Querer es poder, la XIX Conferencia Bengoa sobre políticas alimentarias

El seminario organizado por la UA ha captado la atención de más de 70 personas, entre profesores, estudiantes y profesionales

Miguel Ángel Royo Bordonada, docente e investigador de la Escuela Nacional de Sanidad y presidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública, presentó, en la XIX Conferencia Bengoa de la UA, su ponencia, que analiza el pasado, presente y futuro de las leyes y políticas alimentarias en España. A juicio del ponente, las políticas adoptadas no han sido realmente efectivas hasta el día de hoy, pero pueden llegar a serlo.

Cartel informativo XIX Conferencia Bengoa «Políticas alimentarias en España: querer es poder». Fuente: Universidad de Alicante

La conclusión a la que se llegó es que se conocen las medidas que mejor funcionan y tienen un aval científico. Además, Royo mostró cómo esas medidas, incluso las que tenían que ver con el incremento de precios, eran apoyadas por la población. Por lo que, tal y como nombró su conferencia, solo falta querer, para poder.

Las leyes alimentarias se pueden dividir según el problema al que afectan: control de precios, informativas, alegaciones y reformulación. En España, pese a que existen leyes y programas o estrategias destinadas a estos efectos, es uno de los peores países en aplicación de estas leyes en toda la UE, según explicó Royo. Este tipo de normativas son, en su mayoría, de autorregulación en España, contó Royo, lo que deriva en un bajo o mal control y una deficiente aplicación real. La estrategia más conocida, la NAOS, ha tenido efecto casi nulo, por lo que aún queda mucho por trabajar, aseguró el investigador. 

Royo interpeló a los asistentes:¿y por qué no se llevan a cabo las políticas necesarias? Pregunta que él mismo respondió: “Por intereses comerciales”. Las empresas no solo tienen más poder y dinero que muchos estados, sino que tienen el poder de influir en los propios gobiernos, apostilló.

Según explicó el investigador, a nivel autonómico sí que existen ejemplos que han sido de utilidad, como es el caso de Cataluña. En esta región, se aplicó una política de control de precios respecto a las bebidas azucaradas, los impuestos subieron en un 5%. Las gráficas demuestran un descenso en el consumo de estas bebidas, tal y como mostró Royo. Asimismo, se ha demostrado, en diversos estudios, que el control de precios es la política que más afecta al consumo.

El marketing alimentario, por otro lado, supone un problema a juicio del experto porque es muy difícil de contrarrestar. Se calcula que cada niño, en España, recibe una media de 1.200 impactos de publicidad alimentaria al mes. Las campañas de marketing social son muy pequeñas en comparación con el marketing de la industria alimentaria, destacó Royo. Aparte del marketing social que impulse una alimentación saludable, a juicio del investigador, deben aplicarse políticas y normativas que defiendan a las personas más vulnerables, la infancia.

La malnutrición es la primera causa de morbilidad y mortalidad en el mundo. Sin embargo, dirigir las acciones para prevenirla a los factores individuales es muy poco efectivo, según el presidente, quien señaló que las causas son tanto poblacionales, como sociales y ambientales.

Para tratar esas causas, conocidas como determinantes comerciales de la salud, las políticas alimentarias son una gran baza, explicó el investigador. Estas políticas pueden atacar a los sistemas de producción y distribución, a la relación entre gobernantes e industria y a la publicidad y el marketing detrás de estos productos, que a juicio del experto constituyen los tres pilares a cambiar.

La videoserie de la UV, “Tresors a la llum”, muestra las máquinas de electroshock de mediados del siglo XX para tratar enfermedades mentales

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El taller de audiovisuales, junto con la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad de Valencia, ha comenzado las grabaciones de una nueva tanda de vídeos del proyecto Tresors a la llum. En esta ocasión, el capítulo lo protagonizan las … Sigue leyendo

La jornada valenciana por el Día Mundial de las Enfermedades Raras, centrada en la innovación tecnológica y en la tardanza en el diagnóstico

Una enfermedad rara es aquella que afecta a 1 de cada 2000 personas. El director científico del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS la Fe), Guillermo Sanz, explicó en la Jornada acogida por su institución con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que estas se caracterizan por ser crónicas, incapacitantes, progresivas, potencialmente mortales y con un destacado componente genético. Con el objetivo de visibilizar los principales temas ligados a estas patologías, la jornada, que tuvo lugar el 28 de febrero, se centró en la innovación y en la demora en el diagnóstico como principales retos en torno a estas afecciones de baja prevalencia.

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Más de 60 alumnas de 22 centros celebran en el IFIC el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

El instituto abre sus puertas al estudiantado femenino de diversos colegios valencianos para promover la igualdad en la investigación con talleres y charlas

El Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro de investigación mixto del CSIC y de la Universitat de València, organizó una jornada el 11 de febrero para celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Con motivo de esta conmemoración, el instituto acogió en sus instalaciones a 66 alumnas pertenecientes a 22 centros educativos de la provincia de Valencia. Durante la jornada, investigadoras del IFIC, alumnas y profesoras acompañantes vivieron juntas un día lleno de inclusión, visibilidad y ciencia, en el que realizaron una masterclass femenina de física de partículas y donde unieron sus voces para clamar por un futuro científico con acceso y participación equitativa e independiente del género.

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Jim Al-Khalili, físico teórico: “No soy de las personas que dice que la ciencia lo resuelve todo”

El destacado científico, comunicador y profesor de la Universidad de Surrey (Inglaterra), fue uno de los invitados a exponer en ‘Inspired by Bragg’, evento virtual organizado por la Universidad de Leeds y que reúne a personalidades científicas de todo el mundo. En su presentación, reflexionó sobre el futuro y los desafíos de la ciencia en el siglo 21, enfatizando que no todo será “cool” y positivo, sino que habrá cuestiones éticas que, socialmente, deberán ser discutidas. 

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INFANCIA ACTIVA, UNA CUESTIÓN (NO SOLO) DE PESO

MEDIDAS LOCALES FRENTE A LA INACTIVIDAD FÍSICA EN GUADALAJARA

La inactividad provocada por las restricciones para poner freno a la pandemia de COVID-19 ha vuelto a traer a un primer plano el problema de la obesidad infantil, alarmante en todo el mundo, también en España. Los gobiernos han mostrado su preocupación y los expertos vuelven a recordar que una juventud obesa es una futura generación adulta obesa y que el sedentarismo conlleva muchos otros problemas de salud asociados. Pero, ¿qué se está haciendo para prevenir y abordar el exceso de peso y la inactividad en las primeras etapas de la vida? Poner el foco en las ciudades, capaces de albergar las medidas que se recomiendan, puede ayudar a responder esta pregunta. Guadalajara es una ciudad de tamaño medio, a caballo entre Madrid y “la España despoblada”, que pertenece a una comunidad autónoma con una de las tasas más altas de obesidad y de inactividad física del país, según el último estudio ALADINO (2019). Dado que la salud de los más jóvenes depende en gran medida de las posibilidades que les ofrece su contexto, resulta interesante conocer cómo la ciudad trata de contrarrestar el posible “entorno obesogénico” a través de sus servicios públicos.

Durante el confinamiento domiciliario por la pandemia de COVID-19,  la población más joven dedicó a la AF en torno a una hora y media diaria menos de lo habitual y el tiempo frente a las pantallas aumentó entre 1,9 y 2,6 horas al día según un estudio español publicado en Pediatric Obesity. Las consecuencias de esta situación no tardaron en notarse y, en lo que respecta a la obesidad, la encuesta que la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) realizó tras el confinamiento reveló que el 44% de la población española había aumentado de peso. Esto, sumado al mayor riesgo que tienen los pacientes obesos de enfermar gravemente de COVID-19, ha traído la cuestión al centro de las discusiones. De hecho, algunas de las primeras medidas de “desescalada” tuvieron que ver con la AF de la población infantil (Orden SND/370/2020, de 25 de abril) y la práctica físico-deportiva para toda la ciudadanía (Orden SND/380/2020, de 30 de abril). Es más, antes de que acabase el año, se había aprobado una Proposición no de Ley para declarar la AF y el deporte actividades esenciales. Este carácter esencial de la AF se contempla también en el anteproyecto de la nueva Ley del Deporte, sometido a información pública en el momento en que se escribe este reportaje.

LA OBESIDAD INFANTIL EN CIFRAS

El exceso de peso en la infancia y la adolescencia ha aumentado en todo el mundo a lo largo de las últimas cuatro décadas desde unas prevalencias (proporción de personas que sufren el problema de salud respecto del total) globales de 0,7% y 0,9% en 1975, al 5,6% y 7,8% en 2016 en niñas y niños, respectivamente. El estudio de 2017 en el que The Lancet publicó estos datos también explica que en la última década esta tendencia se ha acelerado en países en vías de desarrollo, mientras que parece haber dejado de aumentar en los de mejor estatus socioeconómico. En el último estudio COSI (Children Obesity Surveillance Initiative) de la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado este año, España fue el segundo país después de Chipre en exceso de peso (sobrepeso y obesidad) y el sexto en obesidad infantil (6 a 9 años). El último estudio ALADINO (2019) de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), reveló unas prevalencias de sobrepeso y obesidad en la infancia del 23,3% y 17,3%, respectivamente. En cuanto a la población adolescente (11 a 18 años) española, el estudio Health Behaviour of School-aged Children (HBSC) publicó en 2018 que el 14,4% tiene sobrepeso y el 3,1% obesidad, un poco menor en chicas que en chicos. Por su parte, el estudio PREFIT de 2020 sobre menores de 5 años, publicó unos valores de 15,4% y 6%.

