Jorge E. Schondube: “El aguacate está aquí para quedarse y hay que aprovecharlo, pero se tiene que trabajar con mucho cuidado para no afectar a la monarca.”

Fotografía cedida por: Jorge Schondoube

Jorge E. Schondube es profesor titular en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES). Trabaja con aves y mamíferos en sitios con diferentes niveles de perturbación humana y estudia las posibles respuestas de los animales frente al cambio global.  Es experto en ecofisiología y conservación y ha trabajado en varias áreas naturales protegidas del occidente de México. Adicionalmente participó en el diseño del programa de monitoreo de aves de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM) y capacitó al personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas que implementó las primeras etapas de este proyecto. La Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM) ha sido en muchas ocasiones escenario ideal para practicar dos de sus grandes pasiones: la observación de los animales en su  hábitat y la captura de imágenes extraordinarias a través de su lente.

Pregunta: ¿Hay normas generales en el comportamiento de los animales cuando se presenta un cambio en el hábitat?

Respuesta: Si hay normas generales, pero cada especie es susceptible a diferentes cosas y reacciona de distinta manera. Depende de la capacidad de adaptación de cada animal y de qué tan perturbado esté su hábitat.  En términos generales se puede decir que todos los animales tienen tres grandes necesidades: comer, beber y encontrar sitios de descanso que les aporten protección de sus depredadores. Las aves y los mamíferos, por ejemplo, se ven afectados cuando se modifica el alimento disponible y los lugares para descansar, dormir o hacer su nido. Sin embargo, los cambios de clima no les afectan tanto ya que son de sangre caliente y mantienen su temperatura corporal estable.

P: Las mariposas se consideran de sangre fría ¿qué cambios les afectan más y cómo reaccionan?

R: Los animales heterotermos o de sangre fría son más sensibles a los cambios de clima. En este sentido, las mariposas son particulares porque su cuerpo (tórax) está cubierto de pelitos. Esta característica, que comparten con las abejas y algunas arañas,  les ayuda a mantener la temperatura un poco más estable. De cualquier forma, son susceptibles a la temperatura y la humedad y los cambios dramáticos en el ambiente les afectan. Tanto es así, que cuando en 2016 cayó una tormenta invernal en la zona de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM),  murieron miles de mariposas porque no resistieron el frío. Para otro tipo de cambios podrían ser más adaptables. La monarca, por ejemplo, aprovecha todas las flores para alimentarse, aún si éstas crecen en ambientes perturbados o bosques secundarios.

«Si el bosque ya está dañado y llega un evento climático las mariposas quedan mucho más expuestas.»

P: ¿Hay alguna acción antropogénica que modifique el clima en los bosques de la RBMM que ponga en riesgo a las monarcas?

 R: Sí. Se ha encontrado una relación entre la deforestación y los efectos climáticos sobre las monarcas. Reducir la cobertura forestal tiene implicaciones en la temperatura. El territorio de bosque que está alrededor de las zonas núcleo de la reserva actúa como buffer, de modo que si lo reduces o lo eliminas, el ambiente pierde la capacidad de mantenerse estable y las temperaturas se vuelven más extremas. Si el bosque ya está dañado y llega un evento climático las mariposas quedan mucho más expuestas.

P: Las colonias de mariposa monarca viajan cada año para hibernar en los bosques mexicanos. ¿Qué ocurriría si no tuvieran las condiciones adecuadas? ¿Podrían llegar a cambiar de lugar para pasar el invierno?

 R: Esto es difícil de predecir, pero me viene a la mente el caso de la Sierra de Manantlán. Hay reportes bastante confiables de que hace años llegaban mariposas a hibernar a este lugar ubicado en Jalisco y Colima. Luego hubo explotación forestal intensa y deforestación, el bosque quedó destruido y dejaron de llegar las mariposas. Con el establecimiento de la reserva, se detuvo la explotación forestal y se recuperó el bosque, pero las mariposas no han regresado. Este dato resulta muy interesante y podría ser un ejemplo de que, efectivamente, buscan otros lugares. Pero también se puede convertir en una trampa terrible, ya que a diferencia de otros animales, las monarcas no cuentan con un proceso de aprendizaje sobre las rutas migratorias y los sitios donde  van a pasar el invierno, no hay ese ejercicio de sobrevivo y aprendo que tienen otros animales migratorios. Las mariposas no tienen esa posibilidad porque cada año migra una generación diferente y no hay manera de transmitir el conocimiento de que sitios son mejores.

«Es muy difícil que una comunidad humana sobreviva de los recursos financieros que genera un santuario»

P: ¿Cuál es para usted el problema central en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca?

