Los 6000 € del concurso tecnológico “Hack For Good” van a parar al proyecto valenciano “Luz Verde”

El Hack For Good es un concurso promovido por la fundación Think Big de Telefónica, destinado para ingenieros (actuales o futuros) que buscan aplicar la tecnología a la resolución de problemas sociales. El proyecto ganador se llama “Luz Verde” y consiste en una aplicación para mejorar la movilidad de los invidentes por la ciudad, en este caso de Valencia, aunque por supuesto se puede aplicar a cualquier otra ciudad.

Aunque estos concursos tecnológicos lo suelen ganar pequeñas “startups” con personal consolidado, no ha ocurrido así esta vez. Curiosamente, el equipo ganador está formado por tres jóvenes que no se conocían entre sí previamente: Jorge Fabregat es estudiante de segundo de Telecomunicaciones; Javier Ferrando es estudiante de tercero de Ingeniería de Electrónica; Joaquín Montesinos es estudiante de primero del Máster de Gestión de la Información. Todos ellos en la Universidad Politécnica de Valencia.

En el Hack For Good se presentan equipos de entre tres y siete personas para resolver retos sociales con contenido ético. En este caso, Jorge, Javier y Joaquín se apuntaron en el último minuto a la convocatoria, por primera vez todos ellos, con el fin de coger experiencia en este tipo de concursos. Cuál fue su sorpresa al saber después de dos días de durísimo trabajo que eran los ganadores tanto del concurso local de Valencia como del concurso nacional.

Joaquín tenía la idea de hacer un proyecto que utilizara la API de datos abiertos que ofrece el Ayuntamiento de Valencia. La API es un conjunto de datos que diversas organizaciones (en este caso, el Ayuntamiento de Valencia) ofrece a los usuarios programadores para poder desarrollar aplicaciones usando dichos datos. Javier tenía en mente hacer algo para mejorar los semáforos para invidentes, con el móvil y bluetooth. “Lo que ocurre es que con el bluetooth el usuario tendría que sincronizar el móvil con cada nuevo semáforo que visita”, comenta Jorge. Se les ocurrió, pues, combinar ambas cosas haciendo una app para Android que contrastara la posición actual del usuario mediante GPS con la base de datos de semáforos del Ayuntamiento. De esta manera, cuando el semáforo esté en verde, el teléfono vibrará para avisar de que se puede cruzar.

El problema que tenían es que la API del Ayuntamiento ofrece los datos de posición de los semáforos, pero no de su estado (rojo, ámbar, verde). “Entonces se me ocurrió conectar un microcontrolador con un complemento que le permite tener conexión a internet por ethernet al semáforo, y programarlo para que lea el estado de las luces directamente a partir del cable y lo envíe a su servidor. Todo esto sin modificar nada de los semáforos actuales. Se conectan dos cables del controlador a los cables que van a las lámparas y ya estaría solucionado”, explica Jorge. Se pusieron, pues, manos a la obra. Jorge se encargó de preparar un primer servidor Linux y de montar y programar el microcontrolador Arduino, que es una placa con posibilidad de programarla para hacer que desarrolle la función requerida. Javier se encargó de buscar información y datos y de desarrollar parte de la app, y Joaquín programó la aplicación del servidor con PHP y MySQL y la otra parte de la app.

Después de dos días de trabajo sin dormir el resultado fue un sistema que, en fase de prototipo, lo más caro posible, costaría 25.000€ de implementar en toda Valencia. El actual proyecto propuesto por el Ayuntamiento asciende a 6.000.000€. Esto es posible, entre otras cosas, porque “Luz Verde” se coloca en el regulador semafórico, por lo que un único chip sirve para monitorizar una media de 10 semáforos. Con un hardware depurado y construido a medida podría bajar de los 10.000€, y si consiguen implementarlo en el software de control directamente podría costar menos de 1000 €. «Todo esto si conseguimos sacarlo adelante», apostilla el joven futuro ingeniero.

 

Santi Selvi