“Es fácil emocionarse demasiado con la Inteligencia Artificial y crear unas expectativas que no podremos cumplir”

Josep Puyol-Gruart es investigador titular del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial dentro del Centro Superior de Investigaciones Científicas (IIIA-CSIC) y presidente de la Asociación Catalana para la Inteligencia Artificial (ACIA). Este experto repasa el camino de la Inteligencia Artificial (IA) hasta su actual Edad de Oro, avisa sobre algunas exageraciones y ahonda en su desarrollo y en los retos que plantea su uso en el día a día.

Josep Puyol-Gruart, experto en Inteligencia Artificial / Foto cedida

La definición más general de la Inteligencia Artificial es que trata de reproducir artificialmente los comportamientos que consideramos inteligentes, como percibir, razonar, aprender, tomar decisiones o resolver problemas. Su evolución en los últimos años ha hecho que la IA esté cada vez más presente en nuestro día a día. Cuando sacamos una foto con nuestro móvil, estabiliza la imagen y reconoce nuestras caras o mejora la calidad de la toma. Cuando navegamos en una red social, nos recomienda noticias en función de nuestra ideología, nos sugiere contactos o nos muestra publicidad relacionada con nuestros intereses. La IA controla los movimientos y la intensidad de limpieza de algunos robots aspiradores. Es capaz de entender nuestra voz y responder cuando preguntamos a un asistente digital. También la encontramos en los sistemas informáticos de nuestro banco o de nuestra aseguradora analizando nuestro perfil de riesgo, cuánto dinero puede prestarnos o qué productos financieros son más adecuados.

Están ustedes en las portadas, debe de ser bonito

Es agradable que ahora se preste tanta atención a la Inteligencia Artificial, pero si observamos su historia ya ha pasado antes por lo que llamamos los inviernos de la IA. Es fácil emocionarse demasiado y crear unas expectativas que no podremos cumplir. Esto es lo que llevó en el pasado a estos inviernos y algunos piensan que ya nos acercamos al siguiente.

Usted se unió al grupo de IA del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, germen del actual IIIA-CSIC, a mediados de los años ochenta. ¿A que se dedicaban entonces?

En aquella etapa se investigaba en campos fundamentales como el desarrollo de lógicas complejas. La informática utilizaba básicamente la lógica binaria, de sí o no. Cuando un programa tomaba una decisión había solamente estas dos opciones. Para abordar algunos problemas esto no funciona bien. Por ejemplo, trabajábamos en el campo de la medicina y para analizar la fiebre de un enfermo es insuficiente saber si un enfermo tiene o no fiebre. Necesitábamos trabajar con graduaciones. No es lo mismo tener poca, que bastante o que mucha fiebre. Las acciones a tomar son distintas. En esos casos, trabajar con una lógica limitada a sí o no puede hacer que una circunstancia muy pequeña, como una fiebre muy baja, desencadene una acción muy fuerte solo recomendada para fiebres altas. De ahí surgieron soluciones como las lógicas difusas, técnicas matemáticas que nos ayudan a tratar estos problemas. A día de hoy, esto puede parecer algo muy básico, pero en aquel momento no existía y fue muy importante.

La IA tiene más de sesenta años, debe de haber encontrado dificultades

Entre otros proyectos, en los inicios se invirtió mucho en los traductores automáticos de ruso a inglés y fue un fracaso. Años después este campo ha evolucionado mucho y ahora funciona bastante bien pero elementos lingüísticos como el sentido del humor, las metáforas o el contexto siguen siendo muy complicados de tratar. Aunque nos gusta atribuir actitudes humanas a las máquinas, en realidad estas no piensan, no entienden nada.

“Nos gusta atribuir actitudes humanas a las máquinas pero en realidad estas no piensan, no entienden nada”

¿Qué es lo que ha llevado a la IA a esta fase de esplendor?

En algunos casos, como las redes neuronales, la base científica se creó hace muchos años pero no existían las máquinas para desarrollarla. El gran aumento en la potencia de cálculo de los dispositivos y la inmensa cantidad de datos generados por los usuarios en internet o almacenados por las empresas es lo que ha hecho resurgir la Inteligencia Artificial.

Una de las barreras para acercarnos a esta especialidad es comprender en qué consiste, ¿podría explicarlo?

Es muy difícil definir la Inteligencia Artificial porque es muy difícil definir la Inteligencia, todas las definiciones son muy vagas y han ido cambiando con el tiempo. Hoy consideramos que la autonomía y la adaptación son características fundamentales de las máquinas basadas en IA. Es decir, un programa no debe depender de un elemento externo para funcionar, debe adaptarse, aprender de las experiencias. Un teléfono móvil, por ejemplo, no puede dejar de funcionar al perder acceso a una red inalámbrica. Debe disponer de alternativas, buscar otra red disponible, poner en espera y retomar más tarde aquellas tareas que  necesiten acceso a la red o preguntar al usuario, pero en ningún caso bloquearse. Otro aspecto muy actual es que un dispositivo de IA debe estar situado en su entorno. Los humanos estamos situados e interactuamos con nuestro entorno y los programas también deben percibir aspectos del mundo físico o virtual con el que se relaciona para poder reaccionar adecuadamente ante estímulos o cambios en su estado.

Como, por ejemplo, los robots

Así es, los robots son un buen ejemplo. Presentan de manera muy visible muchas de las características y técnicas de la IA. Intentan ser autónomos, aprender, utilizan sensores y pueden tener visión de su entorno para moverse adecuadamente, escuchar y tener lenguaje para comunicarse, etc…

Precisamente los robots se identifican con la idea de que el objetivo de la IA es imitar al hombre para reemplazarlo

Se trata de ayudar a las personas en tareas en las que una máquina puede ser útil. Se han hecho proyectos de enjambres de robots que podrían entrar a buscar heridos en una situación catastrófica donde es posible que un bombero no pueda entrar o el riesgo sea muy alto. A veces la IA es parte de un sistema más complejo, en medicina para diagnóstico o en robots para guiado de operaciones, por ejemplo. Son sistemas de ayuda que necesitan ser controlados por un humano, porque sustituirlo es demasiado complicado y desde un punto de vista ético no se puede dejar el control a una máquina. En algunas tareas sería deseable que las máquinas nos sustituyan pero si la gente que las realiza pierde su medio de vida, será un problema puramente social que debe ser abordado por la política.

¿Cómo se hace la Inteligencia Artificial? ¿A qué se dedican ustedes?

Es muy amplio y hay muchos trabajos distintos. Por un lado algunos investigadores hacen una investigación fundamental, muy matemática, con teoremas, algoritmos o definiendo nuevas lógicas que nos ayudan a abordar problemas cada vez más complejos y de maneras más eficientes. En muchos casos es un trabajo a largo plazo y con gran incertidumbre. Por otro lado, está la aplicación de los algoritmos y las técnicas de la IA a problemas concretos, que requiere un conocimiento experto de esta tecnología pero también entender el campo de aplicación. Esto exige un trabajo conjunto con especialistas de otras disciplinas, médicos, ingenieros, filósofos, astrofísicos o psicólogos.

¿Podría explicarnos cómo es esa colaboración?

Por ejemplo, la Inteligencia Emocional Artificial funciona con una base de emociones. Se puede utilizar en un programa que identifique las distintas emociones positivas o negativas sobre un tema analizando el lenguaje natural de usuarios en una red social. También se pueden programar respuestas asociadas a una determinada emoción. Para ello es necesario colaborar con psicólogos. Son ellos los que conocen y entienden las emociones.

Para imitar la inteligencia deben ustedes analizarla primero

Se valora poco, pero la investigación en IA nos obliga a pensar y entender nuestra propia inteligencia, es muy interesante.

“La investigación de la Inteligencia Artificial nos obliga a pensar y entender nuestra propia inteligencia”

Algunas de las líneas de trabajo de la Inteligencia Artificial como la Inteligencia de Enjambre parece relacionada con animales

Desde el punto de vista de una entidad, un humano es muy complejo y tratamos de emular esa inteligencia. Otras especies, como las abejas o las hormigas, son mucho más simples a nivel individual pero tienen un comportamiento social muy complejo. Los biólogos habían estudiado mucho estas conductas. El investigador de IA Marco Dorigo en los años noventa ya comenzó a buscar aplicaciones tomando el comportamiento de las colonias de hormigas cuando buscan alimentos. Cuando salen a por comida, las hormigas se distribuyen aleatoriamente en todas direcciones y dejan un rastro de feromonas que otras hormigas tienden a seguir. Aquellas hormigas que encuentran comida más cerca vuelven antes y por tanto aumenta el rastro de feromonas de ese camino que es seguido por más hormigas que lo reforzarán aún más. Poco después, todas las hormigas estarán siguiendo el camino más corto hacia la comida. Es un mecanismo de inteligencia social que poco tiene que ver con la inteligencia individual pero que ha sido imitado para crear técnicas que se utilizan, por ejemplo, en redes de telecomunicaciones y que se siguen mejorando.

Los aspectos éticos de la IA están siendo discutidos al más alto nivel en organizaciones como la Comisión Europea o la UNESCO, ¿son tan importantes?

Es un tema imprescindible porque la IA ha entrado en nuestra vida y es necesario establecer principios que no tienen que ver con la ciencia ni con la tecnología, son cuestiones a regular políticamente. En el caso del coche autónomo, por ejemplo, puede ser la mayor limitación para su aplicación real. Hay que establecer la cadena de responsabilidad, ¿quién es responsable en caso de accidente?, ¿el propietario?, ¿el fabricante?, ¿los ingenieros?. Un fabricante ¿tiene  derecho moral para hacer que un coche proteja siempre a su propietario?,  ¿incluso si para ello es necesario atropellar a un grupo de niños?, ¿se debe permitir?.

Los sesgos por sexo, raza, edad, etc. en algoritmos empleados por empresas o instituciones para recomendarnos productos, seleccionar candidatos a empleos o responder preguntas, entre otras muchas cuestiones, también son un reto ético, ¿son inevitables?

Por un lado una máquina de IA aprende de ejemplos, de muchos casos reales que tienen esos sesgos y por tanto presentará los mismos problemas. Es como llevar a un niño con malas compañías, aprende a ser malo. El gran problema es la falta de transparencia. Todos estos algoritmos, como el deep learning son una caja negra. Cuando aprenden, elaboran un modelo matemático implícito donde los humanos intervienen muy poco o nada. Por ejemplo, un algoritmo de IA para evaluar a clientes de un banco que solicitan un crédito puede dar una respuesta sobre si un cliente es más o menos apto pero no puede decirnos por qué, si es por sus ingresos, hábitos de compra, edad, sexo o qué combinación de todos esos factores. Existe toda una línea de investigación para hacer estos algoritmos explicables y que las personas podamos entender por qué han tomado una decisión.

”Un algoritmo puede dar una respuesta sobre si un cliente es más o menos apto para un crédito pero no puede decirnos por qué”

Usted co-dirige la Unidad de Desarrollo tecnológico en Inteligencia Artificial (UDT-IA) que tiene por objetivo la transferencia de conocimiento del IIIA-CSIC a la sociedad, ¿como realizan esta transferencia?

Hablando con mucha gente. Realizamos jornadas tecnológicas, analizamos sus problemas y proponemos soluciones. Hay un equipo de ingenieros con un perfil mixto entre el ámbito más científico y el empresarial.  Ellos son capaces de entender las necesidades reales y cómo estas tecnologías pueden ayudarles. Por otro lado, han surgido del IIIA varias empresas spin-off que aplican la IA en áreas como las recomendaciones en el sector financiero y el de los asistentes digitales que interaccionan con clientes o empleados.

¿Cómo ve el futuro de la Inteligencia Artificial?

En los últimos años se ha progresado muchísimo, quizás no tanto como algunos dicen, pero aún así el potencial es enorme. Es muy transversal, se puede utilizar para muchas cosas distintas, visión por computador que identifica objetos, dictado automático que reconoce la voz, análisis de diferentes tipos de datos, etc. Las empresas se están dando cuenta y muestran mucho interés en absorberla para sus producciones.

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Entrevista a Sandra Giménez Garrigues: «La comunicación con el paciente es una carrera de fondo»

La doctora Sandra Giménez se licenció en Medicina por la Universidad de Valencia para especializarse después en Oncología médica en el hospital de referencia de las Islas Baleares, Hospital universitario Son Espases. Completó su formación en el campo de la investigación y los ensayos clínicos en cáncer de pulmón en la universidad de Maryland en EEUU, en el Marlene & Stewart Greenebaum Comprehensive Cancer Center.
Actualmente trabaja como especialista médica en oncología en el Hospital Comarcal de Inca, desde donde nos recibe «virtualmente». Hoy hablamos con ella sobre cómo esta grave situación de crisis sanitaria causada por el Covid-19 está afectando a los pacientes en tratamiento oncológico.

P: ¿En qué medida se ha visto afectada la Unidad de Oncología del hospital por la pandemia? ¿Ha cambiado la política de visitas durante la crisis?
Sí, ha cambiado. Estamos intentando evitar que los pacientes se expongan a un posible contagio por coronavirus. La idea general es que se haga un balance entre los beneficios que puede aportar el tratamiento y los riesgos a los que se expondría cada paciente. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y otras sociedades oncológicas, han emitido varias guías con recomendaciones a adoptar por parte de los profesionales sanitarios durante la pandemia.