El Índice de Masa Corporal (IMC), relación entre el peso y el cuadrado de la estatura de una persona (kg/m²), es el indicador que se emplea para definir el estatus ponderal (infrapeso, normopeso, sobrepeso y obesidad). Hasta los 19 años es necesario, además, tener en cuenta la edad. De acuerdo con las definiciones de la OMS para niños y niñas de 5 a 19 años: Sobrepeso: entre 1 y 2 desviaciones estándar sobre la mediana de referencia para cada edad. Obesidad: más de 2 desviaciones estándar sobre la mediana de referencia para cada edad. Enlace a los datos de referencia: https://www.who.int/toolkits/growth-reference-data-for-5to19-years/indicators/bmi-for-age

CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Las causas de esta otra pandemia son múltiples, pero, al margen de enfermedades hereditarias que conllevan exceso de peso, los estudios apuntan a que el empeoramiento de los hábitos alimentarios y el estilo de vida son los principales determinantes. Por un lado, según el estudio PASOS (2019), ni la mitad de los jóvenes sigue la dieta mediterránea, solo un 16% llega a las 4 raciones de fruta y verdura diarias y son más quienes consumen a diario bollería industrial, dulces y golosinas. Por otro lado, el exceso de calorías de esos productos no se llega a compensar con suficiente AF. Ésta, acompañada de una alimentación adecuada, cumple una importante función de prevención de diversas enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), así como la obesidad, que constituye por sí sola un factor de riesgo de ECNT como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor e incluso varios tipos de cáncer. Este problema supone un sobrecoste para los estados, concretamente unos 1.950 millones de euros en gasto médico directo en España en 2016 y, de mantenerse la tendencia creciente, para 2030 aumentará hasta los 3.000 millones anuales.

La AF diaria que la OMS recomienda para los niños y adolescentes de 5 a 17 años consiste en 1 hora de AF moderada o intensa, además de AF intensa y de fuerza al menos 3 días a la semana. Sin embargo, el estudio PASOS (2019) reveló que solo 2 de cada 5 cumplen con ellas y que el incumplimiento es mayor en la adolescencia que en la infancia y en el género femenino que el masculino. Los expertos en la materia reconocen desde hace tiempo en los pacientes pediátricos lo que se ha dado en llamar la ‘Tríada de Inactividad Pediátrica‘: déficit de AF, dinapenia pediátrica (bajos niveles de fuerza y potencia muscular no causadas por enfermedad neuromuscular) y analfabetismo físico (falta de confianza, competencia, motivación y conocimiento para moverse de manera habilidosa).

«El ejercicio físico es como una polipíldora con múltiples beneficios», afirma Mairena Sánchez

ACTIVIDAD FÍSICA Y SEDENTARISMO

Para tratar de evitar que esto siga sucediendo en la infancia, Mairena Sánchez López lleva quince años coordinando el programa MOVI de promoción de la AF para la prevención de la obesidad infantil. La profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) pertenece al grupo de investigación interdisciplinar del Centro de Estudios Sociosanitarios (CESS), que ha logrado reducir la adiposidad y el riesgo cardiometabólico, así como mejorar la condición física de los escolares en los que llevan interviniendo desde 2004 con AF extraescolar programada. El motivo por el que el equipo del CESS ha optado por la AF en MOVI y no por la alimentación para tratar de controlar la obesidad es que aquella también es beneficiosa “a nivel social, académico, psicoemocional y produce satisfacción, cosa que no ocurre con la prohibición de ciertos alimentos”.

Imagen. Mairena Sánchez tomando muestras con su equipo para el proyecto MOVI del Centro de Estudios Socio Sanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Fotografía cedida por la investigadora

“Consideramos que el ejercicio físico es como una “polipíldora” [con múltiples] beneficios, [pero] la realidad es que no existe tal píldora del ejercicio, que pueda comercializarse y así obtener beneficios económicos, como sí sucede con la alimentación, que tiene detrás empresas muy potentes y lobbies que hacen mucha presión”, sostiene Sánchez. La profesora de la Facultad de Educación de Ciudad Real reconoce que las posibilidades de realizar AF en la infancia están ligadas a las oportunidades en su entorno debido a su falta de autonomía, y que los padres “tienen que apoyar la AF de sus hijos e hijas y entender que es una herramienta de salud barata y accesible, pues basta con salir a diario a la calle a moverse o ir al parque a jugar para prevenir el exceso de peso”

CONTEXTO SOCIOECONÓMICO Y CIUDADES

La OMS define el entorno obesogénico como “aquel que fomenta la ingesta calórica elevada y el sedentarismo, teniendo en cuenta (…) las normas sociales en relación con la alimentación y la actividad física”. Estos entornos están fuertemente ligados al contexto socioeconómico, que determina las posibilidades de acceso a la alimentación y la AF. Según el estudio ALADINO 2019, en las familias con rentas anuales inferiores a 18.000 euros, la obesidad infantil es de un 23,2% frente al 11,9% en las que las rentas superan los 30.000 euros.

La OMS ya contempla un enfoque colaborativo de salud pública para el abordaje de la inequidad en salud desde todos los sectores que se conoce como ‘Salud en Todas las Políticas’ y reconoce la necesidad de aplicarlo en sus recomendaciones para acabar con la obesidad infantil. Además, para lograr que todas las personas puedan cumplir con los niveles de AF recomendados, recientemente ha publicado su Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018-2030, que establece cuatro objetivos: crear sociedades, personas, ambientes y sistemas activos.

En nuestro país, la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud ha desarrollado, en un sentido similar, medidas de implementación local a través de la Red Española de Ciudades saludables, aunque actualmente solo la forman 269 municipios. Dado que los datos de AF en España revelan que ni la ciudadanía, en general, ni los menores, en particular, llevan una vida lo suficientemente activa, resulta interesante poner el foco en una localidad concreta, en sus medidas y recursos.

GUADALAJARA

Guadalajara (Castilla-La Mancha) es una ciudad a medio camino entre Madrid y “la Siberia española” con casi 88.000 habitantes, de los que una quinta parte tienen 19 años o menos. No existen datos de prevalencia de obesidad infantil de la localidad y los que hay a nivel provincial pertenecen al informe de resultados del Plan de Prevención de la Obesidad Infantil de Castilla-La Mancha de 2010, que mostró los valores de obesidad más bajos de las cinco provincias de la región: 11,5% en niños y 9,6% en niñas.

Imagen. Niñas y niños empezando la mañana con una sesión de Zumba en el campamento urbano de verano del ayuntamiento de Guadalajara 2021. Fotografía propia tomada con el consentimiento de los representantes de los menores

Esto no deja de ser preocupante, ya que Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas con mayores tasas de sobrepeso (24,8%), obesidad (12%) e inactividad física (72% no llega a la hora diaria de AF que recomienda la OMS) en menores de 8 a 16 años, según el estudio ALADINO 2019. El Plan de Salud de la región para el periodo 2019-2025 contempla la obesidad infantil como uno de los principales problemas de salud emergentes a afrontar.

La mayoría de los pacientes pediátricos tienen exceso de peso «por su estilo de vida y solo unos pocos por alguna enfermedad heredada», advierte Alfonso Ortigado

SANIDAD

En el Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Guadalajara han observado que los menores han ganado peso tras el confinamiento. En consulta, los padres han reportado también fatiga, falta de aire o pinchazos en el tórax en sus hijos cuando éstos han vuelto a hacer ejercicio. A Alfonso Ortigado, jefe de esta sección y especialista en Cardiología Pediátrica, le preocupa que las familias todavía no estén concienciadas de que “el exceso de peso mata”, pues la mayoría de sus pacientes, “lo tienen por su estilo de vida y solo unos pocos por alguna enfermedad heredada”. El pediatra siempre les recuerda que pueden concertar consultas programadas con la Enfermería Pediátrica para recibir consejos de educación en salud, pero reconoce que “en Guadalajara, se recurre poco a ese servicio porque, en general, las familias no conciben ir al médico si sus hijos no están enfermos”.

Este Servicio de Pediatría ya ha sido premiado por unos talleres de salud para promocionar la alimentación saludable entre escolares junto al servicio de Endocrinología. Es éste último quien se encarga de los casos de obesidad infantil, a los que se les pauta una dieta muy controlada. Sin embargo, de AF solo se les dan unas recomendaciones generales para romper con el sedentarismo que no tienen un seguimiento. Tampoco se lleva un registro de casos del que extraer cifras de prevalencia y no cuentan con más apoyos ni programas coordinados con el Ayuntamiento u otros organismos para promocionar una vida activa entre los jóvenes.

