que se comparte con otras especialidades es la asistencia regular de un reumatólogo a un centro de salud para ver enfermos con alguna dolencia reumática, junto con el médico de atención primaria, con objeto de compartir conocimientos y formas de hacer.

¿Cómo beneficia a los futuros profesionales el hecho de que hoy en día los conocimientos estén ampliamente disponibles? 

Lo importante es saber seleccionar los conocimientos y, sobre todo, entender los asuntos que se estudian. En Medicina, como en casi todas las disciplinas, si no se entiende muy bien, el conocimiento es inútil. Los estudiantes, tras aprender una materia, deben sentirla como familiar y poder reconocer y orientar razonablemente un problema relacionado con ella cuando se les presente, aunque sea a un nivel tan básico como guiar a quien consulta hacia el médico adecuado.

Tras casi cuarenta años como docente y recientemente nombrado emérito ¿en qué cree que consiste ser un buen profesor de medicina?

En la formación de residentes de especialidad, opino que la clave, en buena medida, consiste en inspirar. Yo tengo una visión de la docencia muy anglosajona y considero que la figura del mentor es importante. Yo lo soy de algunos colegas de diferentes edades y en general mucho más jóvenes, todos ellos personas muy brillantes, con presentes muy sólidos y futuros muy prometedores. El mentor establece una relación de igualdad, cómoda y sin compromisos por ninguna de las partes y le ayuda a modelar su carrera profesional y a ampliar sus redes. Le inspira, lo que quiere decir que le hace darse cuenta de que es capaz de hacer por sus propios medios cosas que inicialmente tenía como inalcanzables. Es una relación entrañable y preciosa, creo que por ambas partes. Ves crecer a colegas y amigos profesionalmente más jóvenes. Y es una figura perfecta para un profesor emérito.

La figura del profesor emérito es por tanto una fuente de inspiración y experiencia para los estudiantes.

Yo continúo de forma activa investigando y publicando artículos con los colegas. Y también con la docencia, especialmente con los trabajos de fin de grado, que deben ser una experiencia de madurez útil y estimulante para el alumno. Lo que está claro es que para ser buen profesor de medicina, hay que ser buen médico, ya que además de conocimiento somos un modelo de actitudes para los estudiantes. Y como les digo a mis alumnos, el trabajo del médico y lo que deberá aprender es a tomar decisiones informadas de acuerdo al mejor conocimiento disponible, y además saber actuar eficientemente de acuerdo a esas decisiones.

Alicia de Lara

Vía UMH Sapiens