P: ¿Siguen entonces adelante todos los tratamientos de manera normal?
Estamos manteniendo los tratamientos de quimioterapia en curso. Tal vez estemos siendo un poco más restrictivos al considerar las alteraciones analíticas que conlleva la quimioterapia. Estos tratamientos suelen afectar a leucocitos, hemoglobina y plaquetas. En una situación normal, se puede continuar con las sesiones de quimoterapia a pesar de que los niveles de éstos componentes del sistema inmune no se hayan reestablecido del todo. Sin embargo, en una situación como la que estamos viviendo, optamos por alargar el tiempo entre sesiones para lograr una mayor recuperación de las defensas.En cuanto al seguimiento de los pacientes curados, se está haciendo por teléfono. Revisamos las pruebas y se avisa al paciente de que se le va a llamar. En los casos en los que el cáncer reaparece o necesitamos informar al paciente de que algo no va bien, sí que se les pide que vengan personalmente a la consulta.

P: ¿Son los enfermos de cáncer un grupo especialmente vulnerable? ¿Dentro de estos pacientes hay algún grupo con más riesgo de sufrir complicaciones por Covid-19?
Por definición, el paciente oncológico es un paciente de riesgo. Tener un cáncer activo implica una condición de inmunosupresión que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones. Si a esto le sumamos que los fármacos quimioterápicos pueden disminuir las defensas naturales del cuerpo, el riesgo aumenta. En cuanto a si existe algún paciente con mayor riesgo, muchos enfermos de cáncer de pulmón padecen también de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, o EPOC, que es considerada otro factor de riesgo. Pero en general, cualquier paciente con cáncer, del tipo que sea, es considerado como paciente de alto riesgo.

P: En las últimas semanas hemos sido testigos, y en ocasiones víctimas, de bulos relacionados con la pandemia por coronavirus. En los últimos años, muchos profesionales de la salud han advertido del creciente número de pacientes que llegan a la consulta «sobreinformados» ¿A qué es debida esta reacción?
En el caso de los pacientes que llegan a nuestra consulta, no existe una sola razón. Se mezclan muchas cosas. Ante la noticia de que se padece cáncer, las emociones son muy diversas: el impacto inicial, el miedo, el desconcierto y, finalmente, la aceptación. Es totalmente comprensible que ante tal abanico de sentimientos, el paciente acuda a otras fuentes de información en busca de respuestas, de explicaciones, de soluciones a algo que no siempre las tiene. El problema aparece cuando los pacientes no distinguen si una información es fiable o cuando incluso llegan a malinterpretar información que sí lo es.

P: ¿Puede esta mala interpretación poner en peligro la confianza en los profesionales sanitarios?
Son varios los motivos que causan desconfianza. Algunos pacientes la traen puesta de casa. Debemos tener en cuenta que no solo la información que puedan encontrar en internet u otros medios, sino también las convicciones personales de cada paciente, sus propias experiencias o las de sus seres queridos, influyen en que puedan llegar a sentir una cierta desconfianza. Un caso extremo es el de las terapias alternativas: hemos llegado a tener pacientes que deciden abandonar su tratamiento por este tipo de terapias y, cuando más tarde vuelven a la consulta, poco queda por hacer.

P: No debe ser fácil lidiar con este escenario…
No lo es, pero afortunadamente no es un escenario frecuente. Además, en el tiempo que llevo trabajando como especialista en Oncología, he observado que también ocurre lo contrario. Me refiero, a pacientes que empiezan mostrando una cierta desconfianza pero ésta disminuye con el tiempo. Supone un gran esfuerzo, pero es parte de nuestro trabajo. La comunicación con el paciente es una carrera de fondo. Sobre todo, con enfermos de cáncer metastásico, debemos gestionar la información, ajustar sus expectativas y ayudar a que el paciente también la gestione y la comprenda. No podemos olvidarnos de que el cáncer sigue siendo un tema tabú y de que suele tratarse de pacientes muy vulnerables.

P: ¿Se «recetan» páginas web con información fiable?
Sí, es muy importante. De hecho, ya se hace. Depende del perfil de paciente, de su edad, nivel educativo, acceso a la información… Pero muchos pacientes te piden artículos o que les recomiendes páginas web donde buscar información. La SEOM, por ejemplo, ofrece información al paciente muy recomendable para que entienda todo el proceso.

P: Aunque imagino que los tratamientos están muy estandarizados, siguen existiendo diferencias en el porcentaje de supervivencia entre España y otros países como Japón o Estados Unidos. Después de tu estancia en Estados Unidos, ¿qué diferencias encontraste entre ambos sistemas de salud?
Encontré una diferencia que me chocó mucho. Allí la medicina personalizada es una realidad, encuentran un tumor y secuencian su ADN, conocen todas sus características genéticas y eso es determinante para poder encontrar el mejor tratamiento. Tienen la posibilidad de encontrar mutaciones que permiten individualizar los tratamientos, utilizando terapias dirigidas. En España no se ha llegado todavía a ese nivel. Se hace, sí, pero solo en pacientes con características muy específicas o que son candidatos a ensayos clínicos. Este sistema de medicina «a la carta» sería muy caro para un sistema de salud universal como el nuestro. Son sistemas que nada tienen que ver el uno con el otro, compararlos no es posible…

«El cáncer sigue siendo un tema tabú»

P: Según la OMS, se estima que un 30-50% de los cánceres se puede prevenir. ¿Cree que estamos cerca de detectar el cáncer antes de que aparezca?
Seguramente será posible en un futuro, pero en la actualidad solo estamos cerca en el caso de los cánceres hereditarios. Se pueden detectar mutaciones en determinados genes de susceptibilidad. Por ejemplo, alteraciones en el gen BRCA aumentarían el riesgo de padecer cáncer de mama, entre otros y, cambios en los genes asociados al síndrome de Lynch,
aumentarían la probabilidad de sufrir cáncer de colon. Una detección precoz de estas mutaciones y la adopción de medidas de prevención, sin
duda aumentan muchísimo la tasa de curación.

Por otro lado, se encuentran las mutaciones causadas por infecciones víricas. Como ejemplos tenemos el virus del Papiloma Humano en el caso del cáncer de cérvix o el de amígdala, y el virus de la Hepatitis C y el cáncer de hígado. Estos virus pueden modificar el ADN de nuestras células dando lugar a un cáncer. El papel de las vacunas aquí es esencial. De hecho, el desarrollo de la vacuna contra el virus del Papiloma Humano ha sido un gran logro porque se consigue eliminar una de las causas responsables de la aparición de esta enfermedad.

La Dra. Giménez en el Hospital Comarcal de Inca

P: Y en relación a los tratamientos, ¿ofrecen todos los fármacos disponibles actualmente las mismas ventajas?
Es vital que el paciente sepa el tipo de terapia que está recibiendo. No es lo mismo una quimioterapia orientada a curar, que una quimioterapia adyuvante, cuyo objetivo es la prevención de que el cáncer en un paciente ya curado reaparezca. También existen, de otro lado, los cánceres metastásicos que requieren de tratamientos paliativos. En función del escenario en el que se halle el paciente, el tipo de cáncer y el estadío en el que se encuentre, la finalidad del tratamiento es distinta. Incluso, a veces, se trata de los mismos fármacos quimioterápicos utilizados en escenarios diferentes.

P: ¿La inmunoterapia o las terapias dirigidas desbancarán a los tratamientos convencionales?
Sí, ya lo están haciendo. Por ejemplo: la inmunoterapia, que se basa en quitar la capa de invisibilidad que utilizan algunos tumores para ocultarse de nuestro sistema inmune, ha causado una auténtica revolución en casos de melanoma en los últimos años. Hoy en día un melanoma metastásico que, hasta hace relativamente poco, tenía un pronóstico muy desfavorable, puede incluso llegar a curarse. Las tasas de curación aún son muy bajas, pero esto antes era impensable. Además, la esperanza de vida con la inmunoterapia también es mayor. Puedes tener la enfermedad controlada
durante mucho más tiempo que antes de la llegada de este tratamiento.

«La inmunoterapia, {…}, ha causado una auténtica revolución en casos de melanoma en los últimos años. {…} Las tasas de curación aún son muy bajas pero eso antes era impensable»

P: Y en el caso de las terapias dirigidas, ¿cuál es la ventaja? El mayor beneficio es que presentan menos efectos secundarios. Estos tratamientos son muy interesantes porque utilizan fármacos que reconocen específicamente componentes celulares (proteínas, por ejemplo) que se encuentran presentes en las células cancerígenas de una manera alterada. En ciertos tipos de cáncer de pulmón, se están utilizando con resultados muy buenos. Los avances de los últimos años han sido numerosos y valiosísimos, en todas las fases del cáncer, y esto nos hace pensar que estamos en el camino correcto para conseguir avances todavía más revolucionarios que seguro nos están esperando.

Proteger las plantas, proteger la vida

A finales de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2020 sería el Año Internacional de la Sanidad Vegetal en un esfuerzo por poner en valor una disciplina que se encarga de cuidar aquello que posibilita nuestra propia existencia, motivo por el que celebramos el nombramiento bajo el lema ‘Proteger las plantas, proteger la vida’.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las plantas producen el 98% del oxígeno que respiramos y constituyen el 80% de los alimentos que comemos, además debemos tener en cuenta que los animales que consumimos son herbívoros y por lo tanto las plantas también son la base de su dieta. Por ello Ana María Ortega Gea, profesora del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH), tiene claro que el ser humano puede vivir porque hay plantas: “Si desaparecieran las plantas, desapareceríamos nosotros también”. 

En esta línea, Pedro Luis Guirao Moya, profesor del mismo Área, subraya: “Las plantas son el productor primario más importante en tierra firme, tienen la capacidad de transformar la luz del sol, las sales del suelo y el CO2 del aire en materia orgánica”. Ambos expertos coinciden en que la vida vegetal juega un papel fundamental no solo en la producción de oxígeno, sino también en la formación y conservación de los suelos, que evolucionan gracias a la actividad biológica, y del resto de la vida. 

Los profesores Ana María Ortega y Pedro Guirao en los jardines de la EPSO.
Ana María Ortega Gea y Pedro Luis Guirao Moya, profesores del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO)

La sanidad vegetal vela por la salud de cultivos, plantas ornamentales y especies forestales. Para ello se centra en combatir plagas, enfermedades y malas hierbas. Las plagas son amenazas externas causadas generalmente por insectos, ácaros y otros artrópodos, pájaros, conejos, roedores, etc. Atacan comiendo los vegetales, poniendo huevos y manchando tanto las cosechas como las plantas ornamentales. Por el contrario, las enfermedades afectan a la vida vegetal de forma interna y, al igual que ocurre con los humanos, están causadas por virus, bacterias, hongos y otros microorganismos. A veces, ambas están íntimamente ligadas ya que existen enfermedades que son inoculadas por plagas, como es el caso de la Xylella fastidiosa, una enfermedad detectada recientemente en España que se transmite por algunas especies de insectos voladores y que supone una grave amenaza para el entorno mediterráneo. Por otro lado, las malas hierbas suponen un peligro para las plantas cultivadas porque compiten con ellas por recursos como la luz del sol, los nutrientes del suelo o el propio espacio.

Ortega pone el punto de mira en la necesidad de concienciación y señala que cuando enferman las plantas se produce un impacto en el medio ambiente y en el desarrollo económico y destaca que los ciudadanos no siempre son conscientes de ello. En este sentido, Guirao considera que, en parte, se debe a que las plantas se van degradando de forma silenciosa: “Cuando se quema un bosque se ve, pero cuando el bosque va poco a poco enfermando muchas veces es un proceso más lento, menos perceptible”. 

El frenético ritmo de vida que caracteriza a la sociedad actual también afecta a la salud de las plantas. El aumento del turismo y el comercio internacional tienen un fuerte impacto en la vegetación autóctona porque facilitan que las plagas y las enfermedades se propaguen a gran velocidad. Por ese motivo existen normativas internacionales que prohíben introducir plantas de forma particular en las fronteras y aduanas, que exigen que las empresas envíen sus materiales vegetales acompañados de un pasaporte fitosanitario, y que establecen periodos de cuarentena, pero ambos investigadores consideran que la inspección fitosanitaria en las fronteras “tiene que ser más intensa, más exigente”. 

Por ello los expertos llaman a la colaboración ciudadana y advierten de lo peligroso que puede ser para la vegetación local que se traigan plantas o semillas de los viajes al extranjero. El profesor de la UMH señala que esa colaboración también implica ser consumidores más conscientes: “Tenemos que cambiar de hábitos, consumir frutas y verduras de temporada y a ser posible de mercados locales, además de por supuesto comprar y consumir lo necesario, porque se está desperdiciando mucha comida”. 

Es difícil predecir cómo afectará el cambio climático a la salud vegetal, pero los expertos aseguran que se producirán cambios porque el incremento de las temperaturas podría favorecer la introducción y expansión de plagas que hasta el momento solo se encuentran en áreas tropicales o subtropicales; pero también señalan que podría darse la situación contraria y que los veranos más calurosos no favorezcan a aquellas plagas que necesitan temperaturas más suaves para vivir.

Inspección, legislación, sanción, educación y formación

Uno de los pilares básicos de la sanidad vegetal es la Gestión Integrada de Plagas y enfermedades, que se compone de varias acciones: seguimiento de los cultivos, inspecciones buscando plagas o enfermedades, colocación de trampas para detectar amenazas como las láminas cromáticas adhesivas que se ubican entre los cultivos, aplicación de métodos preventivos como las variedades resistentes, las feromonas o las mallas en los invernaderos. Por último, si es necesario, la aplicación de medidas curativas cuando las plagas alcanzan un umbral crítico establecido gracias a investigaciones previas.

Los sistemas de supervisión y alerta temprana pueden ser determinantes para el éxito de la gestión de las plagas y enfermedades. Las comunidades autónomas disponen de Servicios de Sanidad Vegetal que se encargan de inspeccionar los campos de cultivo, pero lo cierto es que se lleva a cabo mediante trabajo en equipo con los agricultores, que en muchas ocasiones son los primeros que detectan la posible amenaza y dan la voz de alarma. 