Imagen. Alfonso Ortigado, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Guadalajara, en la sala de espera de las consultas de Pediatría del hospital. Fotografía cedida por el médico

EDUCACIÓN

El Decreto 54/2014 de la Educación Primaria de Castilla-La Mancha concede a la Promoción y Educación para la Salud un carácter transversal a todas las materias, pero es la Educación Física (EF) la que se encarga en mayor medida de trabajarla. Noelia Meseguer, maestra de EF desde hace 15 años en diversos centros públicos de la provincia, imparte esa unidad al principio del curso “para que empiecen sabiendo qué son la condición física y la alimentación saludable y así le encuentren un sentido a todo lo que van a hacer durante el curso”. Echando la vista atrás, reflexiona sobre cómo los niños han perdido coordinación con los años porque se mueven mucho menos y también cómo ha empeorado su alimentación en los recreos. Muchos colegios de Guadalajara, como el suyo, promueven los almuerzos saludables haciendo propuestas al alumnado o adhiriéndose al Programa de Fruta, Hortalizas y Leche de Castilla-La Mancha.

Numerosos centros escolares de primaria y de secundaria querrían ampliar sus 2 y 3 respectivas horas semanales de EF, según una encuesta realizada para este reportaje. Otra demanda común es la de mayor inversión en material. Meseguer tiene el apoyo de su centro, pero explica: “Hace falta moverse. Este año hemos conseguido material de la Federación Española de Voleibol a un mínimo precio y, en el centro en el que estuve el año pasado, el club de rugby de Guadalajara vino a promocionar su escuela y nos trajeron petos y balones”. También echan en falta la organización de más encuentros deportivos entre los centros de la provincia, como el extinto Miniguadalajoven o el Guadalajoven, cancelado dos años por la pandemia, organizados por la Diputación de Guadalajara.

Vídeo elaborado para este reportaje: La actividad física en los centros escolares y percepción del alumnado (Guadalajara, 2021). Una encuesta realizada a los centros escolares de la provincia de Guadalajara arroja datos sobre la actividad física que ofrecen al alumnado. Por su parte, algunos de estos jóvenes cuentan en el vídeo su perspectiva.

Muchos centros de Guadalajara se acogen a los programas de promoción de la AF y el deporte escolar de la Consejería de Educación y Deportes de Castilla-La Mancha: el Programa Somos Deporte 3-18 y los Proyectos Escolares Saludables (PES), pero este curso solo se han retomado al final, a causa de las restricciones. Meseguer considera que, si el curso que viene se incorporan a los PES, “será más fácil promocionar la salud desde el centro en todo momento y pedir a las familias que contribuyan a que sus hijos vengan en bici o patines al colegio”. Estos proyectos requieren que el centro se comprometa a ofrecer AF fuera de la asignatura de EF a través de recreos activos, descansos activos o desplazamiento activo al centro. En la provincia de Guadalajara son 22 los centros que actualmente pertenecen a esta red, un 30% del total, nueve de ellos en la capital.

DEPORTES

En Guadalajara no hay escuelas deportivas municipales, todas pertenecen a los más de 70 clubes de la ciudad porque hace tiempo que desde el consistorio se decidió externalizar este servicio. Aurelio Zapata, director general de Deportes del Ayuntamiento de Guadalajara desde septiembre de 2020 reconoce: “La Ley de la Actividad Física y el Deporte de Castilla-La Mancha dice que hay que fomentar el deporte público en edad escolar. Sin embargo, no te dice cómo y, desde la temporada que viene, tendremos un modelo mixto”. Como la mayoría de escuelas desarrolla su actividad en las instalaciones públicas de la ciudad, Zapata ofrecerá un convenio con subvención a todos los clubes para que, a cambio de ese uso, garanticen unas cuotas accesibles para todas las familias. Sin embargo, no se ofrece ningún reconocimiento médico preventivo como ya se hace en otras poblaciones de la región, como Quintanar de la Orden, de la mano del grupo de investigación IGOID de la UCLM. Este verano han ofrecido actividades deportivas en los barrios para toda la familia, así como campamentos urbanos, uno infantil y otro juvenil, pero Zapata admite que todavía deben trabajar más para que el deporte llegue a todo el mundo.

Imagen. Niñas y niños empezando la mañana con una sesión de Zumba en el campamento urbano de verano del ayuntamiento de Guadalajara 2021. Fotografía propia tomada con el consentimiento de los representantes de los menores

PARTICIPACIÓN Y URBANISMO

El Ayuntamiento de Guadalajara cuenta con un área de Promoción de Salud que no dispone de datos propios de prevalencia de obesidad infantil en la ciudad. La capital suele tener un Plan de Infancia y Adolescencia en el que contribuyen los escolares desde el Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia, no obstante, el actual ya ha prescrito porque la pandemia ha mermado la participación y no han elaborado uno nuevo. Por este motivo, de momento han perdido el distintivo Ciudad Amiga de la Infancia que otorga UNICEF, pero esperan aprobar uno nuevo en 2022 con el que recoger las preocupaciones y demandas de la población más joven, según afirma Sara Simón Alcorlo, concejala de Igualdad, Derechos de la Ciudadanía y Festejos y segunda Teniente de Alcalde.

«Esta ciudad se puede recorrer andando», asegura Sara Simón

En 2023 todas las urbes de más de 50.000 habitantes deberán tener, por la ley de cambio climático y transición energética de 2021, una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que restrinja la circulación de coches. Simón cuenta que quieren que la ZBE se encuentre en el casco histórico: “Esta zona nos ofrecerá la oportunidad de intentar peatonalizar algún área, además de hacer una campaña para concienciar de que esta ciudad se puede recorrer andando”. Actualmente, uno de los principales focos de tráfico está en las entradas y salidas de los colegios, algunos en pleno centro urbano. Simón explica que alrededor de algunos centros “se han diseñado caminos escolares seguros con los que se intenta que el alumnado pueda llegar con sus papás o mamás, o solos, andando al colegio”, pero, por el momento, esto no ha reducido los atascos a las puertas de los centros.

OPORTUNIDADES

La infancia y la juventud de Guadalajara necesitan una oferta de ocio activo que les invite a moverse. En algunos parques se han instalado estructuras para practicar skate o calistenia, pero aún hay mucho espacio donde se puede facilitar u ofrecer la práctica de AF libre u organizada. Por otro lado, apaciguar el tráfico permitiría que el transporte activo fuera más seguro y la juventud optase más a menudo por la bicicleta o caminar para moverse por la ciudad, lo que les concedería, además, más autonomía.

Según un estudio elaborado para el propio servicio de Deportes de la localidad, el Ayuntamiento de Guadalajara es el segundo con mayor dotación presupuestaria al deporte respecto al resto de las capitales de provincia de la región y respecto a algunas de las principales poblaciones del corredor del Henares. La vuelta a la actividad tras la pandemia brinda al nuevo equipo de gobierno la oportunidad de invertir en el fomento del deporte escolar dotando de más recursos, actividades y torneos a los centros escolares para satisfacer sus demandas.

Imagen. Alumnado de un centro de educación primaria de Guadalajara durante una clase de Educación Física. Fotografía cedida por Noelia Meseguer

Existen en España ejemplos de buenas acciones para el fomento de la AF en el día a día de la población más joven de las ciudades, como los planos de ‘Metrominuto’ de la Red de Ciudades que Caminan, que indican la duración de los trayectos a pie; el Servicio de Orientación de Actividad Física, para orientar y apoyar a las personas inactivas, ligado a la Estrategia de Prevención de la Obesidad Infantil en Euskadi; o el proyecto “PACO y PACA” (Pedalea y Anda al COle – Pedalea y Anda a Casa) del grupo de investigación PAFS de la UCLM que promociona el desplazamiento activo al centro educativo.

Guadalajara tiene la suerte de contar con un amplio margen de mejora por estar rodeada de oportunidades a las que acogerse si, como alientan a actuar las estrategias internacionales y los planes nacionales de promoción de la salud, todos los sectores se comprometen y coordinan para remar en una misma dirección y actuar. Una infancia activa no solo gozará de unas tasas de obesidad menores que las actuales, sino de toda una vida por delante de salud y bienestar con repercusiones sociales enriquecedoras para toda la ciudad.

Infografía con algunos buenos ejemplos en España de medidas contra la obesidad infantil a través de la actividad física.

La lotería de ser adicto

Desde los años 90 la evidencia que muestra que la adicción, o el trastorno por consumo de sustancias, es una enfermedad de base neurológica ha revolucionado el tratamiento de esta enfermedad crónica. Sin embargo, como sucede con la mayoría de las enfermedades de base neurológica, conocer los factores de riesgo continúa siendo un misterio. ¿Es la genética? ¿Es el entorno? ¿Es la personalidad?

Una de las claves para entender la adicción está en el efecto que producen las sustancias en el cerebro. Lo que las drogas son capaces de hacer es imitar lo que se conoce como refuerzos naturales. Así, el alcohol y los psicoestimulante como la cocaína, por ejemplo, son capaces de provocar un aumento de la liberación de dopamina en el núcleo accumbes del cerebro, el centro integrador de la información, que además tiene un papel fundamental en la motivación. De esta manera, las áreas del cerebro encargadas de reconocer las situaciones o sustancias que favorecen la supervivencia del ser humano (como alimentarse, comer, dormir), son engañadas por las drogas. Esto provoca que el cerebro reconozca las drogas como algo positivo y propicia que se repitan las conductas y situaciones que llevan a repetir el consumo.

