La estrella Tabby sigue sin dar respuestas del extraño objeto que la orbita

Un lejano lucero que se resiste a revelar su naturaleza

Imágenes de la estrella Tabby en infrarrojo y ultravioleta. (Fuente: IPAC/NASA)

En septiembre de 2015 varios astrónomos publicaron un artículo titulado “Donde está el Flujo?” (“Where´s the Flux”) donde analizaban las extrañas fluctuaciones de luz de una estrella que se encontraba a unos 1500 años luz de la Tierra, lo que despertó gran interés en la comunidad científica. Algo extraño estaba orbitando la estrella y no era un planeta. Hoy, luego de 4 años de estudio y más datos, sigue siendo un misterio.

Su principal autora, la astrónoma norteamericana Tabetha Boyjian se dedicó a estudiarla en profundidad a partir de las observaciones del Telescopio Espacial Kepler de la NASA, detectando caídas de luminosidad periódicas y de forma irregular durante los años 2011 y 2013, un patrón que las computadoras habían pasado por alto. Baoyjian logró además identificarla como una estrella tipo F3 V (un poco más grande, más brillante que el Sol y de una edad mediana), lo que descartaba la formación de planetas jóvenes a su alrededor. Debido al impacto inicial que tuvo esta noticia y en referencia a su descubridora se le llamó la estrella de “Tabby”.

Desde décadas los astrónomos han estudiado las fluctuaciones de luz que produce una estrella lejana con el objetivo de estudiar los posibles planetas que podrían estar transitando delante de ellas, eclipsando levemente su luz. Con esta información es posible conocer (relativamente) el tamaño, la masa y la distancia a su estrella.

Representación artística de un planeta tipo terrestre que transita delante del a estrella GJ1214, a solo 40 años luz de la Tierra. (Créditos: ESO/L. Calçada)

Pero la estrella Tabby mostraba una fluctuación irregular y no periódica, lo que significaba que no se trataba de un único objeto compacto orbitándola (como lo sería un planeta). El mismo estudio de T. Bayajian y demás astrónomos concluía que “el escenario más consistente con los datos disponibles es el paso de una familia de exocometas o fragmentos planetesimales” (fragmentos de roca sólida) y recomendaba la necesidad de futuras observaciones para terminar de interpretar el sistema. A partir de allí comenzaron a edificarse variadas hipótesis, con la idea de buscar una que coincidiera con las observaciones actuales y futuras.

La más atractiva de todas se catapultó unida a la aspiración de encontrar vida extraterrestre, idea que apostaba por una mega estructura alienígena y tecnológicamente avanzada, que estaría alrededor de la estrella colectando energía al servicio de una civilización extraterrestre.

Esta idea emerge de la llamada “Escala de Kardashov”, un método hipotético para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, propuesta por el astrofísico Ruso Nikolai Kardashov en 1964. Dicha escala posee tres categorías, las que analiza principalmente la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar y el grado de colonización de su entorno.

De esta forma, el grado “tipo I” corresponde a una civilización que ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, el “tipo II” de su sistema planetario (donde su estrella central sería su principal fuente de energía) y el “tipo III” el dominio de los recursos sobre su galaxia. Para esta escala propuesta, la civilización humana aun no alcanzaría el tipo I. ¿Habría acaso una civilización “tipo II” orbitando la estrella Tabby?

Las civilizaciones tipo II podrían construir una esfera alrededor de una estrella, la que sería capaz de colectar energía de la misma. (Imagen: Licencia libre. GNU)

Pero esta idea, si bien atractiva para muchos, posee inconvenientes, la primera; comprender cómo funciona una civilización extraterrestre avanzada y predecir sus comportamientos resulta extremadamente difícil, por lo que suponer la construcción de una estructura de tales características es apresurada. La segunda es una hipótesis que con las herramientas actuales resulta muy difícil de resolver, pues no se cuenta con la tecnología necesaria para saber si dicha estructura se encuentra ahí o no.

La primera variación de luminosidad detectada ocurrió el 5 de marzo de 2011, cayendo un 15% y casi dos años después, el 28 de febrero de 2013, un 22%. Para darnos una idea, un planeta del tamaño de Júpiter (el más grande de nuestro Sistema Solar) ocultaría una estrella como “Tabby” solo un 1%.