Los expertos señalan que además existe un amplio abanico legislativo que marca las pautas del control integrado y del uso sostenible de los productos fitosanitarios pero coinciden en que el principal reto al que se enfrentan es que se cumplan las normativas existentes. Afirman que debería haber un mayor control para asegurar que así sea y apuestan por la inspección, legislación, sanción y, de forma paralela, educación para enseñar a la sociedad desde la infancia la importancia que tiene la sanidad vegetal, y una formación más exhaustiva y continuada para los agricultores y técnicos agrícolas. En este sentido, la profesora Ortega pone de manifiesto que la prevención no sólo es rentable sino indispensable: “A pesar de que en medicina actualmente existen algunos viricidas, en agricultura no disponemos de antibióticos para controlar las enfermedades bacterianas, ni de productos viricidas para controlar los virus. Debemos ir directamente a prevenir la transmisión porque si sufren esas enfermedades no podrán curarse”.

La prevención cobra especial importancia ante situaciones tan críticas como la que se está viviendo actualmente en el Cuerno de África, que se encuentra asolado por nubes de millones de langostas del desierto que devoran los alimentos y acaban con la vegetación. En este caso, los profesores coinciden en que el control de estas plagas se debe basar fundamentalmente en la predicción y remarcan que se ha de investigar para conocer cuáles son las condiciones ambientales que favorecen su aparición periódica y buscar, además, métodos de control preventivos que se apliquen de forma más intensa cuando se prevean esas condiciones favorables: “Todas estas respuestas, como siempre, se deben buscar investigando”.

20 plagas prioritarias para la Unión Europea

¿Métodos ecológicos para cuidar las plantas?

La FAO fomenta el uso de métodos ecológicos para luchar contra las plagas, los más frecuentes son el control biológico mediante la conservación y la introducción de fauna útil, que consiste en utilizar organismos para prevenir o reducir el ataque de las plagas para evitar daños mayores, o el uso de variedades resistentes. Pero estos investigadores del Área de Producción Vegetal subrayan que también es posible utilizar fitosanitarios en la agricultura ecológica si tienen su origen en la naturaleza, se componen de extractos de plantas o de sustancias de origen mineral, como es el caso del azufre y las sales de cobre. La profesora Ana María Ortega explica que los productos fitosanitarios también pueden tener efectos secundarios sobre la fauna útil porque estos insectos, que son beneficiosos para las plantas, desafortunadamente son similares a aquellos que causan las plagas, y se ven afectados por estos productos. Por ello cada vez se va avanzando más en el conocimiento de los fitosanitarios y el cuidado de los insectos beneficiosos ha cobrado un rol fundamental en la creación de estas herramientas.

Ambos investigadores afirman que los medios ecológicos pueden ser igual de efectivos que los medios convencionales y que los agricultores se decantan por unos u otros en función del producto que deseen obtener. Para poder vender frutas y hortalizas bajo la etiqueta ‘agricultura ecológica’ deben haberse cultivado utilizando exclusivamente métodos que responden a este sistema agrario regulado por la Unión Europea, que mantiene la diversidad y reduce los residuos. La profesora de la UMH hace hincapié en que esta decisión depende mucho de la demanda de los consumidores. 

Sin duda todas estas cuestiones estarán muy presentes en la Comisión de Medidas Fitosanitarias, prevista para realizarse del 29 de junio al 3 de julio en Roma, y en la Conferencia Internacional sobre Sanidad Vegetal que se celebrará en Helsinki del 5 al 8 de octubre. A lo largo del año tendrán lugar, además, diversas actividades en varios puntos del mundo para conmemorar el nombramiento.

Entrevista a Amparo Vilches: «La alfabetización científica es un derecho»

Catedrática de Didáctica de Ciencias Experimentales y Sociales de la Universitat de València.

Amparo Vilches es licenciada en Química y doctora en Educación. Su trayectoria le otorga una amplia perspectiva del ámbito educativo desde una doble dimensión como catedrática de la especialidad de Física y Química en Enseñanza Secundaria, tarea que confiesa echar de menos. Nos recibe en su despacho con inquietud por resolver nuestros interrogantes y acaba el encuentro poniendo a prueba nuestra cultura científica. Conversamos con ella sobre sostenibilidad en el marco de la puesta en marcha de la agenda 2030 y los principales retos de la comunicación científica.

¿Qué es la “Ciencia de la Sostenibilidad”?

Esta disciplina apareció a principios de los 2000 fruto de las dificultades socioambientales, no se trata de problemas aislados sino de problemas que están relacionados y se potencian unos a otros. La ciencia de la sostenibilidad puede resumirse en cuatro características fundamentales. En primer lugar, es interdisciplinar, surgió como un nuevo campo de estudio para unificar las problemáticas con las diferentes áreas de conocimiento, pretendía una ruptura de la barrera entre ciencias y humanidades. En segundo lugar, es transdisciplinar, busca incorporar la opinión de las personas que no están en el mundo académico porque son las que tienen que llevar adelante las propuestas para avanzar hacia una sociedad más sostenible. Las dos características restantes requieren una visión holística, espacial y temporal; por un lado, necesitamos una perspectiva glocal, término para referirnos a ambos niveles, local y global, y por otro lado, no podemos contemplar únicamente lo que está pasando hoy, debemos hacerlo a medio y largo plazo. Después de casi veinte años no se ha impuesto, de hecho, hemos llevado a cabo una investigación preguntando a quienes trabajan en el campo de la sostenibilidad, en la Universitat Politècnica de València (UPV), en la Universitat de València (UV) y en la Universitat d’Alacant (UA), y casi nadie había oído hablar de la ciencia de la sostenibilidad.

¿Existe formación en sostenibilidad?

La educación para la sostenibilidad nació en los años noventa y ha ido impregnando a las propias universidades. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) organizó en el año 2005 un encuentro en el que se debatió sobre la necesidad de la presencia de la sostenibilidad en los currículos del plan Bolonia. Hemos hecho un estudio de las guías docentes de las diferentes materias y los temas de sostenibilidad está incluidos entre las competencias profesionales de los futuros maestros y profesores, pero eso no quiere decir que se lleve a cabo. La transversalidad, poco a poco, se va imponiendo a través de las personas implicadas que actuamos como una mancha de aceite. Se están dando algunos pequeños pasos, pero insuficientes para la gravedad del problema, incrementa la atención a esta problemática pero la velocidad a la que aumenta es mucho mayor, por tanto, necesitamos más acciones.

«La Ciencia de la Sostenibilidad es interdisciplinar, transdisciplinar y requiere una visión holística espacial y temporal»

Según datos de la UNESCO, solo alrededor del 30% de las estudiantes escogen estudios STEM. ¿Cómo se está promoviendo la incorporación de niñas y mujeres en ciencia?

Los temas de ciencia y género se han tratado en diversas ocasiones y algunos estudios apuntan a una decisión asociada a una gran presión social. Considero que es un tema muy relacionado con la educación y esta empieza en la infancia, desde la enseñanza se está intentando promover a través de la divulgación. En la Facultad de Magisterio, en la que estamos trabajando los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se persevera para que no exista esa discriminación desde niños en los planes de estudio. No obstante, la presión social y familiar aún sigue siendo muy fuerte, no han cambiado mucho las cosas. Tenemos tantos ejemplos de mujeres impresionantes referentes en diferentes campos de investigación y la gente las desconoce, es cierto que en algunos casos han tenido que poner el apellido del marido, pero todos tenemos que seguir luchando para impedirlo. Los estereotipos están muy arraigados, yo misma soy mujer y científica pero me he dedicado a la educación que es un ámbito feminizado.

Amparo Vilches en su despacho. Lucía Coll Peinado

¿Por qué la educación y las ciencias son fundamentales en el desarrollo del pensamiento crítico?

El pensamiento crítico está muy relacionado con la enseñanza de las ciencias porque la cultura científica conlleva determinadas características. Los científicos se hacen preguntas y plantean hipótesis que se ponen a prueba, todo ese carácter tentativo no se muestra, la ciencia se enseña como algo acabado. Se aboga por la necesidad de contar con evidencias científicas pero yo no soy partidaria de la palabra evidencia. «Más evidente que la Tierra está en reposo…», como señalaban algunas teorías…  Yo necesito pruebas, no evidencias porque nuestros sentidos nos engañan. Tenemos que formar ciudadanos críticos.

¿Hay que acercar la ciencia a la población?

Los movimientos “ciencia para todos” o “alfabetización científica de la ciudadanía” se originaron a finales de los años ochenta. La ciencia forma parte de la cultura científica que cualquier ciudadano debe adquirir. Sin embargo, parece que hoy se puede alardear de confundir un gen con un cromosoma pero si no sabes quién es Mozart eres un inculto. Es un tema complejo porque tenemos el enemigo en casa, los docentes universitarios de ciencias piensan que la ciencia no está al alcance de todos y debe ser para una ciudadanía preparada, pero todos los ciudadanos deben tener unos conocimientos mínimos. Einstein decía que la ciencia no piensa en fórmulas, que en la cabeza tenemos ideas y debemos ser capaces de explicarlas con palabras sencillas. Tenemos que hacer la ciencia asequible a la ciudadanía y evitar apoyarnos en fórmulas. Creo que necesitamos hacer una ciencia de la ciudadanía, una ciencia que forme parte de la cultura para que también cambie el papel de las mujeres, somos más del 50% de la población mundial y tenemos que formar parte de esa ciencia, la ciencia que se aprende y la ciencia que se enseña.

Usted afirma que «la participación ciudadana en la toma de decisiones es una garantía de aplicación del Principio de Precaución». ¿Qué responsabilidad ostentamos como ciudadanos?

El Principio de Precaución dice que no podemos comercializar ni poner en funcionamiento ningún nuevo desarrollo científico o tecnológico que no estemos seguros de que no es perjudicial para la especie humana, para los seres vivos y para el planeta. El Principio de Precaución es esencial, está firmado por todos los países, pero se ponen en marcha productos que no se han testado. Los científicos debemos transmitir a la ciudadanía la necesidad de ser capaces de participar en la toma de decisiones, la población es quien vigila ese Principio de Precaución y por eso tenemos que alfabetizar a la ciudadanía.

Por tanto, volvemos a la idea de la visión de la ciencia de la sostenibilidad y la transdisciplinariedad, para que todas las personas con conocimientos, aún sin ser profundos, puedan opinar. En muchos países se ha cerrado la puerta a que la ciudadanía opine sobre cambio climático alegando complejidad en los conceptos y es la ciudadanía la que ha conseguido que se prohíban las sustancias contaminantes que han producido el adelgazamiento de la capa de ozono. Esto demuestra que necesitamos que la ciudadanía esté alfabetizada científicamente.

«Los científicos debemos transmitir a la ciudadanía la necesidad de ser capaces de participar en la toma de decisiones»

Según el último informe PISA, España ha sufrido un descenso en la evaluación de las ciencias, consiguiendo sus peores datos y situándose por debajo de la media de la OCDE. ¿Cómo se interpretan estos resultados?

El informe PISA es una prueba de evaluación y las cuestiones están relacionadas con la toma de decisiones de aspectos vinculados a la vida cotidiana que tienen que ver con la ciencia y la tecnología, lo que se pregunta en las pruebas no lo enseñamos en el aula de ciencias, enseñamos una ciencia descontextualizada, alejada de la vida del estudiante. PISA, utilizado como instrumento, es interesante y los resultados del informe deberían servir a los docentes de ciencias para decir: «No estoy preparando a mis estudiantes». La prensa azuza: “¡Qué mal estamos!” Pero si extrapolamos los datos de los resultados a una escala sobre diez, estamos sobre 7.5, las diferencias no son tan significativas. Donde sí hay diferencia entre países es en el presupuesto de educación y eso es cuantificable.

La investigadora muestra algunos recursos de ludificación. Lucía Coll

En relación a los resultados de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia en España de 2018 de la FECYT. ¿Hay analfabetismo científico?

Sí. La forma de enseñar en la educación reglada, así como la ciencia informal explicada a través de los medios de comunicación no están ayudando a la alfabetización científica. Hay analfabetismo y además a la gente no le importa, los objetos se hacen para que podamos usarlos sin tener conocimiento de cómo funcionan y cuanto más fácil sea mejor.

¿Qué supone ese analfabetismo en un mundo tecnificado?

Pensamos que no necesitamos la alfabetización directamente, pero es un error. Necesitamos educar en el mundo tecnificado que nos rodea para perder el miedo a ese conocimiento científico, para poder intervenir y tomar decisiones, para despertar el espíritu crítico y añadiría una cuarta razón, el placer de saber. La alfabetización científica es un derecho, hay países donde la educación científica está prohibida, no solo a las mujeres, también a los hombres.

«El gran reto de la comunicación científica es saber qué ciencia queremos transmitir»

¿Cuál considera que es actualmente el principal reto en la comunicación y la divulgación de la cultura científica?

El gran reto de la comunicación científica es saber qué ciencia queremos transmitir. La formación en el periodismo científico es importante, ya que son los intermediarios entre la ciencia y la ciudadanía, tienen la capacidad de trasladar cómo trabaja la ciencia y sus efectos, no solo el conocimiento científico. En esta última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP25, pareció apreciarse un salto en la información de los medios de comunicación en torno a la necesidad de educar a la ciudadanía en todos los ámbitos y creo que es fundamental que además esa educación tenga en cuenta las nuevas tecnologías. Podemos verlo con el tema del coronavirus, la diferencia entre escuchar a un responsable de sanidad facilitando información a todo aquello que llega a través de redes sociales.