Escáner de una persona de 33 años consumidora de cocaína en la que se observa daño cerebral. Fuente: A. Montoya-Filardi, M. Mazón (2017) El cerebro adicto: imagen de las complicaciones neurológicas por el consumo de drogas. Radiología. Volume 59, Issue 1 (17-30) 2017
https://doi.org/10.1016/j.rx.2016.09.005.

«Es fundamental- explica Lucía Hipólito- porque constatar esto muestra que ese interés desproporcionado de las personas que sufren adicción y que los lleva a decir yo paso de todo tiene una base anatómica, por ello, los adictos, aunque quieran, no pueden dejar de consumir, sus cerebros han sido hackeados por la droga».

«Los adictos, aunque quieran, no pueden dejar de consumir, sus cerebros han sido hackeados por la droga»

Lucía Hipólito

Desde que en los años 90 la comunidad científica comenzó a describir las bases neurológicas de la adicción, la medicina empezó a abandonar la antigua concepción que consideraba a las personas con trastornos de adicción personas débiles y sin valores. Desde entonces las evidencias que han mostrado los cambios y alteraciones cerebrales que sufre el cerebro de la persona con trastorno por consumo de drogas han permitido constatar que, en efecto, el trastorno por consumo de drogas es una enfermedad que es, además, crónica. Como ilustra Lucía Hipólito, investigadora sobre las bases neurológicas de la adicción, es muy llamativo observar la similitud de escáneres cerebrales de una persona con párkinson y una persona consumidora y explica: «Del mismo modo que no le dirías a una persona con párkinson, oye no tengas párkinson, es absurdo plantear que con sólo un poco de fuerza de voluntad, las personas pueden dejar de consumir».

Los factores de riesgo

Esta línea de investigación en drogas ha puesto sobre la mesa otra evidencia: no todas las personas que consumen drogas desarrollan una adicción. Y, sobre esto, los investigadores no tienen aún respuestas claras.

Una de las hipótesis estudiadas en estos años pretende averiguar cuál es la influencia de la genética en el desarrollo de un trastorno por consumo de sustancias. De hecho, algunas investigaciones han apuntado a que ciertos cambios en un receptor opioide podrían estar involucrados en los trastornos por consumo de sustancias. Así, se han detectado alteraciones en el receptor D2R en pacientes que tienen un trastorno por consumo de drogas. Sin embargo, no es fácil determinar el peso de esta influencia. En primer lugar, porque estos análisis, tanto en modelos animales como en modelos humanos, se han producido una vez que los individuos ya habían tenido contacto con las sustancias adictivas, por lo que es difícil discernir si esa alteración estaba presente previamente al consumo o si es precisamente una consecuencia.

Y, en cualquier caso, como explican los profesores de farmacología Ugedo y Ruiz «la existencia de factores hereditarios no implica que una dependencia sea un trastorno hereditario ya que los rasgos como la sensibilidad o la preferencia por una sustancia no son fenómenos de todo o nada sino que se pueden presentar en diversos grados».

La segunda de las hipótesis de investigación desarrolladas apunta a que la vulnerabilidad al abuso y dependencia tiene origen en una compleja interacción entre factores genéticos, ambientales y psicosociales. Por un lado, sí se ha visto que hay rasgos conductuales que están relacionados con el consumo compulsivo de alcohol. Y, al mismo tiempo, también se ha estudiado la importancia del entorno psicosocial: crecer en un entorno en el que se normaliza un consumo abusivo de sustancias tienen un gran impacto sobre los individuos.  

A este cóctel de factores se le pueden sumar, además, algunas condiciones económicas. En este sentido, es muy significativa una investigación publicada en el Journal of Health Economics que estudió la relación entre el paro y el consumo de algunas sustancias estupefacientes durante la crisis en Europa. Las conclusiones mostraron cómo un aumento del 1% del desempleo regional se correlacionaba con un aumento del 0,7% en la ratio de personas que declararon haber consumido cannabis alguna vez en la vida.

Una investigación publicada en el Journal of Health Economics constató cómo un aumento del 1% del desempleo regional se correlacionaba con un aumento del 0,7% en la ratio de personas que declararon haber consumido cannabis alguna vez en la vida.

Los efectos de las drogas en el cerebro pueden ser irreversibles en ciertas áreas, lo que cronifica la enfermedad. Y, a pesar de la multitud de incógnitas que rodean este órgano, de algunas certezas sí disponemos: la edad en la que se inicia el consumo sí importa. Una investigación publicada en JAMA Pediatrics analizó si la edad de inicio de consumo influye en la rapidez con la que las personas desarrollan un trastorno por abuso de sustancias. Estos investigadores constatron que la prevalencia del trastorno por consumo de cannabis era mayor para los adolescentes que para los adultos jóvenes. Así,  por ejemplo, el 10,7% de los adolescentes tenía un trastorno por consumo de cannabis al año de iniciar el consumo frente al 6,4% de los adultos jóvenes. Como explica el equipo responsable de esta investigación «las investigaciones han demostrado que el desarrollo del cerebro continúa hasta los 20 años y que la edad es un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de la adicción».

El consumo de drogas: ¿un problema silenciado?

Prevalencia del consumo de cannabis en la población europea. Fuente: European Monitoring Centre for Drugs and Addiction.

Según los datos publicados recientemente por el observatorio europeo de las drogas y el consumo de tóxicos (European Monitoring Centre for Drugs and Addiction), España se sitúa a la cabeza del consumo de sustancias. De hecho, los datos muestran como 36,3% de la población reconoce haber consumido algún tipo de drogas ilegales en algún momento de la vida. Este nivel de incidencia sitúa al país el tercero en el ránking a nivel europeo. Sustancias como el cannabis o la cocaína, además, muestran un aumento constante de consumo que ha pasado del 14,2 en 1995 al 35,3 para el cannabis y del 3,7 al 10,3 en el caso de la cocaína.

Sin embargo, y teniendo en cuenta los riesgos del consumo de sustancias por parte de la población adolescente, quizás sean más reveladores los datos sobre el consumo de sustancias como el alcohol o el tabaco por parte de la población entre 14 y 18 años que publicó el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones en su informe 2020. Este estudio muestra que el 75,0% de los adolescentes entre 14 y 18 años ha consumido bebidas alcohólicas en año anterior a la encuesta, el 35% ha fumado tabaco y el 27,5% reconoce haber fumado cannabis.

La magnitud del problema, sin embargo, no parece tener la repercusión social que cabría esperar. Así, el barómetro del CIS muestra que las drogas eran el segundo de los problemas del país para el 49,0% de los encuestados[1] frente al último barómetro del CIS muestra que en la actualidad[2] tan solo un 0,1% de la población percibe las drogas como un problema.

La prevención como medicina

A pesar de las incertidumbres que rodean los trastornos por consumo de sustancias, hay una cuestión fundamental: que una persona tenga factores de riesgo no necesariamente significa que vaya a desarrollar adicción, sobre todo si nunca entra en contacto con estas sustancias. «El único requisito evidente para que el cerebro enferme -explica Lucía Hipólito- es un consumo repetido y continuado, que es el que provoca en última instancia la neuroadaptación».

Por eso cada vez que se consume alcohol en grandes cantidades, especialmente a edades tempranas, se está comprando papeletas: «El alcohol, el tabaco y la marihuana son las drogas de iniciación- explica Hipólito- es fundamental que los adolescentes que cada vez que consumen, están corriendo el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica».

Además de ello, para la investigadora, es importante que como sociedad se tome nota del hecho de que el consumo de alcohol en la adolescencia forma parte de una forma de socializar muy extendida. De hecho, el estudio sobre el «Impacto del confinamiento por pandemia de COVID-19 en el consumo de alcohol, benzodiacepinas y analgésicos opioides» financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad muestra como el consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes se redujo hasta prácticamente desaparecer. «Como sociedad – explica Lucía Hipólito- tenemos que plantearnos que hay que ofrecer alternativas porque la prevención es la única vacuna que tenemos contra la adicción».


[1] Barómetro del CIS junio de 1988

[2] Encuesta del CIS marzo 2020

Juana Díez Antón: “La investigación en medicamentos antivirales es muy frustrante porque durante mucho tiempo se ha investigado mucho, pero se han descubierto muy pocos”

Juana Díez Antón en Torrevieja/Montse Noguera

En estos tiempos tan convulsos que nos ha tocado vivir, mucho se ha hablado sobre vacunas y medicamentos antivirales. Antes de encontrar la vacuna frente al coronavirus SARS-CoV-2, los medios de comunicación se han hecho eco de noticias sobre medicamentos que podían paliar los efectos del virus y mitigar la enfermedad. Lo cierto es que, pasado un año, no tenemos ningún medicamento antiviral para la COVID-19. Hablamos con Juana Díez, viróloga de la Universidad Pompeu Fabra, sobre el estado actual de la investigación en antivirales y hacemos un repaso sobre los temas más candentes en torno al papel de las farmacéuticas en esta crisis biosanitaria y el estado de la investigación científica en España.