Curvas de luz para el 5 de marzo de 2011 y 28 de febrero de 2013.
Notar el flujo irregular de entrada, al costado izquierdo. (Autor: John Passos)

En el año 2017, Fernando Ballesteros, doctor en Física de la Universidad de Valencia, propuso otra hipótesis. Se trataría de un planeta con un sistema de anillos gigantesco, seguido por un enjambre de satélites que lo acompañan en su misma órbita alrededor de la estrella, llamados asteroide troyanos (Júpiter los tiene). Aunque esta idea posee sus dificultades y detractores, lo importante es que predice un evento de fluctuación de brillo muy específico para comienzos de 2021 y 2023, lo que se puede estudiar con la tecnología actual. De confirmarse dicha predicción podríamos afirmar que estaría muy cerca de ser la correcta.

Gráfica que muestra a un “Saturno gigante” con su gran sistema de anillos y sus asteroides troyanos alrededor de la estrella “Tabby” (Autor: F.Ballesteros, P.Arnalte-Mur, A. Fernandez-Soto y otros)

Pero el 19 de mayo de 2017 se detectó una nueva caída en su luminosidad de un 3% y el 16 de julio del mismo año otra caída del 2%, ahora detectada por la misma Bayajian. Un tercer evento con una caída del 1% se detectó el 2 de agosto y duró hasta el 17 del mismo mes. El 5 de septiembre de 2017 comenzó un cuarto evento, el que se acentuó el 16 de septiembre con una caída del 2,3%. El 10 de octubre, desde el Observatorio privado Hereford de Arizona se detectó un brillo creciente de la estrella que duró dos semanas, la que podría estar relacionada con un tránsito de una enana marrón (una casi estrella). El 20 de noviembre del mismo 2017 ocurrió un quinto evento de oscurecimiento que llegó a un 0,44% recuperándose completamente el 16 de diciembre, para luego volver a caer un 1,25% el 27 de diciembre de 2017.

Curvas de luz para la estrella “Tabby” entre mayo a noviembre de 2017. (Fuente: B. Gary. Observatorio Hereford de Arizona)

Para el año 2018 se detectaron nuevas fluctuaciones en febrero, marzo, abril y mayo, manteniéndose irregulares hasta octubre del mismo año, cuando finalmente se estabilizó. Para enero de 2019 presentaba nuevamente un aumento de brillo. ¿Qué pasa alrededor de Tabby?

Curvas de luz de finales de 2017 hasta octubre de 2018. La sección faltante en enero de 2018 corresponde a la estrella “Tabby” pasando detrás del Sol, imposibilitando su estudio durante ese periodo. (Fuente Fuente: B. Gary. Observatorio Hereford de Arizona)
Curvas de luz desde principios de 2018 a enero de 2019. (Fuente Fuente: B. Gary. Observatorio Hereford de Arizona)

Luego de los últimos éxitos de China en la conquista del espacio, en febrero de 2019 un equipo de la Academia China de Tecnología Espacial (CAST), dirigido por Hou Xinbin, presentó un proyecto para la instalación de una estación espacial de energía solar. La misión intentará instalar una gigantesca estructura con paneles fotovoltaicos en el espacio que generaría unos 2,4 gigavatios de potencia eléctrica, la que sería enviada a tierra por una gigantesca antena de 1,3 kilómetros mediante un haz de microondas. Mientras esperamos a Tabby, nuestra humana ambición por conquistar el espacio nos convierte, poco a poco, en una civilización tipo II.

Representación gráfica del proyecto de estación de energía espacial China (fuente: http://spacejournal.ohio.edu/)
Video del proyecto. (Fuente: Sol Invictus)

Para seguir leyendo…

Afirmaciones extraordinarias requiere pruebas extraoridnarias.

En febrero de 2016 la propia astrónoma Tabetha Boyajian realiza una popular charla TED en la que habla como los científicos buscan y prueban sus hipótesis cuando se enfrentan a algo desconocido.

Bajo vigilancia permanente.

Puedes encontrar información actualizada en la página del Observatorio privado Hereford de Arizona (HAO) y disfrutar de las detalladas y espectaculares gráficas que realiza el astrónomo norteamericano Bruce L. Gary.

¿Te gustaría saber más sobre estrellas variables?

Desde el año 1911 existe la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO), una organización internacional sin fines de lucro que se dedica al estudio de estrellas variables, tanto por profesionales como por aficionados, permitiendo que cualquier persona del mundo pueda participar en descubrimientos científicos.

¿Una segunda estrella Tabby?

En marzo de 2019 se encontró una nueva estrella con un cambio irregular en su brillo. La estrella llamada EPIC 204376071, a solo 440 años luz de distancia, perdía hasta un 80% de su luminosidad, el que se recuperaba más lentamente (ocultación asimétrica), descartando que fuese un planeta. Aquí la noticia.