Debemos comunicar una ciencia impregnada por las implicaciones entre ciencia, tecnología, sociedad y ambiente. La ciencia ha cambiado nuestra forma de ver el mundo y los ciudadanos tenemos que ser conscientes del papel enorme que podemos jugar en los cambios que tienen lugar en la sociedad.

«Mi trabajo como científica es divertidísimo. Me levanto cada día con ganas preguntándome qué es lo que voy a hacer hoy»

La bióloga Patricia Boya es una de las mayores expertas de España en autofagia, una función del organismo que permite desechar y reciclar basura celular.

Miguel Ángel Alegre

Patricia Boya, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y presidenta de la Sociedad Española de Autofagia (SEFAGIA).

Patricia Boya (Valladolid, 1971) es presidenta de la Sociedad Española de Autofagia (SEFAGIA), doctora en Biología por la Universidad de Navarra e investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). SEFAGIA es una organización científica que promueve la investigación sobre la autofagia en España y que tiene como objetivo fortalecer la competitividad de los grupos españoles interesados en la autofagia e impulsar la excelencia de la investigación básica y traslacional. Nos encontramos en el vestíbulo del Hotel Barceló V Centenario de Cáceres, donde se celebró del 4 al 6 de marzo el congreso SEFAGIA en su edición del año 2020. Hablamos de autofagia, de su carrera científica, de su día a día como investigadora y de cómo la ciencia ha estado presente desde los primeros días de su vida.

P: ¿De dónde proviene su vocación como científica?

R: Mi padre es físico teórico y siempre he visto la ciencia en casa. Pero concretamente, mi inclinación por la biología me la inculcó una profesora que tuve en el instituto en 2º de B.U.P. Me abrió los ojos ante las posibilidades que albergaba este campo para conocerse a uno mismo, que es lo que realmente implica saber el funcionamiento de tus células. Me acuerdo que fue porque nos mandó en clase un trabajo en el que teníamos que comparar los distintos tipos de animales: por ejemplo, las esponjas, los gusanos… Era una tabla grande donde apuntamos las diferencias entre sus aparatos y sistemas. El hecho de ser capaz de ver aquello de un solo vistazo y de cómo iban evolucionando los órganos hasta llegar a nosotros me pareció fascinante. Eso fue con 16 años y todavía sigo interesada en descubrir más y más sobre cómo funcionan nuestras células para ser lo que somos.

P: ¿Cómo describiría su día a día en el laboratorio?

R: Mi trabajo es divertidísimo. Cada día cuando me levanto me pregunto a mí misma: “¿Qué voy a hacer hoy?”, y siempre tengo varias opciones muy distintas. Puedo leer un artículo para entender un método nuevo, escribir el último resultado científico que hemos encontrado y ponerlo en contexto de lo que se sabe, hablar con mis estudiantes acerca de nuestros últimos descubrimientos, pensar cuál es el siguiente paso para avanzar en nuestra investigación y llegar a descifrar completamente el proceso que estamos estudiando… Aunque a veces tengo que hacer cosas tan aburridas como rellenar papeles, desgraciadamente tengo que rellenar un montón.

P: Usted investiga sobre el proceso de autofagia, ¿cuál es la mejor definición para que todo el mundo pueda hacerse una idea de lo que es?

R: Es una forma de eliminar la “basura” de tus células. Es un sistema de limpieza, pero también de reciclaje. Cuando se degrada esa basura, los materiales que se obtienen pueden ser utilizados para realizar otras funciones. Por ejemplo, yo tengo una silla vieja que ya no me sirve porque está rota o porque no me gusta. Lo que puedo hacer es coger esa silla y sacar de ella trozos de madera para hacerme una estantería nueva. Eso es lo que hace la autofagia con los componentes celulares.

«La autofagia es una forma que tienen las células de eliminar su “basura”. Es un sistema de limpieza, pero también de reciclaje. Los materiales que se obtienen pueden ser utilizados para realizar otras funciones.»

P: ¿Cuándo surge el interés en el mundo de la ciencia por la investigación en autofagia?

R: Aunque la autofagia se conoce desde hace más de 50 años, su interés creció mucho a raíz del descubrimiento en los años 90 de los genes que regulan el proceso, los genes ATGs. Con el conocimiento de estos genes se podía manipular la autofagia y entender qué sucedía cuando no funcionaba bien. Ahí se comprendió que la autofagia era esencial para muchísimas de las funciones de nuestras células y tejidos.

P: ¿Por qué es importante la investigación en autofagia?

R: Todas nuestras células necesitan de este sistema para mantenerse limpias. Cuando este sistema de reciclaje no funciona bien, se acumula basura en las células. Un ejemplo sencillo, cuando una célula se divide en dos, puede repartir esa basura entre sus células hijas a mitad y mitad. Pero en las células que no se dividen, como las neuronas o las células musculares, la basura se va a acumulando a lo largo de toda su vida y si el proceso de autofagia no funciona correctamente puede provocar alteraciones en la célula. La investigación en autofagia nos va a permitir entender este mecanismo, que ya de por sí es muy interesante, y buscar estrategias para modularla en aquellos casos en los que no se desempeña como es debido.

P: ¿Cuáles son las aplicaciones de la investigación en autofagia?

R: Un caso prototípico son las enfermedades neurodegenerativas. En estas enfermedades se acumulan tóxicos en las neuronas. El hecho de aumentar la autofagia en ellas permite que se elimine y se recicle ese material tóxico. Nos estamos enfocando en terapias basadas en la inducción de autofagia para tratar estas y otras patologías. Además, la autofagia no sólo tiene aplicaciones en enfermedades, sino también en otras áreas como la biotecnología o la biología vegetal. Todas las células utilizan la autofagia, por lo que hay muchas posibilidades de que sirva para mejorar y resolver retos en diversos sectores.

«El tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas es una de las aplicaciones de la investigación en autofagia. Además, como todas las células utilizan la autofagia, hay muchas posibilidades de que sirva para resolver otros retos»

P: Ha publicado papers en los que explica la relación de la autofagia con el cáncer y enfermedades de la retina.

R: El cáncer es complicado y hay que tener mucho cuidado porque sospechamos que dependiendo del estadio en el que se encuentre la enfermedad, la autofagia puede ser beneficiosa o perjudicial. Aun así, hay muchas investigaciones dirigidas a entender la autofagia en los procesos tumorales por si se pudiese utilizar para diseñar tratamientos antitumorales.

En cuanto a las enfermedades de la retina, en mi equipo trabajamos sobre todo con el sistema nervioso, y en él nos hemos centrado en la visión. Queremos entender el papel de la autofagia en el funcionamiento de nuestras neuronas del ojo y por qué la autofagia es buena para la diferenciación neuronal. Cuando se está formando el sistema nervioso, se parte de un neuroblasto, que es una célula que se divide durante el período embrionario. Del neuroblasto se forma la neurona a través de un cambio de metabolismo y de morfología. Una neurona que ya no se va a dividir más y tiene su axón, sus dendritas… Hemos descubierto que para que eso ocurra se necesita que haya mucha autofagia en un momento determinado. Si todo esto falla, no se forma la neurona. Las alteraciones de la autofagia están asociadas a enfermedades de pérdida de visión, como la retinitis pigmentosa o el glaucoma. En el caso del glaucoma, es una enfermedad asociada a la edad.

P: ¿Cómo afecta el envejecimiento al proceso de autofagia?

R: Cuando se hacen viejas nuestras células, sus sistemas de autofagia funcionan peor. Creemos que estrategias que aumentan esa autofagia pueden ayudar a mantener nuestras células más jóvenes.

P: ¿Qué métodos y técnicas suelen seguirse en un laboratorio de investigación en autofagia?

R: Trabajamos con células, tejidos y animales. Utilizamos ratones modificados genéticamente que tienen fluorocromos, unas moléculas fluorescentes que nos permiten observar al microscopio el proceso de autofagia. O empleamos células o tejidos que no tienen alguno de los genes de la autofagia, por lo que ésta no funciona bien y observamos las consecuencias.

P: ¿Cuáles son los trabajos de los que está más orgullosa de toda su carrera científica?

R: Son dos. El primero cambió por completo el paradigma de lo que se conocía en el campo de la autofagia. Cuando yo comencé a trabajar en autofagia, cuando se descubrieron sus genes, se pensaba que era un proceso asociado a la muerte de las células. Ese era el dogma. Ahora resulta bastante obvio que protege a la célula. Por aquellos tiempos no teníamos definidos los métodos más eficaces para estudiar la autofagia. Lo que hacíamos era observar las células al microscopio. Éstas tenían muchos autofagosomas, la característica principal de la autofagia, y se morían. Los autofagosomas son los orgánulos celulares que actúan a modo de bolsas de basura. En ellos, las células almacenan el material que quieren degradar y reciclar y luego vierten lo que serían las tijeras: las enzimas que rompen y procesan todos esos residuos. Estuve bastante tiempo intentando entender este proceso de muerte celular induciéndolo en las células, quitándoles los nutrientes y tratándolas con fármacos. Todo ello resultaba en su muerte, pero si inhibía el proceso de autofagia morían todavía más. Fue en la Gordon Conference en Estados Unidos, el primer congreso que hubo de autofagia, donde, al fijarme también en lo que hacían los otros investigadores, até cabos y me di cuenta de que lo que probablemente estuviera ocurriendo es que las células utilizasen la autofagia para sobrevivir. Justo al contrario de lo que se creía. La autofagia era un sistema protector de las células, y no un tipo de muerte celular.

«Cuando comencé a trabajar en autofagia, se pensaba que era un tipo de muerte celular. Pero investigando descubrí que era justo al contrario, la autofagia es un sistema protector de las células»

P: ¿Y el segundo?

R: Fue el descubrimiento del papel de la autofagia en el cambio no sólo morfológico sino también metabólico en la diferenciación neuronal. Ya lo he comentado antes, pero entrando más en detalle, esa autofagia en concreto es selectiva, eliminando las mitocondrias y recibe el nombre de mitofagia. Las mitocondrias son los orgánulos de nuestras células que producen energía de forma muy eficiente. Si no se tienen estos orgánulos, la energía se obtiene por la vía de la glicolisis, que es mucho más rápida, aunque menos eficaz. Pero tiene una ventaja, y es que permite obtener materiales adicionales para generar masa en la biosíntesis. Este cambio metabólico permite a las neuronas en ciernes poder crecer y generar su axón. Luego esas neuronas vuelven a utilizar las mitocondrias con normalidad. Una situación parecida ocurre en las células tumorales, y también en los macrófagos y linfocitos T cuando se activa la respuesta inmune. Son circunstancias en las que las células necesitan obtener energía de la forma más inmediata posible.

P: ¿Cómo surgió SEFAGIA?

R: Llevo trabajando en autofagia desde hace bastante tiempo. Al volver a España en 2004 (NdE: Patricia Boya cuenta en su curriculum con dos estancias internacionales en el Centro Nacional para la Investigación Científica, CNRS, de París, Francia y la Universidad de Cambridge, Inglaterra) era una de las pocas personas que había estado estudiando este proceso. Al ser un campo muy nuevo, había mucha gente interesada en aprender sobre ello y nos contactaron para colaborar. Al principio, yo ayudé a muchos grupos españoles de investigación a montar las técnicas y las metodologías pertinentes. José Luis Crespo, del CSIC en Sevilla, que también había trabajado en autofagia, fue quien propuso la idea de reunir a todos los científicos de España que nos dedicábamos a este campo. El objetivo era tener un marco que nos permitiera apoyarnos y aprender los unos de los otros para mejorar la investigación en autofagia en España. La primera vez fue en el año 2013 en Madrid, en mi centro, el CIB. A raíz de ahí fuimos creciendo poco a poco. Primero hacíamos asambleas anuales. En el curso 2015-2016 pedimos una beca del Ministerio para Redes de Excelencia y nos la concedieron. Con ella pudimos financiar nuestros proyectos y organizar congresos. En 2017, cuando se nos acabó la subvención, nos planteamos cómo podíamos seguir con todo esto y decidimos fundar la sociedad.

P: ¿Qué experiencias aportan congresos como el que se está celebrando ahora mismo?

R: Son esenciales. Primero porque ves lo que hacen los demás y aprendes de sus descubrimientos. Luego porque puedes darte cuenta de metodologías o formas de trabajo de tus compañeros que pueden complementar tu propia investigación. Lo maravilloso de los congresos es tener un contacto directo con los otros investigadores. Puedes acercarte a ellos y preguntarles si te pueden ayudar con su metodología a solucionar un problema que tienes con tus experimentos o si creen que sus modelos se pueden aplicar al proceso que estás estudiando. Los congresos son una de las herramientas más útiles para conseguir los propósitos con los que nació SEFAGIA, son lugares ideales para aprender, ayudarnos y en los que surgen nuevas colaboraciones.

P: ¿Cuál es su opinión sobre el sistema científico?

R: Los científicos no estamos conformes. Para investigar se necesitan recursos y estos son muy limitados, tanto a nivel económico como humano. Cada vez tenemos más obstáculos para poder trabajar. Hay que hacer más papeles, permisos, gestiones… Calculo que de todo el tiempo que estoy trabajando, sólo un 30% realmente lo dedico a pensar. El resto estoy ocupada con la burocracia. Obviamente es algo necesario, pero puede que lo mejor sería que de esos trámites se ocuparan otras personas y los científicos nos dedicásemos plenamente a investigar.

P: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes que se quieren dedicar al mundo de la ciencia?

R: Que sean curiosos. Que no se crean nada y pongan todo en duda. Y, sobre todo, que se diviertan, que disfruten. Es un trabajo duro y sacrificado, pero nada aburrido. Si te gusta entender cosas nuevas, las trabas no importan. Esa gratificación cuando llegas a encajar todas las piezas del puzle y resolver el rompecabezas es el mayor regalo que la ciencia te puede hacer.