Juana Díez Antón es catedrática e investigadora principal del Grupo de Virología Molecular de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Trabaja en una plataforma para el desarrollo rápido de medicamentos antivirales. Actualmente, dirige dos proyectos de investigación relacionados con las interacciones que establecen los virus con la célula y el desarrollo de medicamentos antivirales de amplio espectro. Nacida en Torrrevieja (Alicante) en 1963, es profesora titular desde el año 2001 en esta universidad.

¿En qué situación se encuentra el desarrollo de nuevos medicamentos antivirales para la COVID-19?

La investigación en medicamentos antivirales es una parte muy frustrante porque ha habido muchísima investigación, pero se han obtenido muy pocos antivirales. Por ejemplo, tenemos antivirales para herpes, para VIH y para el virus de la hepatitis C, que no curan, pero modulan la infección. El problema de las infecciones agudas es que las tienes que tratar muy temprano; por ejemplo, el coronavirus. En realidad, la persona que se contagia con este virus no se muere por el virus en sí, sino de la reacción que realiza su sistema inmunitario. Cuando una persona se infecta, la cantidad de virus en su organismo sube y sube hasta que llega un momento que empieza a bajar, pero en este pico también sube la inflamación y se produce una respuesta muy violenta del sistema inmunitario que puede llevar a la muerte. Se debe intentar que esta curva de subida del virus sea más baja. En una infección crónica se necesita que el antiviral sea 100% efectivo porque si dejas un 5%, por ejemplo, y se suspende la medicación, el virus se dispara. En las infecciones agudas no hace falta que el antiviral elimine el 100% del virus, pero sí que baje la cantidad y que el organismo no realice esa hiperrespuesta. Para este tipo de infecciones hay pocos resultados en antivirales. El método de búsqueda siempre es el mismo. En el caso de un virus nuevo se busca entre todas las moléculas que se utilizan para otras enfermedades como, por ejemplo, para tensión alta o cualquier otra enfermedad. Hasta ahora, aunque hemos hecho un esfuerzo brutal, no tenemos nada. A lo mejor dentro de un año sí, pero todavía no. Actualmente estamos intentando otra forma diferente de desarrollar antivirales. Casi todos ellos actúan contra proteínas del virus o contra proteínas de la célula que el virus utiliza. Nuestro método ahora, no sabemos si funcionará o no, es ir contra el genoma del virus, es decir, contra su libro de instrucciones. Nos ha funcionado muy bien en cultivo celular y ahora estamos probando en ratones. Otra cosa es pasar a animales y después a humanos

¿Podrían llegar a ser una solución para esta pandemia y las pandemias del futuro?

Estamos en el modelo animal, todavía nos queda. Para esta pandemia no llegamos, pero si funcionara los tendríamos de una forma muy rápida una vez que conociéramos el genoma del virus. La otra línea de investigación que estamos desarrollando es entender cómo el virus toma el mando de la célula que infecta y ésta empieza a hacer lo que le manda el virus. Esto nos sirve para avanzar en otras posibles terapias. Si entendemos cómo funciona este proceso lo máximo posible, encontraremos las herramientas para poder controlarlo en un futuro.

En estos tiempos también hemos vivido de primera mano la gran influencia que tiene la empresa farmacéutica en la producción de las vacunas. Actualmente, ¿qué papel juega en la investigación de los antivirales?

Este es un tema muy importante. La empresa farmacéutica es una empresa necesaria para el desarrollo de drogas, pero es una empresa. No es una ONG. Para mí el problema es que el Estado deje la decisión de lo que es bueno para la sociedad en manos de estas empresas. Ese es el problema. Hoy por hoy, las empresas se surten de investigación financiada por los gobiernos. Imaginemos que las investigaciones que he contado en esta entrevista funcionaran y pudiéramos llegar a probarlas hasta el ratón. Pero una vez que llegamos al ratón no podemos hacer una prueba clínica en humanos porque estos ensayos son carísimos y los hacen las empresas farmacéuticas. En este caso, como es un tema muy candente, la empresa farmacéutica va a desarrollar estas pruebas, pero en otros casos, en temas que no sean tanta repercusión social, no las realizan. Puede que les interese más una crema contra la celulitis o contra las arrugas que va a ser más rentable económicamente que una enfermedad rara, por ejemplo. El problema es dejar en manos de las empresas qué moléculas se desarrollan y qué moléculas no se desarrollan.

“El problema no son las farmacéuticas, el problema es dejar en sus manos las investigaciones que son importantes para la sociedad”

Hasta puede ocurrir que una empresa compre una molécula para no desarrollarla. En realidad, en muchos casos, los gobiernos compran a la empresa farmacéutica una investigación, a precio de empresa, que han pagado ellos previamente. Porque sí que es cierto que la empresa invierte en realizar las pruebas clínicas, que son caras, pero para realizar esas pruebas ha sido necesaria la investigación previa que sale de los centros de investigación que paga la administración. La empresa se beneficia mucho si no hace la investigación previa porque a lo mejor de cien cosas que se prueban, sólo funciona una. Ellos se surten de lo que funciona. Una solución que se me ocurre es que, a nivel europeo que se invierte muchísimo dinero en todos los proyectos europeos, se podría elegir algunas moléculas importantes para la sociedad y se podría pagar esas pruebas clínicas porque después sería una droga genérica que es mucho más económica. Por ahora, esto no se hace. El problema no son las farmacéuticas, el problema es dejar en sus manos qué investigaciones son importantes para la sociedad.

¿Qué opinión tiene sobre la información que se transmite sobre la pandemia a la población a través de los medios de comunicación?

Pienso que en las noticias hay una hipercomunicación con respecto al coronavirus. Es excesiva. No me gusta porque creo que genera una ansiedad en la población que es innecesaria, con quince minutos de noticias al día sobre la pandemia es suficiente. En ocasiones se ha dicho en los medios de comunicación que ha salido una molécula que es 100% efectiva contra el virus. Es posible que sea efectiva en cultivo celular, pero de ahí hasta que pueda utilizarse en humanos hay mucho camino. No se deben publicitar estas investigaciones. Actualmente se quiere tener un virólogo en cualquier programa y no podemos estar todo el día machacando a la población con noticias de las que no hay hechos probados

Una vez más, la crisis biosanitaria provocada por el coronavirus ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir en investigación científica. Desde su posición como investigadora principal, ¿aprecia que el sistema de financiación para la investigación está mejorando?

No. Todavía no. Hubo unos años de gran expansión en la investigación antes de la crisis de 2008, pero los recortes en aquel momento fueron muy grandes y no se ha podido recuperar el crecimiento. Hubo un gran número de becas para la investigación y financiación para los centros de investigación. En estos momentos hay investigadores que terminan la tesis y no pueden desarrollar su trabajo en un grupo de investigación aquí en España. Parece que hay una predisposición de realizar mayor inversión en investigación, pero la tenemos que ver. También es importante cómo se destina esa financiación. Si sólo se financian los proyectos de grandes centros que están en el lugar más alto de la pirámide en investigación, se olvidan los grupos que realizan la investigación de base que también es importante porque esos centros se nutren de estas investigaciones y también se tienen que financiar.

¿Es necesario pasar por el extranjero para llegar a ser investigadora principal en España? Salir al extranjero para un investigador no debe ser una condena, debe ser una oportunidad. En España hay centros muy buenos, pero no son muchos. La ciencia necesita financiación y los proyectos europeos son muy importantes. Cuando un investigador trabaja en otros países interacciona con otros científicos, crea redes y aprende cómo se trabaja en otros centros. Creo que ir a otro país debe ser más una oportunidad que un castigo. El problema es que estos investigadores no puedan volver a España. El Estado invierte mucho dinero en formar a científicos con la carrera, la tesis y el trabajo posdoctoral. Es una pena que después se tengan que quedar como investigadores principales en el extranjero porque no haya trabajo en España. Esto sí que es una gran pérdida para el sistema que ha invertido mucho dinero en la formación de esa persona y ahora no puede desarrollar sus aportaciones en España.

¿Qué momento ha sido más emocionante en su carrera profesional?

El día que leí la tesis. Otro día importante fue el día en el que visualicé unos virus como resultado de una investigación en la que nadie pensaba que fuera a tener éxito. También son momentos muy satisfactorios cuando las personas que realizan la tesis conmigo hacen una buena defensa en su lectura. Siempre se me saltan las lágrimas.

¿Le ha costado más desarrollar su carrera profesional por ser mujer?

Sí. Por ser mujer tienes una serie de factores que el hombre no tiene y eso, pesa. Me gustó mucho cuando fui a EEUU porque allí no veía que se me mirara como mujer, sino que te miraran más por tus resultados, no sufrías ese machismo que he visto en España. Hay muchas cosas que se miran diferentes si eres hombre o mujer, pero creo que en cualquier profesión. Aquí si quieres tener un buen grupo de investigación te pueden llegar a decir que eres muy ambiciosa como algo despectivo, pero en cambio si es un hombre, el mismo hecho, tiene connotaciones positivas.