R: Es una de las zonas más pobres de México, ese es el problema de donde surgen los demás. Es muy difícil que una comunidad humana sobreviva de los recursos financieros que genera un santuario. No sé si han cambiado las cosas o si es un discurso político, pero la RBMM siempre se ha visto como una de las reservas más críticas de México en términos de conflictos sociales. A pesar de que se encuentra en el centro de México, sigue siendo un territorio con fuerte tradición indígena. Los mazahuas y los purépechas, por ejemplo,  viven en esa zona y -como todos los grupos indígenas de México- han sido abusados de manera importante. Los han relegado de las zonas buenas para vivir y se han visto orillados hacia zonas de montaña donde hay menos tierras de cultivo. La mezcla de tantas culturas es también uno de los elementos que hace complicada la organización social en la reserva. Y sin una buena organización social es complicado establecer estrategias de conservación y un desarrollo social que funcione.

P:  ¿Qué hay de los apoyos que reciben los pobladores de la RBMM de instancias como World Wildlife Fund (WWF), Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONAMP) y Fondo Monarca?

 REstas organizaciones promueven la participación de los propietarios de los predios  en actividades de conservación. Les dan apoyos económicos para que durante el resto del año –cuando no hay mariposas- trabajen en la reforestación del bosque. Pero estos estímulos no son suficientes para sobrevivir todo el año. Es por eso que la gente busca alternativas para tener más ingresos. Por eso es difícil de combatir al 100% la tala ilegal o controlar la siembra de algunos cultivos. El aguacate, por ejemplo, es muy rentable, porque es un producto con gran demanda en el mundo y su valor de exportación es muy alto. En el mercado mexicano, hasta el año pasado, costaba alrededor de $30 el kilo. En cambio en el extranjero un solo aguacate mexicano puede llegar a costar más de 3 dólares.

P.: ¿De qué manera afectan los cultivos de aguacate en la zona de la RBMM?

 R: El problema es que las zonas de cultivo tienen que estar libres de plagas y para conseguirlo hay que usar un montón de pesticidas. El protagonismo del aguacate en la Reserva tiene dos costos importantes: el primero es la deforestación, ya que rompe más la capacidad de los bosques para mantener un clima estable; el segundo son los químicos que se le agregan al ambiente. Aquí los aguacateros utilizan insecticidas y herbicidas y fumigan una vez al mes, incluso cuando es la temporada de hibernación de la monarca. Esto puede afectar a la mariposa, pero sobre todo sabemos que afecta a la asclepia,  de hecho es uno de los problemas que hay actualmente en Estados Unidos.  El aguacate está aquí para quedarse y hay que aprovecharlo, pero se tiene que trabajar con mucho cuidado para no afectar a la monarca, establecer las zonas donde sí se puede sembrar y en las que no.

 P: Si pudiera proponer una solución para este conflicto ¿cuál sería?

R: Proponer algo es complicado porque es una situación compleja y multifactorial. A mí me gustaría que se terminara la pobreza y la desigualdad en la región. Dentro de la RBMM hay santuarios que reciben muchísimos visitantes al año y otras que reciben muy pocos. Yo propondría dos cosas: la primera sería hacer un plan para toda la reserva, con un esquema tipo colectivo o de cooperativa; en segundo lugar zonificaría, porque cada territorio tiene diferentes potenciales de uso. De esta forma se le podría sacar provecho a cada una de las regiones dentro de la reserva y si las ganancias se dividen entre todas las comunidades, el recurso sería más equitativo. Quizá sea una idea un poco idealista, pero me parece que el trabajo en colectivo es una práctica que beneficia a todos.

«Sin justicia social, es muy difícil que podamos conservar la mariposa monarca y muchas otras especies más»

P.: Ha visitado al menos 3 o 4 santuarios ¿hay alguna experiencia que lo haya impactado de manera particular?

 R: Así es, he visitado Sierra Chincua, Cerro Pelón y El Rosario. Respecto al fenómeno natural, la experiencia ha sido siempre diferente y extraordinaria a la vez. Pero tengo un recuerdo que me impactó de manera especial. Fue hace años cuando visité por primera vez el santuario de Sierra Chincua. Yo iba bien abrigado porque hacía mucho frío. Lo primero que ví en la zona de la entrada fue un montón de niños mazahuas descalzos, con la ropa sucia y llena agujeros. Tenían la nariz llena de mocos, el vientre hinchado por los parásitos y una conjuntivitis terrible. No sé si esto sigue siendo así, pero es una imagen que no se me olvida, que me recuerda la falta de justicia social en ese lugar y, en general, en todo el país. Se necesita mucho trabajo para lograr romper la inequidad y fomentar procesos de desarrollo que repartan las utilidades entre las diferentes comunidades. Sin justicia social, es muy difícil que podamos conservar la mariposa monarca y muchas otras especies más.