«La ciencia es un un trabajo duro y sacrificado, pero nada aburrido. Si te gusta entender cosas nuevas, las trabas no importan.»

«Muchas facultades de Reino Unido se matan por conseguir científicos procedentes de España»

Victoria Bueno González, licenciada en Biología y especializada en conservación de la biodiversidad, salió de España en 2016 hacia Reino Unido en busca de un futuro dentro de la investigación. Cuatro años mas tarde, la bióloga nacida en Zamora no solo se ha labrado un puesto como investigadora fuera de su país, su principal objetivo, sino que ha vivido multitud de experiencias tras su paso por Leeds y Bristol. Ahora, avalada por su veteranía en el extranjero, Bueno anima a salir de la zona de confort a todos aquellos científicos y científicas españoles sin oportunidades en España.

Victoria Bueno, investigadora en la Facultad de Biología de la Universidad del Oeste de Inglaterra (UWE).

Decidió salir de España para buscar nuevas oportunidades en Inglaterra y apareció Leeds, ¿Qué estuvo haciendo allí durante su estancia?

Cuando llegué empecé a trabajar en hostelería para pulir el lenguaje. Ya sabes cómo somos los españoles, nos cuesta mucho creernos preparados cuando llegamos a un país nuevo. Después, cuando sentí que estaba lista, comencé a aplicar a las ofertas de trabajo en las que mejor podía encajar según mi especialización. Me dieron un puesto de técnica de laboratorio docente en la Facultad de Bioquímica. Me valió mucho para adentrarme en este mundo, conocer a mucha gente, adquirir experiencia y lograr empezar un doctorado.Descubrí mi verdadera pasión.

Ha dicho que su principal objetivo era empezar un doctorado, ¿Cómo consiguió esa beca de doctorado en Bristol?

Aplicando online a través de todas las páginas web especializadas. Es muy sencillo obtener una beca de doctorado y existen muchos puestos vacantes y  la mayoría están financiados. Además, muchas  facultades de Reino Unido se matan por conseguir científicos procedentes de España.

¿Por qué dice que las facultades de Reino Unido están tan interesadas en los científicos españoles?

Porque la mayoría de los investigadores e investigadoras españolas que vienen de España tienen una mayor formación.  Muchos de los jóvenes de Reino Unido se gradúan y deciden dar el salto, sin ninguna experiencia.

¿Por qué tenía tan claro hacer el doctorado?

Cuando entré en el laboratorio todos mis compañeros eran técnicos y ninguno tenía doctorado, llevaban toda su vida dentro del mismo área. Es totalmente respetable, de hecho, me encantaría volver a trabajar en un laboratorio. Sin embargo, sin un logro de este tipo no puedes avanzar más allá. No quería quedarme en ese puesto para siempre. Necesitaba seguir aprendiendo y descubriendo.

Una vez que consiguió esta beca en el departamento de Biología de la Universidad del Oeste de Inglaterra, ¿Se le preestableció el tema a investigar o usted ya tenía planeada la temática?

La razón por la que escogí aplicar a este doctorado estaba en que se trataba de una mezcla de biología y conservación de la biodiversidad, una temática en la que yo me había especializado con la realización del máster. Lo vi el proyecto perfecto para continuar con mi carrera profesional. Yo siempre me había considerado bióloga de bota y no de bata pero, actualmente, no existe nada estrictamente de campo. Al final, todo se basa en ADN y proteínas.

Estáis trabajando en un método diagnóstico para una enfermedad bacteriana en robles, cuya bacteria puede llegar a matarlos en cinco años. ¿Cómo lo está llevando a cabo?

El método que estamos desarrollando es una técnica aplicada basada en la polymerase chain reaction (PCR) y, dentro de esta, la High Resolution Melting (HRM). Lo más especial e interesante de este proceso es un colorante fluorescente que se intercala con el ADN cuando está en forma de doble cadena. Al poner la muestra sobre dicho colorante, sabremos si hay bacterias, el número concreto y el tipo al que pertenece.

Y tras la utilización de este método diagnóstico, ¿Qué resultados ha obtenido hasta el momento?

He descrito tres nuevas especies de bacterias dentro  del grupo de las pseudomonas. Para conocer su posible función hemos experimentado con tres tejidos vegetales, inyectándoles las bacterias para poder así describirlas. Esto permitirá ahorrar tiempo a aquellos investigadores que se encuentren con este tipo de bacterias en un futuro.

¿Cuál es el objetivo que se le planteó desde el principio?

La idea de esta investigación viene del Forest Research. La principal organización de Reino Unido para la investigación forestal. Necesitaban un método rápido y barato. Ellos poseen una técnica que es seis veces más cara, por lo que no les era rentable procesar grandes cantidades de muestras. El Forest Research recibe numerosas cantidades de ejemplares de todo Reino Unido.

Me ha contado que esta enfermedad mata a los robles en cinco años, ¿Hay alguna forma de evitar que los robles mueran?

No. No es tan fácil como ponerles una inyección de antibiótico y matar las bacterias. Hasta ahora existen muchas líneas de investigación que están intentando averiguar cómo se transmite. Muchas de ellas relacionan las causas con dos hechos. Por un lado, que estas bacterias encontradas en el ADN crean sangrados verticales cuyos fluidos pueden llegar a contagiar. Por otro lado, han encontrado agujeros de salida en forma de ‘D’ realizados por escarabajos que almacenan sus huevos en la corteza y, una vez eclosionan, las larvas entran dentro. A su vez, están investigando si estos escarabajos tienen  dentro de su organismo esas bacterias encontradas en los robles.

Teniendo en cuenta que no existe una cura y que todavía no se sabe ciertamente como se transmite, ¿La mayoría de robles acaban muriendo por esta enfermedad?

Existen casos de robles que se han recuperado volviéndose resistentes a la bacteria. Por un momento piensas: vamos a clonarlos y los plantamos por todo Reino Unido. Esto los haría resistentes a las bacterias. En cambio, esta acción podría tener consecuencias como hacerles más vulnerables  a la sequía. Acabaría matándolos a todos. En este sentido, hay que dejar obrar a la naturaleza.

Afirma que clonar a los robles podría matar a todos ellos en ambientes de sequía, ¿Por qué?

Esto es equiparable con todas las especies. Lo sencillo es clonarse (reproducción asexual). Sin embargo, que no seamos todos clones, la variabilidad genética entre individuos debida a la reproducción sexual, hace que cada uno seamos más o menos aptos para potenciales amenazas a la supervivencia. Es decir, imagine que usted y yo hemos sido clonados y somos más vulnerables al frío. En una situación de condiciones adversas podríamos morir ambos. Que seamos diferentes posibilita que uno de los dos sea más resistente al frío y pueda sobrevivir. Es el éxito evolutivo de un individuo.

¿Qué tiene pensando hacer cuando acabe la tesis doctoral?

Tengo pensando seguir con un postdoctorado. De hecho, tengo una entrevista próximamente en el John Innes Centre de Norwich. Es uno de los centros más prestigiosos en relación a las ciencias de las plantas y los microbios. Trata problemas reales a nivel nacional e internacional. Cruzaré los dedos porque sería un paso muy grande para continuar con mi carrera.

Entonces, ¿No contempla volver a España?

Si me ofrecieran el mismo puesto con las mismas condiciones que tendría en Norwich, me lo pensaría. Por desgracia, no se invierte lo suficiente en mi campo de investigación.

¿Cree que su profesión está mejor valorada en Reino Unido que en España?

Yo creo que sí. No solo en mi campo, sino hablo ya de la profesión de científico como tal. Creo que realmente la sociedad en general no sabe lo que hacemos. Este hecho  también puede influir en la cantidad de dinero que se invierta en ciencia.

¿Cree que existe una mala imagen del científico?

Sí, y en parte es culpa nuestra porque quizá no divulgamos lo suficiente nuestro conocimiento o la forma de comunicarlo no es la más eficiente y accesible. Sin duda, todo científico debería poner de su parte para acercar su conocimiento a toda la gente.

El 8 de marzo fue el día internacional de la Mujer. Hemos avanzado mucho aunque aún queda camino por recorrer. ¿Cree que en Reino Unido se está  valorando más a la mujer en el terreno de la ciencia?

Creo que se está haciendo mucho para conseguir la igualdad eliminando muchos sesgos que siempre han existido. Un ejemplo claro es el grupo de investigación del que formo parte, donde somos todos mujeres. En cambio, en el área de ingeniera solo el 10% son mujeres, siendo uno de los porcentajes más bajos de Europa.  En mi opinión, existen áreas de la ciencia que atraen más a un sexo que a otro. Depende mucho del ambiente en el que se haya crecido. A pesar de esto, creo que se está haciendo un esfuerzo evidente aunque el objetivo no es solo que se valore más a la mujer, sino que camine al mismo paso que el hombre.

“Igual que los neumólogos no animan a fumar, los nutricionistas no debemos invitar a comer alimentos insanos”

LUCÍA MARTINEZ | NUTRICIONISTA Y DIVULGADORA

Autora: Cristina Riera

Lucía Martínez (Asturias, 1981) es autora del conocido blog “Dime qué comes” y de cuatro libros. El último, “¿Qué le doy de comer?”, lo ha escrito a medias con el también nutricionista Aitor Sánchez. En las páginas ofrecen recursos, ideas y consejos prácticos tanto para padres como para el para personal sanitario sobre la alimentación de los más pequeños. También ha tenido en cuenta a las familias veganas, a las que proporciona múltiples opciones de menús y recetas. Invierte gran parte de su tiempo en la divulgación, aunque dice que no vive de ello. Además, es socia fundadora del Centro Aleris junto a Aitor Sánchez, con quien recientemente ha lanzado un podcast llamado “Zumo de Araña”.


Lucía Martínez durante las Jornadas de Ciencia y Periodismo – Marina Cantó

Lucía Martínez participó en las Jornadas de Ciencia y Periodismo que se celebraron el 28 de octubre en la Universidad Miguel Hernández. Compartió mesa redonda con Ana Belén Ropero, profesora de bioingienería y Cristina Palacios, biotecnóloga. Como explicó Lucía Martínez, “cuando se divulga sobre alimentación hay que tener en cuenta los aspectos científicos, la cultura gastronómica, las costumbres sociales, las creencias, la disponibilidad de alimentos de esa población y lo que está diciendo la industria alimentaria”. 

Pregunta. ¿Es necesario tener grandes conocimientos sobre nutrición para alimentar de manera correcta a los niños?

Respuesta. No, pero sí que es necesario tener espíritu crítico e informarse un poco porque hay mucha información incorrecta. Hay que aprender para diferenciarla.

P. ¿Los medios están detrás de esa información incorrecta?

R. Los medios colaboran cuando hacen artículos donde las fuentes no son buenas. También cuando cogen un estudio científico y sacan una conclusión descabellada para terminar haciendo un titular que no tiene nada que ver. Sin embargo, hay algo que es más culpable, y son las industrias alimentarias que hacen campañas de marketing sin ningún control. Muchas veces legales, pero que confunden a la gente. Tenemos unos estamentos gubernamentales que no lo están controlando y que tampoco se encargan de que la población tenga información más fiable. En ese escenario los medios serían los menos culpables.

P. ¿A quiénes benefician esas campañas?

R. A la industria alimentaria, que es a la que le interesa llenarse los bolsillos. La clase política no quiere hacer intervenciones donde se vaya a ver mermado el beneficio dentro de su propia legislatura. Las medidas de nutrición muchas veces dan resultados a largo plazo y por eso no se quieren meter ahí, es un gran hándicap.

P. Algo que aparece continuamente es que el desayuno es necesario y que también es la comida más importante del día. ¿Son mitos?

R. Así es. Si analizamos esa frase en nuestro contexto cultural, la comida más importante sería la del mediodía. Esto se usa para justificar desayunos totalmente insanos día tras día, que es lo que sucede en gran parte de la población infantil y adulta. No hay evidencia científica para hacer esa afirmación. Quien tenga hambre que desayune, pero alimentos saludables y no bombas azucaradas.

La palmera de chocolate en la merienda nos parece genial, pero nadie se la daría para cenar. Entonces, ¿a qué hora empieza a ser insana esa palmera?

P. ¿Se beneficia la industria alimentaria de sacar productos para una determinada hora del día?

R. No hay otra ingesta que tenga alimentos solo para ese momento. Hay cereales de desayuno y cacaos de desayuno. Sin embargo, no tienes patatas de cena, tienes patatas y ya está. Hay una gran industria que ha montado un marketing y una especulación con el desayuno muy fuerte. El desayuno y la merienda son los dos principales focos de darle a los niños alimentos insanos. 

“Quitarle el plástico a una magdalena no es más rápido que quitarle la piel a un plátano”

P. ¿Hay que variar la alimentación según la edad?

R. Tanto el niño de un año como los padres deben consumir los mismos alimentos. Lo que varía es el tamaño de la ración dependiendo de las necesidades de cada uno. En el caso de los niños muy pequeños cambian las texturas, a veces hay que dárselas más fáciles de masticar o tener cuidado con el atragantamiento.

P. ¿Hay algún nutriente que sea más necesario dependiendo de la etapa?

R. Los nutrientes necesarios son los mismos en todas las etapas. Puede haber variaciones en cuanto a cantidades dependiendo de la actividad que se haga en ese momento. Una persona que no padezca un problema específico y mantenga una alimentación saludable los iría cubriendo en toda su vida sin necesidad de centrarse demasiado en nada.