«Son mensajes subliminales, no te das cuenta de lo que te dicen, no eres consciente»

En ocasiones, se producen situaciones como, por ejemplo, estar en un lugar hablando con una colega sobre aspectos profesionales y en el mismo sitio hay también dos hombres charlando y todo el mundo entiende que están contando cosas muy interesantes y a nosotras nos dicen que nos callemos. También existe el mito de que las mujeres se llevan mal con mujeres en el trabajo y esto es falso. Nos queda mucho camino por recorrer para superar estos estereotipos. Un hombre investigador puede decir a lo largo de una reunión de trabajo entre colegas que no ha obtenido muchos resultados en un período de tiempo determinado porque ha sido padre y todos lo entienden, pero esto mismo no es justificación para una mujer. Cada vez más, la mujer ocupa puestos de mayor responsabilidad, pero la tijera sigue vigente. Casi todas las estudiantes que tengo son mujeres, pero pocas llegan a puestos de responsabilidad. Hay que preguntarse por qué ocurre esto. La sociedad debe dejar de juzgar qué es ser una buena madre, eso pesa mucho.  Me pregunto por qué una mujer tiene que renunciar a su carrera profesional por ser madre. Esta presión existe. Estos mensajes se transmiten a las niñas a lo largo de su educación. Muchas veces los hombres no son conscientes de lo que supone ser mujer.

Marina Bellido: «Queremos referentas realistas, es decir mujeres que tienen una vida y que además son investigadoras»

Marina Bellido es graduada en Química por la Universitat de Barcelona (UB), donde también realizó el Máster de Química Orgánica. Actualmente, está a mitad del camino del doctorado sobre síntesis de compuestos quirales catalizados por complejos de iridio y rodio, el cual está realizando en el Institut de Recerca Biomèdica (IRB). Sus investigaciones son de gran importancia para la síntesis de fármacos, entre otras aplicaciones. La doctoranda comparte su opinión sobre el doctorado y el funcionamiento del sistema de investigación actual, aplicando siempre una perspectiva feminista.

Marina Bellido en el laboratorio. Imagen cedida

Concretamente ¿qué estás investigando?

Trabajamos en la síntesis de compuestos quirales catalizados por complejos de iridio y rodio. Las moléculas son quirales cuando no son superponibles con su imagen especular, como en el caso de nuestras manos. Nuestro objetivo es ser capaces de sintetizar moléculas controlando muy bien la obtención del 100% una mano y el 0% de la otra. ¿Y cómo lo hacemos? Empezamos sintetizando catalizadores que también sean quirales y que les transfieran la quiralidad a los compuestos de partida. Estos catalizadores están compuestos de una parte metálica (normalmente iridio o rodio) y otra parte orgánica. Usamos muy poca cantidad de catalizador, alrededor de 1-2%, ya que, mediante varios ciclos catalíticos, son capaces de transformar moléculas planas en quirales.

¿Qué aplicaciones pueden tener vuestras investigaciones?

La que mueve más dinero en este campo es la industria farmacéutica, por lo que las principales aplicaciones están dentro de esta misma. A la industria farmacéutica le interesa porque nuestro cuerpo también es quiral (proteínas, enzimas, carbohidratos, hormonas…) y, por lo tanto, reconoce los compuestos quirales. De manera que alrededor del 56% de los fármacos son quirales y es necesario ser capaces de sintetizar este tipo de moléculas para poder suministrar estos fármacos. Algunos fármacos típicos para tratar enfermedades como el Parkinson y la obesidad son quirales. Además, también tiene aplicaciones en la industria automovilística y de pesticidas.

¿Tienes libertad a la hora de decidir sobre tu investigación?

Sí y no. Sí que es verdad que cuando empecé el doctorado nuestro objetivo era probar muchas cosas y ver si sonaba la flauta. Por lo que fue un proceso súper creativo, donde tuvimos muchas ideas, pero a la vez no tenía tanta agilidad manual ni sabía tanto. Entonces, llegó un momento donde mi jefe me hizo centrarme en algo más concreto, para así ‘marcar un gol’. Esto pasa porque la ciencia se ha convertido en fast-science, es decir su fin es publicar por publicar. De algún modo, el furor general se basa en ‘cuanto más, mejor’, para poder seguir siendo financiados. Como resultado, existe tal cantidad de datos que se nos hace imposible estar actualizadas en nuestro propio campo. Creo que es importante que nos planteemos que se está evitando que nos hagamos preguntas mucho más complejas, que necesiten proyectos mucho más grandes, porque al final la financiación viene en base a los papers. Y en esta carrera donde la cantidad va antes que la calidad, apartarse puede hacer tambalear la supervivencia del grupo.

«Se está evitando que nos hagamos preguntas mucho más complejas, que necesiten proyectos mucho más grandes, porque al final la financiación viene en base a los papers. Y en esta carrera donde la cantidad va antes que la calidad, apartarse puede hacer tambalear la supervivencia del grupo»

¿Crees que el sistema científico actual es compatible con la calidad de las investigaciones?

No, porque se está vendiendo una productividad inmediata. La dinámica de la inmediatez del capitalismo se extrapola a todos lados, es como un virus. El motor de las investigaciones es el dinero de las becas, por lo que las científicas van a lo seguro. ‘Primero publica y luego ya haremos submarinos’ (expresión que se refiere a investigar fuera de tu línea principal de la tesis). Al final, se genera una desigualdad, ya que los grupos con una trayectoria larga y espectacular tienen más posibilidades de plantearse soluciones a problemas más complejos.

Tu unidad de investigación tiene un perfil de Twitter. ¿Qué opinas que seáis los propios investigadores los que comuniquéis vuestras investigaciones?

Para empezar, me parece muy esclavo pensar que, si no estás en las redes sociales, no existes. Ahora todos los grupos de investigación deben tener una cuenta en Twitter para presentar los artículos que publican y una página web donde expliques lo que haces. Nuestro Twitter nunca se va a usar para comunicar al público en general, lo usamos para crear redes con otros grupos parecidos y la gente de otros departamentos. Además de que solo comunicamos los buenos resultados, porque lo malo nunca se va a publicar. En general, no hay voluntad de que la sociedad entienda lo que estamos haciendo, siempre se mantiene (inconscientemente o no) esa elitización. No hay interés en que la ciencia pase a formar parte de la cultura colectiva.

«En general, no hay voluntad de que la sociedad entienda lo que estamos haciendo, siempre se mantiene (inconscientemente o no) esa elitización. No hay interés en que la ciencia pase a formar parte de la cultura colectiva»

Hay estudios que aseguran que el personal investigador predoctoral es seis veces más propenso a desarrollar ansiedad o depresión en comparación con la población general. ¿Qué opinas de la salud mental en el doctorado?

Es una barbaridad. Hasta hace poco, bueno y de hecho creo que tiene que ver con que las mujeres hayamos entrado en la investigación, se está poniendo un foco en el estrés que supone el tener resultados en cuatro años y de manera lineal. Todo esto nunca se pone sobre la mesa, simplemente se asume y se entiende que todo el mundo ha pasado por eso y que no va a cambiar. No se están dedicando suficientes recursos ya que es un problema estructural, es decir, no podemos tratarlo como un caso individual: el que ha tenido suerte, está feliz y el que no, que se pague la terapia. Se deberían facilitar herramientas a todas las doctorandas para que valorasen si se les está poniendo un proyecto mucho más difícil o que directamente no funciona.

A la vez, debería haber más control sobre los PI, es decir los directores de tesis. Aunque ya existe un comité de seguimiento, compuesto por profesores externos, que controla el trabajo que estás haciendo, cómo estás con el grupo, con el jefe… No sirve de mucho porque los ves una vez al año y, además, muchas veces son amigos de tu jefe por lo que poco les puedes decir.

¿Cómo de privatizado está el acceso al conocimiento científico?

No puede ser que nosotras seamos las encargadas de crear la ciencia, pagar para publicar y luego volver pagar 40 o 50 euros por descargar nuestros propios artículos. Es el negocio del siglo, porque las personas que nos dedicamos a la ciencia hacemos todo el trabajo y las empresas se llevan todo el dinero solo por hacer de intermediarias. Me parece una privatización y una elitización del conocimiento espectacular.

Yo siempre amaré a Alexandra Elbakyan que se dio cuenta que su universidad no tenía acceso a muchos de los artículos y revistas, y creo Sci-Hub un portal con millones de artículos científicos gratuitos y de acceso libre. Está demandada por todas las grandes revistas y cada vez que se abre la web la intentan tumbar. Pero la realidad es que cualquier científica hoy en día la usa a diario y quien diga que no, o tiene una suscripción absolutamente a todos los papers o está mintiendo.

El problema es que se crea una jerarquía en el conocimiento científico. Por ejemplo, cuando tú quieres publicar algo muy novedoso lo quieres hacer en revistas con mayor índice de impacto, por lo tanto, estamos perpetuando el sistema. En cambio, si decides publicar en revistas de acceso libre, baja tu estatus como investigadora. Entonces la pregunta es ¿quién es la primera que rompe esta rueda y publica en revistas de acceso libre? Es un pez que se muerde la cola.

¿Cómo de importante es trabajar en laboratorios de distintos países?

Aparte de que te ofrece la oportunidad de trabajar con nuevas líneas de investigación, con nuevos instrumentos y métodos distintos, opino que puede ser muy enriquecedor hacer estadas en otros laboratorios, ya que te abre la mente y te enseña otras maneras de trabajar. Por ejemplo, hay laboratorios en Estados Unidos o Alemania donde ni se cuestiona que no vayas los sábados a trabajar.

«Se está demostrando que las jornadas maratonianas no sirven porque desgastan»

Es muy fuerte el nivel al que estamos llegando, no solo de horas extras, que ya se da por hecho que las vas a hacer, sino que tengas que ir de lunes a sábado a trabajar. Puedo entender que tengas que hacer acabar un proyecto y trabajar muy duro durante un mes, pero se está demostrando que las jornadas maratonianas no sirven porque desgastan. Y si esto no fuese verdad las empresas más grandes como Google no lo estarían aplicando. Está claro que, si vas con ganas, rindes mejor. Y aquí en España todavía pensamos que cuantas más horas vayas al laboratorio, mejor. Pero es mentira, si no estás tranquila y durmiendo bien no podrás pensar con claridad con lo que tendrás peores ideas y te ofuscarás más con los errores.  Y si no tienes capacidad de análisis, se te acaba el doctorado.

Formas parte del colectivo Doctorandes en Lluita (@DocsLluita), ¿qué reivindicaciones defendéis?

El colectivo se formó en respuesta a una ley que salió en el BOE del 2019 donde se establecía el sueldo mínimo por cada año y abría la posibilidad de aplicar un año adicional en las becas de tres años, si el comité de seguimiento así lo consideraba. El problema siempre es la financiación ya que te tenían que pagar 21.000€. Salió la ley, pero nunca la aplicaron, de manera que toda la gente que estaba terminando la tesis y quiso seguir, no pudo. La realidad es que cuando se acaba la beca y no la tesis, tienes que escribir la tesis en el paro. Cosa que es completamente ilegal, porque cuando estás en el paro, no puedes estar trabajando.

Además, la ley añadía que las prácticas no eran obligatorias, cuando la realidad es que muchas doctorandas acaban asumiendo horas de docencia, laboratorios y demás porque hay que suplir el cupo de los pocos profesores que hay.

Aparte de esta reivindicación general, ahora durante la pandemia está toda la parte de las extensiones de contratos, que justo la gente que terminaba este año le han extendido solo 3 meses, mientras que la gente que terminamos entre el 2 de abril de 2021 y el 1 de abril de 2023 se pueden acoger a la extensión de hasta 5 meses.

¿Crees que vuestras condiciones laborales van a mejorar pronto?

En general, seguimos teniendo becas muy precarias y la incertidumbre constante de ¿y luego qué? Piensas que, con suerte, podrías empezar un postdoctorado y luego otro y así vas teniendo dos años de falsa estabilidad. Pero a la vez vives con ese ‘y si’ constante, de si deberías haberte pasado a la industria.

«Seguimos teniendo becas muy precarias y la incertidumbre constante de ¿y luego qué?»

Sin embargo, también creo que es de las pocas veces que las doctorandas se están organizando y no es por un hecho puntual. Al final si no creamos redes alternativas al sistema siempre nos van a querer colar un gol. Supongo que gracias a Internet estamos mucho más conectadas de manera que vemos de cerca otras realidades, podamos unirnos y luchar juntas. Como dije antes, es importante dejar de individualizar el doctorado.

¿Cuáles dirías que son las principales fronteras a las que se enfrentan las jóvenes investigadoras como tú?

Obviamente el género nos afecta a todas desde antes de nacer y se perpetúa a lo largo de nuestra vida. ¿Cómo puede ser que niñas de tan solo 6 u 8 años digan que son malas en matemáticas? Si ahí no hay un sesgo de sociedad ¿qué es lo que ocurre? Crecemos engañadas creyendo que no vamos a ser buenas en ciencia, a no ser que tengas referentas cerca. Además, la verdad es que siempre se ve mal que una chica sea mejor en cualquier cosa, siempre te va a caer el comentario y al final, adoptas una actitud de no desentonar.

En nuestro día a día, vivimos situaciones que van desde mansplaining, que no te tomen en serio, que te hipersexualicen, que te traten de exagerada hasta incluso agresiones o abusos sexuales. Obviamente, la ciencia no escapa del machismo de la sociedad. En general, aunque no se hable del tema, creo que a la vez vivimos el síndrome de la impostora y tenemos la necesidad irracional de tener que demostrar más y no poder fallar.

A nivel de promoción es casi imposible alcanzar los puestos más elevados. La pena es que mucha gente lo reduce a: ¡bueno, es que habéis sido madres! Van a estar 9 meses de embarazo y todo lo que necesiten de postparto, pero, aunque sean unos años críticos en tu carrera científica, incluso 2 años no pueden determinar 35 años de tu carrera. ¡Me niego a creerlo, me parece una machirulada! Y es que además ¿cuántas mujeres no son madres y siguen sin estar en posiciones de poder? Hay que aceptar que hay un sesgo y una sociedad machista detrás, hay que dejar de culpabilizar a la mujer que ha aceptado la maternidad obligatoria. Yo, sinceramente, tengo la sensación de que se habla del suelo pegajoso y se critica el techo de cristal, pero no se señala a quien de verdad está cometiendo este abuso de poder y no está cediendo esos privilegios.

«Tengo la sensación de que se habla del suelo pegajoso y se critica el techo de cristal, pero no se señala a quien de verdad está cometiendo este abuso de poder y no está cediendo esos privilegios»

¿Cuál es la imagen que se tiene de una mujer investigadora?

El imaginario colectivo, por mucho que nos empeñemos, no ha cambiado. Poco a poco se está dando más visibilidad, pero sigue siendo una entre un millón. Además, no debemos tener a Marie Curie como referenta, porque es una mujer que se desvivió por la ciencia. Queremos referentas realistas, es decir mujeres que tienen una vida y que además son investigadoras. No queremos aspirar a objetivos inalcanzables, porque nunca te vas a considerar suficientemente buena, debemos normalizar ser mediocre en la ciencia.

«No debemos tener a Marie Curie como referenta, porque es una mujer que se desvivió por la ciencia. Queremos referentas realistas, es decir mujeres que tienen una vida y que además son investigadoras»

¿Hay alguna diferencia entre cómo las mujeres y los hombres perciben el conocimiento?

Seguro, hay un sesgo porque a lo largo de la historia hemos sido la otredad y no nos sentimos reconocidas en sus espacios. En palabras de Kate Millet «somos un pueblo sometido que ha heredado una cultura ajena». Ellos han y quieren seguir creando su ciencia, su filosofía (mejor dicho, su falosofía), su arte…

¿Ha cambiado mucho la impresión que tenías del doctorado antes de empezar?

Sí, es totalmente distinta a la impresión que tengo ahora. Piensa que normalmente la gente que consigue entrar al doctorado son estudiantes con las mejores notas, que nos han vendido la cultura del esfuerzo; y, entonces, llegamos al doctorado y nos estampamos. De repente vamos a ciegas, teniendo que trabajar la frustración, la resiliencia, pensar una nueva manera de sintetizar el compuesto y seguir.

¿Qué le dirías a la Marina de hace 3 años?

Le diría que aprendiera a decir que no, que no aceptara los proyectos que no le motivaran. Porque de no hacerlo, acabará más quemada de lo que se pensaba.

Lucía Hipólito: «Durante el confinamiento los jóvenes prácticamente dejaron de consumir alcohol, debemos hacer una reflexión acerca del papel que juega en nuestras relaciones sociales»

Aunque el impacto sobre la población de la pandemia de COVID-19 es en algunas áreas aún difícil de medir, algunos grupos de investigación ya empiezan a dibujar ya algunas conclusiones. Uno de estos equipos es el laboratorio Doreal, que ha presentado los datos del proyecto «Impacto del confinamiento por pandemia de COVID-19 en el consumo de alcohol, benzodiacepinas y analgésicos opioides» financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad.

Lucía Hipólito, investigadora y profesora de la Facultad de Farmacia de la Universitat de València. Imagen: Unidad de Cultura Científica y la Innovación de la Universitat de València.

La investigadora principal del proyecto es Lucía Hipólito, profesora de la Farmacia de la Universitat de València, que cuenta además con una larga trayectoria en el estudio de las bases neurobiológicas de la adicción. Como explica en esta entrevista, los datos de la primera parte de la investigación, en la que han participado más de 800 personas a través de una encuesta online, muestran datos muy reveladores sobre el consumo de drogas de la población joven. Para la doctora Lucía Hipólito esta es otra evidencia que muestra cómo los contactos sociales en nuestra cultura están relacionados con el consumo de alcohol, y apunta: «las drogas de inicio en los jóvenes son el alcohol y la marihuana, es importante que se conozca que esa droga te puede llevar a otras y que la adicción es una enfermedad crónica».