P. ¿Todos los niños deben comer la misma cantidad?

R. Cada persona es diferente y la cantidad depende de la actividad física, el peso, la altura o el momento vital en el que esté. Las necesidades son distintas e incluso varían según el día. No necesitamos todos los días lo mismo. En caso de que no haya patología no es necesario hacer un cálculo exacto de cada persona. Podemos dejar que se guíe por su apetito y saciedad, siempre y cuando la oferta de alimentos sea variada y saludable. Comer es algo que hay que hacer sí o sí, con lo que habría que dejarlo aparte de todo este tipo de chantajes de premios y castigos

P. ¿Es bueno que se les obligue a que se terminen la comida?

R. Para nada. Obligar a los niños a comer no es una buena idea. Un niño sano es perfectamente capaz de autorregularse y solo ellos saben qué tienen que comer. Las necesidades calóricas de los niños son muy variables. Aun siendo de la misma edad, altura y peso pueden tener necesidades calóricas incluso de un 50% de diferencia. El crecimiento no es lineal. No se crece cada día lo mismo y solo ellos saben lo que necesitan en ese momento. Nosotros lo que podemos hacer es poner a su alcance alimentos saludables y dejar que ellos mismos regulen la cantidad.

P. A veces, para que los niños se coman las verduras del plato, se les compensa con un dulce, ¿está bien?

R. Estamos usando como premio alimentos insanos y como castigos alimentos sanos. El niño se pregunta cómo algo que le dices que es malo se lo das como premio. Es lo mismo que decirle que hoy como premio vais a cruzar la calle con el semáforo en rojo. Eso lo hacemos con la comida. Por otro lado, no usamos ese tipo de juegos con otras cosas que también hay que hacer cada día como lavarse los dientes o bañarse. No se les dice que como han sido buenos no se lavan los dientes. Ese tipo de actitudes predisponen a una mala relación con la comida, incluso puede contribuir al desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria en edades más avanzada. 

P. Si los padres consideran que el niño come poco, ¿se le debe dar ultraprocesados para subir su ingesta?

R. No tiene ninguna justificación en un entorno como el nuestro de disponibilidad que se den alimentos insanos en dietoterapia. Un niño que esté sano, alegre, jugando y que no tenga ningún tipo de problema no está comiendo poco, aunque los padres opinen otra cosa.

Si hablamos de un niño con patología tenemos que prever una desnutrición. Igual que los neumólogos no invitan a fumar, nosotros no tenemos que invitar a comer alimentos insanos en ningún caso. Tenemos muchísimos recursos y el hecho de recurrir a ese tipo de alimentos lo que indica es que hay muy pocos recursos por parte del profesional y muy pocos conocimientos. No hay por qué pasar por alimentos que aumentan el riesgo de otro tipo de enfermedades en un niño, que en este caso ya estaría enfermo. Eso se hace en los hospitales, cuando hay un niño ingresado desayunando Cola Cao con galletas.

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Mesa redonda “Verdades científicas y mentiras que hacen pupa”- Cristina Riera

P. ¿Es más rápido y sencillo tomarte un desayuno ya preparado que prepararte uno saludable?

R. Esa es una excusa que demuestra pocos recursos. Muchas veces hace falta información. Quitarle el plástico a una magdalena no es más rápido que quitarle la piel a un plátano. Poner en un bol choco krispies no es más rápido que poner copos de maíz sin azúcar. Tomar leche sin Cola Cao es más rápido que ponérselo. Coger un puñado de frutos secos no es más lento que coger un bollo. Tomarte una tostada con tomate y aceite no es un trabajo inasumible hoy en día.

P. ¿La obesidad es una enfermedad? ¿Cuáles son las consecuencias?

R. Sí, es una enfermedad. La obesidad es un factor de riesgo para diabetes tipo 2, hipertensión, varios tipos de cáncer, apnea del sueño y además, genera un mayor riesgo de padecer infertilidad.

También es un problema a nivel psicológico. Las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de depresión, ansiedad y puede ser un factor de exclusión social. En niños con obesidad hay un mayor riesgo de bulliyng y de acoso escolar. A las personas adultas con obesidad puede suponerles un problema a la hora de encontrar trabajo, especialmente a mujeres, que se les juzga más por la imagen.

P. ¿Cómo afecta la pobreza a la obesidad?

R. En las clases más humildes es donde mayores tasas de obesidad hay, tanto en adultos como en niños. Se dice que en ese tipo de enfermedades no transmisibles importa más el código postal que el código genético. Los barrios más desfavorecidos tienen menos infraestructuras y menos parques. Las familias con menos recursos económicos no solo es que no compren tantos alimentos saludables es que no pueden llevar a esos niños a actividades extraescolares deportivas.

En esa población es muy importante que cambiemos la comida insana que solemos llevar a los bancos de alimentos porque son los que tienen mayores tasas de obesidad. Es muy importante que se hagan campañas de salud pública en todos los ámbitos, no solo de comida saludable. También hay que poner polideportivos, habilitar parques e invertir en extraescolares asequibles deportivas.

P. Para combatir la obesidad infantil, ¿es necesario un cambio de alimentación en la familia?

R. No es viable ni aconsejable intentar que el niño coma diferente cuando el resto de la familia sigue comiendo insano. Si tiene malos hábitos es porque en casa los tienen. Es raro que haya un niño obeso en una familia donde los demás tienen buena salud y hacen deporte. La intervención nutricional en los niños siempre va enfocada a todo su entorno y así que sea el entorno el que acabe cambiando la alimentación del niño.

P. ¿Cómo pueden saber los padres que están alimentando bien a sus hijos?

R. Si el niño está alegre, no tiene ningún problema de salud, no se encuentra mal, va aprendiendo y desarrollándose dentro de la normalidad, en principio, no hay que temer de que le pase algo. Puede haber niños que estén bien y se estén alimentando de forma insana. La alimentación no es algo sobre lo que se ve el efecto a corto plazo, puede percibirse en meses e incluso en años. Habría que apelar al sentido crítico de los padres para hacer una revisión de lo que se está comiendo en casa y ver si se puede mejorar o no, e implementar cambios.

“Mucha gente cree que solo hay proteína de calidad en los alimentos de origen animal. Piensan que una comida sin carne o pescado ya no es una comida”

P. ¿Un niño puede ser vegetariano/vegano y estar saludable?

R. Sí.

P. ¿Por qué hay tanto miedo a que los más pequeños sigan esta alimentación?

R. Hay muchos mitos sobre esta alimentación, además de profesionales sanitarios que a falta de información tiran de mitos obsoletos. En España la formación en alimentación vegetariana es muy pobre o nula, incluso en las carreras de nutrición. Se van modernizando, pero hay muchos profesionales en activo que no han estudiado nada, o solo mitos. En vista de que la población vegetariana y vegana no deja de crecer estaría bien que hubiese una actualización e información de calidad. Así a esas familias podríamos darles respuestas igual que a las otras. Si ya hay mitos en la alimentación tradicional, en la vegetariana mucho más.

“Tenemos una publicidad que no se detecta y que pasa como opinión o publicación desinteresada”

P. ¿Por qué dicen que es una imposición de los padres?

R. En la alimentación infantil todo es imposición de los padres. Desde el que toma bollycao al que toma leche con Cola Cao. A los niños se les impone la alimentación, los zapatos que van a llevar, el colegio al que van a ir o la marca del champú.

P. ¿Son una buena fuente de proteína las legumbres?

R. Sí, excelentes.

P. ¿Por qué no se les da tanto valor siendo un recurso saludable y económico?

R. Mucha gente cree que solo hay proteína de calidad en los alimentos de origen animal. Piensan que una comida sin carne o pescado ya no es una comida. También es un tema de practicidad, hay gente que no sabe cocinar legumbres. En cambio, todo el mundo sabe poner una pechuga de pollo en la sartén. A la gente no se le ocurre que con con este alimento puedes hacer hamburguesas o patés tipo hummus. No tiene buen marketing. Tampoco suele estar en los restaurantes, sobre todo sin carne.

También están los mitos de que las proteínas vegetales son incompletas. El garbanzo es una proteína completa y las legumbres que no lo son no pasa nada, las completamos con otros alimentos. Son una buena fuente de fibra y de hierro. 

P. ¿Es bueno que los niños que no son vegetarianos o veganos reduzcan su consumo de carne tomando alimentos vegetales como el tofu o la soja texturizada?

R. Sabemos que el consumo de la carne en los niños está por encima de lo recomendado. Las campañas públicas de salud enfocadas a alimentación infantil deberían enfatizar en alimentos como las legumbres o los frutos secos que tiene ventajas en la salud. Sin embargo, nos encontramos con lo contrario. 

Ahora que esos productos como el tofu o la soja están al alcance en los supermercados, son una buena opción. El tofu a los bebés y a los niños les viene muy bien porque es muy blando, tiene una textura y un sabor muy fácil. Los pequeños se lo suelen comer mucho mejor que la ternera. Siempre hablando de buenos procesados y no de ultraprocesados. No me refiero a salchichas y hamburguesas de tofu, esas como las de carne, cuantas menos mejor.

P. ¿Cómo deben actuar los padres frente a un entorno que considera radical la manera que tienen de alimentar a sus hijos?

R. Como adultos que somos, debería dejar de importarnos tanto lo que piensen los demás, sobre todo, si estamos convencidos de que estamos haciendo algo bien. Hay que tener personalidad y menos necesidad de aprobación. Se puede pasar o intentar involucrarse y proponer cumpleaños más saludables o mejoras en el comedor escolar. Depende lo que cada uno esté dispuesto a enfrentarse al entorno y cómo sea el entorno, no todos están igual de receptivos.

P. ¿Cómo afecta la publicidad de las familias de influencers que salen en las redes sociales?

Aún no sabemos cómo afecta porque es algo muy nuevo. Hasta ahora en los medios de publicidad tradicionales un adulto era capaz de identificar que lo que está viendo es un anuncio. En las redes eso se ha empezado a mezclar e incluso los adultos no distinguen si lo que están viendo es un consejo desinteresado o pagado. Es ilegal hacer publicidad encubierta en redes sociales, pero se sigue haciendo. Tenemos una publicidad que no se detecta y que pasa como opinión o publicación desinteresada. Esas familias o madres influencers venden una idea aspiracional. Nos enseñan vidas con casas muy bonitas, niños perfectos y vacaciones maravillosas. Las personas que les ven quieren ser como ellos. Quizás no lleguen a tener esa casa con la piscina ni a irse de vacaciones a las Maldivas, pero esas galletas sí que se las pueden comprar, o el zumo sí que se lo pueden dar a su hijo. Les deberíamos pedir responsabilidad a las personas con tanta influencia para que no engañen a sus seguidores y cuando les estén pagando lo digan. La ley obliga a avisar de las publicaciones pagadas, aunque no se haga.


“La investigación científica es difícil, pero el deporte o la música también”

ENTREVISTA | Isabel Abril Organizadora de Actividades de Divulgación Científica

La catedrática considera importante fomentar el interés científico infantil independientemente del camino profesional

Isabel Abril en su despacho / Francisco Conca

Isabel Abril, además de catedrática de Física Aplicada en la Universidad de Alicante, es la responsable de la organización y la coordinación de diversos proyectos de divulgación que fomentan el acercamiento entre la ciencia y la sociedad. Desde 2005, ha dirigido actividades enfocadas tanto a público infantil como adulto en las que la lengua valenciana tiene un papel protagonista. Entre ellas se encuentran el programa de divulgación científica El Pati de la Ciència o la edición alicantina de La Nit Europea de la Investigació, además de los cursos La Ciència pren la paraula y Divulgar Ciència al Segle XXI. En esta ocasión deja a un lado sus labores científicas y acoge en su despacho al redactor de Metacomunico para reflexionar sobre el papel de la ciencia básica, la espectacularidad y la desmitificación de la ciencia en la divulgación científica.

¿Cuál es el objetivo de las actividades divulgativas enfocadas al público infantil?
El objetivo general es fomentar el interés por la ciencia en los niños y niñas. Creo que los investigadores no hemos hecho la divulgación adecuada, y, como resultado, la sociedad percibe la ciencia como algo muy difícil. La investigación científica es difícil, pero el deporte o la música también. Una cosa es hacer una carrera o un partido de fútbol y otra cosa es llegar a ser como Messi. En ciencia es igual. No sólo queremos estimular las vocaciones científicas para que los niños sean científicos de mayores, también queremos que los que no vayan a serlo tengan interés por la ciencia. Es importante que les guste la ciencia igual que a muchos nos gusta la música, el teatro o la literatura sin ser músicos, dramaturgos o literatos. Muchos de ellos pueden llegar a ser, por ejemplo, los políticos que decidan la financiación científica. Por otro lado, sabemos que hay muy poca gente que quiere estudiar ciencia, lo cual es ciertamente extraño, me chirría, ya que realmente vivimos en una sociedad muy tecnocientífica.

En “El Pati de la Ciencia” participan escolares de 6 a 16 años / Universidad de Alicante

Usted fue premiada con la Mención de Honor del apartado “Física en la Sociedad” en el concurso Ciencia en Acción por la organización del programa de actividades infantiles El Pati de la Ciència. ¿Cómo surgió este proyecto? 
Es un proyecto de divulgación científica que nació en 2005. Muchos físicos queríamos celebrar el Año Internacional de la Física llevándola fuera de los despachos y los laboratorios. Vimos la oportunidad en un programa de La Escual de Verano de la UA. Se nos ocurrió incorporar la ciencia, haciendo que los niños vieran experimentos e hicieran actividades relacionadas de una manera lúdica. 

¿En qué consiste?
Es un programa con diferentes actividades que se llevan a cabo en el mes de julio. Por un lado tenemos los espectáculos científicos con experimentos sorprendentes. Cada año hacemos uno de física, otro de química y otro de matemáticas. Yo lo coordino pero lo llevan a cabo diferentes divulgadores, que son muy buenos y que varian, junto a sus espectáculos, en cada edición. Está dirigido a niños de 6 a 16 años, que muchas veces repiten. También hacemos talleres científicos como Jocs de ciencia, que están coordinados por Rafael García Molina de la Universidad de Murcia. Se diseñan varios experimentos para que los lleven a cabo los niños con apoyo de monitores científicos, que son alumnos de la Facultad de Ciencias. El objetivo es que comiencen a hacerse preguntas y a desarrollar hipótesis, fomentando el método científico y el pensamiento crítico. Otra actividad es la elaboración de camisetas científicas. Cada año escogemos a un científico y el dibujante del diario Información Enrique Pérez hace una ilustración suya en estilo comic que los niños llevan en una camiseta. Así les hacemos ver que los científicos son algo cercano. Primero hicimos a Albert Einstein, que ha quedado como el logo de El Pati de la Ciència. En el año 2006 escogimos a Santiago Ramón y Cajal porque era el centenario de la concesión del premio Nobel. Por último, regalamos un juguete científico diferente cada año, como peonzas luminosas o muñecos equilibristas. Esto les transmite la idea de que la ciencia es cotidiana y está presente incluso en lo que más les gusta. 


Ilustración de Enrique Pérez para la impresión de camisetas / VEU Revista Cultural de la UA

 Las camisetas también sirvieron para visibilizar a mujeres científicas 
Así es, tratamos de poner en valor el papel femenino en la ciencia porque somos las grandes olvidadas. Recuerdo que una niña pequeña me dijo “¿Es que no hay mujeres científicas?”. La tercera camiseta fue sobre Marie Curie y la cuarta sobre Hipatia de Alejandría, aprovechando la película de Ágora. También hemos hecho a Rosalind Franklin o Margarita Salas. Intentamos combinar los géneros. Este año tenemos a Stephen Hawking, que ha sido un referente en la física tanto por lo su faceta investigadora como divulgadora.

Otro elemento de las actividades infantiles es la espectacularidad.
Jugamos con la baza de que los seres humanos dirigimos la atención hacia cualquier cosa que se salga de lo común. Como el público objetivo son los niños, explotamos su naturaleza especialmente curiosa dirigiéndola hacia la ciencia para que la empiecen a considerar cultura. En general, cuando queremos culturizar a nuestros hijos los llevamos a ver cuadros, al conservatorio, estimulamos la lectura, etcétera, pero la ciencia queda en segundo plano. Queremos transmitir una idea de la ciencia como interesante y divertida. Más tarde, cuando vayan al colegio o al instituto, pueden estar interesados por la física, química o biología que les explica el profesor porque tienen una visión previa agradable, pensando: “Esto me interesó”.

La espectacularidad es un recurso común en las actividades divulgativas infantiles

No obstante, la ciencia no siempre es agradable. También conlleva riesgos e incertidumbres.
Tratamos de transmitir que la ciencia en sí misma no es ni buena ni mala, que depende de cómo se utilice. El descubrir y el entender es algo neutro. La energía nuclear, por ejemplo, es sólo una herramienta, que desgraciadamente ha sido utilizada para crear una bomba atómica que ha matado a mucha gente. 

Por un lado viene el descubrimiento y, por otro, su aplicación.
La ciencia básica es imprescindible, pero mucha gente no comprende que es la base de una pirámide. Es la ciencia aplicada del futuro. De repente, llega un genio y descubre una aplicación fenomenal, pero para ello tiene que tener un background imprescindible. Muchas veces el gobierno se olvida de estos aspectos. Se centra en la transferencia de tecnología, que está muy bien, pero olvida que la ciencia básica es fundamental a largo plazo y no se puede financiar a cuatro años vista.

A algunos adultos ajenos al ámbito científico les haría bien acudir a actividades de divulgación 
Desde el 2013 al 2017 organizamos una serie de cursos contra las pseudociencia llamados La ciencia pren la paraula: els problemes socials de les pseudociències en los que la mitad del público no era del ámbito científico. Venían personas interesadas en la ciencia de cualquier ámbito profesional y educativo. En ellos tratamos de poner en valor la ciencia y desmontar todos los engaños y estafas que se llevan a cabo en el ámbito de las pseudociencias. Hay mucha gente que se es estafada e incluso muere porque se ha dejado convencer y ha abandonado las terapias de la medicina científica. El año pasado comenzamos a impartir el curso Divulgar Ciència en el Segle XXI. Consiste en conferencias de una hora complementadas con media hora de debate entre los asistentes y el ponente. Este año las temáticas son la nanotecnología, la tabla periódica como icono cultural, la importancia de Darwin, la energía y la materia oscura. Vendrán como invitados, entre otros, Manolo Seara, director del programa de RNE “A hombros de gigantes”. Otro proyecto divulgativo en el que pueden participar adultos es La Nit Europea de la Investigació, en el que he colaborado organizando los stands científicos. Quiero añadir que la UA siempre ha brindado una ayuda económica imprescindible para llevar a cabo este tipo de propuestas.

En septiembre se realiza una nueva edición de Divulgar Ciència en el Segle XXI / RUA

La edición de El Pati de la Ciencia 2019 acaba de realizarse. ¿Qué otras actividades hay programadas?Este año hemos llevado a cabo varios espectáculos científicos en el marco de El Pati de la Ciència:  uno sobre electromagnetismo, otro sobre materiales sorprendentes y un tercero de matemáticas muy original. La próxima cita es en septiembre, con el curso Divulgar Ciència en el Segle XXI, al que se puede acudir tanto en formato presencial como online. Las conferencias se publican posteriormente en el repositorio de la UA para que cualquier persona pueda tener acceso a ellas.



Lourdes López: «El público participa, aprende y reflexiona en los museos científicos»

ENTREVISTA | Lourdes López Técnico de Comunicación del Parque de la Ciencias de Granada

La periodista defiende que la sorpresa lleva a la curiosidad y al interés

Lourdes López / Parque de las Ciencias

Lourdes López, periodista especializada en información científica, es Técnico de Comunicación del Parque de la Ciencias de Granada y autora de la tesis doctoral ‘Comunicación de la ciencia 2.0 en España: el papel de los centros públicos de investigación y las ediciones digitales de los periódicos de mayor audiencia’, que obtuvo con mención internacional y calificación cum laude. Desde 2001 ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la comunicación pública de la ciencia en medios de comunicación y universidades andaluzas. Defiende que la curiosidad y la sorpresa que produce el conocimiento no desaparecen con la edad y que el impacto que la ciencia tiene en todos los ámbitos de la sociedad actual la convierte en un tema de interés para todos los ciudadanos, que tienen el derecho de estar formados e informados para tomar decisiones en materia científica que respondan a sus necesidades, valores y expectativas.

El Parque de las Ciencias de Granada alberga una gran cantidad de exposiciones y actividades. ¿Cómo seleccionan los contenidos científicos?
Los museos de ciencia y tecnología deben poner el foco en aspectos como la educación formal, la no formal y la informal, la implicación del público, la formación de capital científico, la inclusión y el fomento de la cultura científica. Todo ello además de responder a criterios periodísticos como la noticiabilidad o el interés del público, puesto que son entidades de comunicación pública de la ciencia que implican agentes institucionales y sociales.

Ciertamente son muchos criterios.
Los museos de ciencia aglutinan todas estas funciones por dos motivos. En primer lugar, al igual que los medios de comunicación, deben atender a los temas que son de interés del público y de interés público. En segundo lugar, se dedican a la educación no formal e informal de ciencias para todos los públicos organizando actividades, talleres y programas que complementan el currículum educativo de Science, Technology, Engineering and Mathematics (STEM), trabajando estrechamente con el sistema formal. También, participan en proyectos que unen a científicos y ciudadanos, facilitando que estos últimos sean actores del proceso de investigación. Asimismo, favorecen la inclusión organizando actividades abiertas a todos los públicos, fomentando la cultura científica a lo largo de toda la vida, sin límite de edad.

Público de diferentes edades interactuando con las instalaciones /  Parque de las Ciencias

En prensa se tienen en cuenta otros aspectos.
En el caso del periodismo científico, los criterios a los que debe responder la cobertura de la información científica son los mismos que para cualquier otra área periodística: actualidad, proximidad, prominencia, curiosidad, conflicto, suspense o emoción. Son las normas que rigen la información, por lo que no toda la ciencia responde a uno de estos indicadores.

Un elemento muy explotado en periodismo científico, relacionado con el suspense, la emoción y la curiosidad, es la sorpresa.
Basándome en mi experiencia, en prensa, la curiosidad y la sorpresa se fomentan siempre que lo que se comunique tenga conexión directa con los intereses sociales. Buenos ejemplos son noticias recientes como la fotografía del agujero negro que no solo ocupó las portadas de los principales periódicos nacionales, fue noticia de los informativos de radio y televisión, sino que además fue tema de conversación para la población general. En este caso la curiosidad por lo desconocido, lo que hay más allá de las fronteras de la Tierra, llamó muchísimo la atención. Esto ocurre con todos los contenidos relacionados con la astronomía y la astrofísica. Otro tema que despertó la curiosidad e interés, que fue de las noticias más leídas, fue la modificación genética realizada por el científico chino a dos bebés. En este caso al desconocimiento se le unió el impacto ético, social y sobre la salud que este tipo de técnicas pueden tener en el presente y en futuro.

“Si somos capaces de transmitir el impacto del desarrollo científico en nuestras vidas, el interés está asegurado”

¿Se utiliza también la curiosidad en los museos de ciencia y tecnología?
En cuanto a los museos de ciencia, todos los espacios, contenidos y actividades están pensados y diseñados para despertar la curiosidad y la sorpresa. Es sorprendente y emocionante ver cómo, por ejemplo, ante un módulo de agujero negro, se sorprenden del mismo modo un anciano de 80 años que un niño de 3. De esa sorpresa, nace la curiosidad y de la curiosidad las ganas y el interés por profundizar en el conocimiento.

Para generar sorpresa se suelen utilizar contenidos espectaculares, con los que algunos expertos se muestran críticos. 
Depende del significado de espectacularidad. En el sentido positivo de la palabra hay muchos hallazgos científicos que son y han sido espectaculares porque han mejorado y cambiado el curso de la humanidad y esos por si solos captan el interés de la sociedad si se explican de una forma cercana. Creo que los medios de comunicación serios y los periodistas especializados no utilizan este recurso en el sentido negativo de la palabra. Por eso, además de fomentar la cultura científica, es importante promover el espíritu crítico de los ciudadanos para discernir lo que es pseudoinformación de información seria y rigurosa.

La visita al Planetario puede ser una experiencia espectacular / Parque de las Ciencias

¿Se promueve el espíritu crítico desde los museos de ciencia y tecnología?
En los museos, incluido el Parque de las Ciencias,  hay múltiples formatos que fomentan el pensamiento crítico porque en todos ellos el ciudadano participa, reflexiona y aprende a partir de su propia experiencia. Algunos ejemplos son talleres, exposiciones, cafés científicos, proyectos de ciencia ciudadana, encuentros con científicos o ferias de ciencia. Los reversed science cafés y las speed talks son metodologías de participación y encuentro entre público y científicos que propician una interacción bidireccional. En ellos ambas partes conversan y dialogan, enriqueciendo y favoreciendo el aprendizaje mutuo. El proyecto europeo SPARKS publicó un toolkit al respecto cuya consulta puede ayudar a conocerlos mejor.

Algunos expertos ven en los contenidos metacientíficos una herramienta para el fomento del pensamiento crítico y la apropiación social de la ciencia. 
Estoy de acuerdo en que también es muy importante divulgar los contenidos sobre la actividad científica, el método científico, el proceso de producción científica, no sólo por una cuestión de apropiación, sino también por una cuestión de adquisición de herramientas para hacer frente a la desinformación. En los últimos años, estamos asistiendo a la proliferación de información falsa en todas las áreas y también en ciencia. La mayoría de esta información llega a través de redes sociales y son transmitidas por redes de confianza que otorgan cierta credibilidad a contenidos pseudocientíficos. Algo que se puede frenar si uno tiene formación e información sobre el método científico y sabe que unos resultados creíbles y rigurosos están sustentados en un largo y arduo proceso de investigación. Además, esos resultados son creíbles en tanto en cuanto han sido evaluados-aprobados por la comunidad científica a través de su publicación en revistas científicas de alto impacto, presentación en congresos, etc. El mejor arma contra la desinformación es, sin duda, la formación en todos los aspectos de la ciencia.

El proyecto SPARKS implica a la ciudadanía en el I+D+i científico y tecnológico / Sparks Project

¿Se utilizan los contenidos metacientíficos en prensa?
En el caso de los medios, la metodología prácticamente nunca es motivo de noticia a no ser claro que sea un tema polémico como la modificación genética. Es muy difícil encontrar en una noticia alusión al método empleado, cuando en cierto modo es lo que marca la rigurosidad de los resultados que se están divulgando en la noticia. En cuanto a la legislación, depende del impacto. Sí se trata en temas muy sociales como la salud o la tecnología. Como decía, temas como la modificación genética o las células madre siempre van a tener cabida en una noticia.

Entonces se cumple la premisa de que cuanto más cercano es el tema para el público, más interés genera…
Si se hace partícipe al público y se le acerca la ciencia mostrándola como un elemento que está en todas y cada una de sus acciones cotidianas e influye en su bienestar y calidad de vida, tiene interés para todos. Pierde interés en el momento en el que se ve como algo lejano, complejo e incomprensible. Sin embargo, todo el desarrollo científico tiene impacto directo o indirecto en nuestras vida, por eso si somos capaces de transmitirlo con este enfoque el interés está asegurado. 

En la Feria de la Ciencia del Parque de las Ciencias 2019 la ciudadanía se implicó masivamente.
Efectivamente, la Feria de la Ciencia es un ejemplo de implicación social en la comunicación científica y un medio inmejorable para fomentar vocaciones en los más jóvenes. Todas las ediciones son un éxito de público y de participación, la de este año ha reunido a más de 1.400 participantes, entre docentes, estudiantes e investigadores de todas las provincias andaluzas que han presentado sus experiencias científicas en el museo. Además, ha recibido más de 13.000 visitas. 


Escolares durante la Feria de la Ciencia 2019 / Parque de las Ciencias

¿Comparte con Belén Laspra que los museos son lugares adecuados para incorporar la voz pública en la toma de decisiones sobre temas de relevancia social?
Por supuesto que sí. Los museos de ciencia son lugares de encuentro entre la comunidad científica y la sociedad general. Además, son espacios concebidos para reflexión y para el desarrollo del pensamiento crítico. De hecho, los museos de ciencia están desempeñando un papel fundamental en la implementación de la investigación e innovación responsables, que implica a los ciudadanos en todas las fases del proceso científico. El Parque de las Ciencias participa en diferentes proyectos europeos que incluyen acciones encaminadas a este fin. Algunos como Sparks, INPROFOOD o VOICES, financiados por la UE, ya fueron realizados. Otros, como el proyecto LIFE Adaptamed, financiado por el programa europeo LIFE, o los proyectos SYSTEM y SPACEEU,  se están desarrollando actualmente financiados por el programa Horizon 2020. Además de estas experiencias realizadas en torno a diferentes temas de interés social como el cambio global, el reciclaje, la alimentación o la ciencia ciudadana, el museo cuenta desde el el año 2004 con un Consejo Infantil y Juvenil que participa y asesora en las actividades, contenidos y temas que se abordan en el museo.

¿Qué actividades tiene programadas el Parque de las Ciencias de Granada para el verano de 2019?
El Parque de las Ciencias es un museo vivo en continua evolución, con una actividad constante. Entre las actividades del verano destacan los campamentos de verano para los más pequeños ‘Verano con ciencia’, las exposiciones temporales ‘Play. Ciencia y Música’,  ‘WOW. Las maravillas de la vida salvaje’, ‘Tecnología para la salud’ y ‘Anfibios y reptiles ibéricos’, la ventana a la ciencia ‘Evolución y conservación de las plantas de la Universidad de Sevilla’, los talleres de las exposiciones temporales, programas de Planetario como ‘Beyond the sun. En busca de una nueva Tierra’ o ‘Escher. Universos infinitos’, el BioDomo, el Mariposario Tropical, los contenidos permanentes de los Pabellónes ‘Viaje al Cuerpo Humano’; ‘Cultura de la Prevención’; ‘Eureka’; ‘Percepción’; ‘Biosfera’; ‘Explora’; ‘Explora el desván del cuerpo humano’ y mucho más que puede consultarse en la web del museo o en sus perfiles sociales de Facebook y Twitter

Colocación de una banderola gigante con motivo del Día de Andalucía / Parque de las Ciencias



María Martín: “La ciencia es cultura, sin duda alguna”

ENTREVISTA | María Martín Directora de la Unidad de Comunicación de la UA

La periodista cultural sostiene el papel imprescindible de la ciencia para el desarrollo humano

María Martín / E. Tortosa

María Martín es la directora de la Unidad de Comunicación de la Universidad a la que pertenece UA Divulga, el nombre con el que la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Universidad de Alicante quiere darse a conocer públicamente. Las UCC+i son organismos cuyo objetivo es hacer de nexo entre la comunidad científica y la sociedad civil para propiciar un acercamiento mutuo. Los pilares de estas unidades con apoyo gubernamental desde 2007 son el periodismo, la divulgación, la comunicación y la investigación sobre los puntos anteriores. La comunicadora explica los objetivos y la actividad de la UCC+i de la UA, además de reflexionar al respecto de los formatos y contenidos de uso común en divulgación científica.

Buena parte de la sociedad está de acuerdo en que “las ciencias” y “las letras” son disciplinas opuestas. La concepción de ambas como compartimentos estancos es un estereotipo contemporáneo que hunde sus raíces en la muy criticada conferencia “Las dos culturas”, pronunciada por el físico y escritor C.P. Snow hace ya sesenta años. En una sociedad como la actual, en la que la transversalidad es una competencia en demanda creciente, estas barreras se difuminan. Quizá, esta visión polarizante sea la responsable de que la ciencia no sea considerada cultura por gran parte de la población. Si preguntamos a la ciudadanía por las prácticas culturales en las que invierte su tiempo hábitos como escuchar música, leer e ir al cine son un lugar común. Algunos menos comentan su asistencia a espectáculos (teatro y conciertos) y la visita a monumentos y yacimientos, seguidos de cerca por los que declaran visitar museos, exposiciones y galerías de arte. La presencia de contenidos científicos es secundaria o residual en estos formatos, ocupando siempre puestos de la zona media o baja de la tabla. Así lo refleja la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España realizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte entre 2014 y 2015.

Izquierda: Hábitos y prácticas culturales (en porcentaje, anual) / Elaboración propia. Fuente: MECD
Centro: Asistencia a museos por tipología (En porcentaje, anual) / MECD 
Derecha: Libros divulgativos leídos por temática (en porcentaje, trimestral) / MECD 

Por su parte, la técnica de la UCC+i de la UA sostiene firmemente que “la ciencia es cultura, sin duda” y apunta que cada vez más Unidades pretenden “aumentar la presencia de la ciencia en la cultura”. El objetivo esencial de UA Divulga, defiende Martín, “es acercarse a la ciudadanía devolviendo el input y la confianza que deposita en la comunidad científica”. Para que revierta adecuadamente, considera imprescindible transmitir los procesos investigadores y los resultados que se dan en el día a día de aulas y laboratorios de la Universidad, pero también hacer “comunicación pura y dura” de conocimientos científicos ya asentados. Para conseguirlo, “hay que tener en cuenta tanto el público como la acción y el mensaje que se quiere transmitir”, apunta la periodista suscribiendo las directrices del Libro Blanco de las UCC+i. Uno de sus múltiples públicos objetivo son los medios y agencias de comunicación, que a su vez actúan de “voceros de su actividad”, para los que se elaboran notas de prensa y material audiovisual “con adecuado rigor periodístico y científico”, sostiene. El público general es el objetivo de acciones como “Geolodía”, mientras que el infantil y juvenil es otro sector “fundamental para el desarrollo de nuevos talentos”, para lo que desarrollan actividades específicas como, “El Pati de la Ciència” o “Astropeques”, según la comunicadora, “enfocadas a la estimulación de vocaciones científicas”. Por su parte, intentan hacer partícipe al personal docente e investigador, que en muchas ocasiones ya estaba haciendo por su cuenta acciones divulgativas, indica Martín, brindándoles apoyo en la difusión de la ciencia y la tecnología. Un ejemplo de ámbito interuniversitario es “La Noche Europea de los Investigadores”, comenta la periodista. Otro público objetivo de la actividad de UA Divulga citado por Martín es el sector empresarial, “fundamental para la transferencia del conocimiento”. Para alcanzar a este sector y apoyar la labor que se realiza en las Oficinas de Transferencia de los Resultados de Investigación (OTRIs), “la Unidad pone en valor la investigación, el desarrollo y la innovación, a partir de los resultados conseguidos en las facultades”, apunta. 


Fotografía tomada durante el “Geolodía” 2018 / Repositorio de la Universidad de Alicante

En entrevistas anteriores para #Metacomunico se comenta la importancia de transmitir no sólo los contenidos científicos -resultados de investigación- sino también los metacientíficos -procesos de investigación, legislación, etc.- para fomentar el pensamiento crítico y la Apropiación Social de la Ciencia de forma integral. María Martín comenta que “en la medida de lo posible, se transmiten los procesos de investigación” pero que “hay que tener mucho cuidado con la difusión de las metodologías” ya que, frecuentemente, “están patrocinados, forman parte de proyectos europeos o están vinculados a una patente”. Esto es parte de su labor, que brinda “equilibrio a los intereses de los investigadores, la institución y el público”. La entrevistada comenta que en UA Divulga “las acciones de divulgación siempre llevan una comunicación en paralelo”. Destaca que una de las peculiaridades de UA Divulga es que la UCC+i está enmarcada en una Unidad de Comunicación global en estrechísima colaboración con el vicerrectorado de Investigación y Transferencia de Conocimiento, de manera que la capacidad de planificación y alcance es, a su juicio, “muchísimo más amplia”, lo que les permite hacer “una comunicación desde el principio del proyecto hasta los resultados”. En este sentido, la directora de la Unidad de Comunicación alaba la implicación de toda la cúpula del vicerrectorado en la creación de UA Divulga, “una apuesta firme y decidida”.

Con respecto a la utilización excesiva de la espectacularidad, Martín alerta sobre la posibilidad de que se pueda llegar a transmitir una imagen de la ciencia cercana a la magia y alejada de la realidad. La periodista coincide con el experto en ciencia, tecnología y sociedad José Antonio López Cerezo en que la solución a la inoportuna transmisión de esta visión distorsionada es mostrar la explicación detrás de cada demostración científica desvelando sus trucos, al contrario de lo que acostumbran a hacer los magos. Un ejemplo, cita la periodista, se da en la demostración “Matemagia: La magia de las matemáticas”, incluída en el programa “El Pati de la Ciència”. En ella, el público infantil asiste a un “truco de cartomagia” que no está fundamentado en otra cosa más que en operaciones aritméticas. Tras la sorpresa de los niños y niñas se explican los fundamentos matemáticos de lo que acaban de presenciar, evitando que atribuyan lo sucedido a fenómenos inexplicables. Martín se muestra también partidaria de utilizar la diversión como gancho para las actividades divulgativas, especialmente cuando están dirigidas al público infantil. “Ponerles una bata blanca y hacerles sentir científicos es una experiencia atractiva para padres e  hijos”, expresa, señalando que se trata de un estereotipo útil en esas edades. Más adelante, entrados en la adolescencia y juventud temprana, se deben mostrar progresivamente las dificultades de una carrera científica, afirma. Para ilustrarlo, pone como ejemplo la última “Noche Europea de los Investigadores”, en la que se realizó un taller de robótica en el que se evidencian “valores como la paciencia, la responsabilidad, la tolerancia al fracaso, la constancia y la competitividad” como componentes intrínsecos a la labor científica. Por todo ello, la comunicadora concluye: “no considero el adecuado uso de la espectacularidad o la diversión como una distorsión de la realidad”.


Vídeo de la actividad Matemagia: La magia de las matemáticas / Repositorio de la UA

María Martín destaca otro aspecto fundamental para llegar al gran público: “Hay que mirar a nuestro interlocutor a los ojos” y “bajar el nivel hasta hacerlo comprensible”. La periodista recalca que “esto no significa renunciar al rigor”, algo que provoca reticencias en muchos académicos, sino “tomarse ciertas licencias” como la utilización de símiles o elementos cercanos en lugar de terminología científica compleja, afirma. “Hay que perder el miedo a que alguien te escuche utilizar un lenguaje mucho más accesible y diga ¡qué barbaridad!”, comenta, apoyándose en palabras de Jorge Olcina a quien considera un referente en divulgación científica. El reconocido experto en climatología de la Universidad de Alicante, con el que han realizado algunas acciones para formar a investigadores locales, comparte la postura del descenso en los estándares terminológicos, indica Martín. Cuando Olcina trataba de explicar un fenómeno meteorológico de actualidad, añade la técnica, “muchos expertos se ponían en la tesitura de que si no era un fenómeno de gota fría de manual no se podía decir”. Él, sin embargo, era defensor de utilizar el término “aunque te estés saltando una de las reglas que hacen que científicamente lo sea”, ya que su filosofía es la de “introducir poco a poco determinados conceptos” para que la gente vaya perfeccionando paulatinamente su conocimiento, justifica la periodista de UA Divulga.

Al respecto de la situación actual de la UCC+i de la UA, María Martín recuerda que se trata de un proyecto todavía joven, con menos de un año de recorrido. Un aspecto fundamental, señala, consiste en que el eje de la comunicación lo llevan a cabo los técnicos de la Unidad, que son de formación periodística, pero el eje divulgativo es llevado a cabo por investigadores. Por ello, sus esfuerzos inmediatos se centran en la “actualización de un listado de expresiones de interés”, en el que tratan de registrar a todos los investigadores e investigadoras dispuestos a “canalizar sus inquietudes divulgadoras”, así como “la creación del portal UA Divulga para la recopilación y comunicación de estas acciones divulgativas”. Una de ellas es la próxima edición de “La Noche Europea de los Investigadores”, en la que han pasado de tener “únicamente profesores de la Facultad de Ciencias y la Escuela Politécnica Superior” a recibir solicitudes de “las facultades de Humanidades, Ciencias de la Salud, Derecho, Económicas o Educación”. “El flujo es constante, esta cultura está creciendo”, apunta. Por último, añade que “es una pena que esta labor se realice de forma altruista”, calificando como “caldo de cultivo favorable” el hecho de que la FECYT haya comenzado a reconocer las acciones divulgativas y de transferencia del conocimiento por parte de los investigadores. 

Captura del Directorio de UCC+i de España / FECYT

Estas acciones y reflexiones están enfocadas a aumentar la cuota de contenidos científicos en lo que la sociedad entiende por cultura, haciendo que en el subconsciente colectivo la palabra cultura evoque algo más allá de las bellas artes y las humanidades. Actualmente existen más de ochenta Unidades de Cultura Científica y de la Innovación en España, estando la mayoría de ellas vinculadas a universidades.