Antes de entrar en los resultados de la encuesta y teniendo en cuenta lo que se conoce hasta el momento del funcionamiento del cerebro ¿Por qué las drogas son adictivas?

Las drogas lo que hacen es imitar lo que llamamos los refuerzos naturales del cerebro. Nuestro cerebro tiene unas áreas que reconocen las situaciones o sustancias que son importantes para nuestra superviviencia. Al reconocer estas situaciones como buenas, el cerebro lo que busca es que repitamos el comportamiento que nos lleva a obtenerlo. Por ejemplo: el cerebro reconoce que la comida es buena para la supervivencia, porque necesitamos comer. Cuando como, en mi cerebro se producen una serie de reacciones positivas y se encienden una serie de neuronas clásicamente llamadas las neuronas dopaminérgicas, que integran la información, así aprendo que eso es positivo, aprendo cómo he conseguido comer, cómo he llegado ahí, y por eso lo repetimos todos los días.

Cuando nosotros bebemos alcohol o consumimos psicoestimulantes como la cocaína, aumenta la liberación de dopamina en el núcleo accumbes, que es el centro integrador de la información. Cada droga hace su efecto de una manera diferente, pero el punto final, el punto en común, es que se incrementa la actividad en el núcleo accumbes del cerebro, lo que hace que reconozcamos este consumo como algo positivo, reforzante y bueno, lo que nos lleva a repetir esa conducta.

Sin embargo, no todas las personas que consumen, por ejemplo, alcohol, desarrollan una adicción por el alcohol…

Exacto. Lo que sucede es que no todo el mundo por consumir una droga va a desarrollar un trastorno por consumo de esa droga. La cuestión está en que se necesita un consumo repetido y continuado para que se produzca una neuroadaptación o plasticidad cerebral. No tenemos claro qué mecanismos exactos hacen que en unos individuos sí se produzcan esos cambios permanentes y en otros no. Lo que sí que sabemos es que esos cambios son diferentes a los que se producen en un individuo sano y también son diferentes a los que se producen por un refuerzo como por ejemplo el de la comida. Hay investigaciones de hace años que muestran que es diferente el cambio que se produce: aunque la señal sea la misma, luego las alteraciones que se producen en el cerebro son diferentes por comida o por droga.

No tenemos claro qué mecanismos exactos hacen que en unos individuos sí se produzcan esos cambios permanentes por el consumo de drogas y en otros no. Lo que sí está claro es que se necesita un consumo repetido y continuado para que se produzca una neuroadaptación o plasticidad cerebral.

¿Se conoce hasta qué punto es influye la genética de un individuo en el desarrollo de la adicción?

Hasta ahora, se ha investigado mucho la disposición genética, es decir, si hay algunos genes que predispongan a ello. Lo que se ha visto, por ejemplo, es que sí que hay ciertos cambios en un gen receptor opiode involucrados en los trastornos adictivos por alcohol. Esta molécula es la que reconoce los opioides y permiten que, por ejemplo, nuestro organismo reconozca los medicamentos opiáceos analgésicos…

También se ha visto que existe alguna relación en cuanto a los genes de receptores de dopamina. La dopamina está muy involucrada en la adicción y las investigaciones apuntan a que una alteración en el receptor D2 está presente en pacientes que tienen un trastorno por consumo de drogas. El problema, claro, está en que es difícil estudiar la causa: cuando hacemos investigación no sabemos de antemano si una persona va a desarrollar un trastorno por consumo de drogas, así que cuando lo analizamos, no sabemos si esa modificación del gen estaba presente ya antes del contacto con la droga o ha sido provocada precisamente por su contacto con la droga… no sabemos cómo era el cerebro antes. Es un poco difícil de discernir.

¿Qué otras causas se han estudiado?

También se ha visto que algún tipo de lo que se llaman rasgos conductuales, están relacionados con el desarrollo del consumo compulsivo del alcohol. Por ejemplo, se ha visto que el rasgo comportamental de la impulsividad, que son aquellas personas que realizan una acción antes de meditarlo y medir los riesgos y los beneficios, es una conducta relacionada con el trastorno del consumo de drogas. Pero hoy en día es difícil determinar qué factores propician la vulnerabilidad.

Y, luego, finalmente, el último factor… hemos hablado de la genética, de los rasgos conductuales pero también es importante el factor es el psicosocial. Esto afecta a cómo nosotros aprendemos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno. Crecer en un ambiente psicosocial más relacionado con las drogas tiene un impacto importantísimo. Es importante también porque el hecho de que exista un componente genético no significa que necesariamente vayas a desarrollar el trastorno, porque al fin y al cabo va a depender de tu conducta diaria. Tú, aunque tengas la predisposición, si por tu entorno social o por tus amigos o no consumes por ejemplo alcohol en mucha cantidad, que es la droga más común, o no lo haces de manera muy frecuente, no desarrollas el trastorno de consumo de drogas.

Neurociencia de las adicciones: una nueva perspectiva | Lucía Hipólito | TEDxCiutatVellaDeValencia

¿Crees que en un futuro un individuo podrá conocer los factores de riesgo que tiene para desarrollar un trastorno por consumo de drogas?

Poco a poco vamos teniendo más claros los factores de riesgo… yo creo que es vital que traslademos la información a la sociedad, y es vital que los adolescentes sepan que están en riesgo, que cuando consumen alcohol en grandes cantidades, están corriendo el riesgo de padecer una enfermedad del cerebro crónica. Y es importante porque la droga de inicio es el alcohol y ahora también la marihuana… Es importante que se conozca que esa droga te puede llevar a otras y que la adicción es una enfermedad. Algunos daños son reversibles, pero otros persisten… y por eso se cronifica la enfermedad. Por eso una persona que desarrolla un trastorno del consumo de droga siempre está bajo la posibilidad de volver a recaer. Yo creo que esa información es vital, ese cambio de mentalidad es muy importante.

Los resultados de la encuesta que habéis realizado muestran que no hubo un aumento generalizado del consumo de alcohol durante el confinamiento ¿esperabais este resultado?

Las noticias que se publicaban al principio del confinamiento apuntaban a un aumento de la venta de alcohol, por eso aunque pensábamos que sí iba a haber un incremento, éramos conscientes de que no tenía porqué aumentar el consumo en todas las poblaciones. Y, de hecho, aunque el consumo global no aumenta, cuando haces el análisis por grupos de edad es increíble constatar que el cambio de consumo depende de la franja de edad. Cuando lo vimos nos sorprendió muchísimo: lo que se ve es que todas las personas jóvenes rebajan su consumo de una manera increíble. Prácticamente desaparece el consumo. Pasan de consumir de fin de semana en grandes cantidades a no consumir. Para mí la reflexión a la que me lleva esto es que parece ser que todos los contactos sociales en nuestra cultura están relacionados con el consumo de alcohol. También sucedió con el consumo de otras drogas como de cocaína y anfetaminas. Nos chocó mucho porque también desaparece prácticamente el consumo, igual que con la marihuana…

¿Es positivo constatar este descenso del consumo de los jóvenes?

Como sociedad tenemos que plantearnos que hay que ofrecer alternativas. Estos resultados, junto con otros estudios previos, muestran que los jóvenes consumen drogas como parte de sus relaciones sociales. Es necesario otro tipo de ocio, que no esté siempre o tan relacionado con el consumo de alcohol. Igual más relacionado con el deporte o con conciertos de música o yo que sé… Constatar esto tiene que llevarnos a hacer otro tipo de prevención. Porque en realidad, no existe tratamiento para la adicción, esto es importante subrayarlo: Un adicto, adicto es. Una persona que desarrolla un trastorno por consumo de droga, va a ser un enfermo crónico, va a necesitar un tratamiento multidisciplinar, medicamentos hay pocos que sean efectivos. Lo que hacen los tratamientos es permitir que el paciente, con su esfuerzo y con sus terapias cognitivas, pueda controlar… pero va a ser siempre un adicto. Esto es como las enfermedades infecciosas, lo ideal es la prevención, nuestra vacuna es cambiar nuestros hábitos sociales.

Como sociedad tenemos que plantearnos que hay que ofrecer alternativas. Estos resultados, junto con otros estudios previos, muestran que los jóvenes consumen drogas como parte de sus relaciones sociales. Es necesario otro tipo de ocio, que no esté siempre o tan relacionado con el consumo de alcohol

¿Cómo varió el consumo de alcohol en la población adulta?

En contraposición con estos jóvenes que dejan de beber, el grupo de edad más mayor que consumía alcohol una o dos veces a la semana y seguramente relacionado con un consumo social, pasa a consumir alcohol todos los días. Se observa un aumento de la frecuencia de consumo del 13,3% entre las personas entre 35 y 55 años, es un porcentaje que no es muy grande pero que sí muy significativo. Creemos que es una cuestión de respuesta al estrés. Esta franja de edad es la que puede tener que combinar hijos con trabajo, por lo que puede deberse a estas situaciones. Esto nos puede llevar a un problema, porque de ese 13,3% de población que ha aumentado el consumo, existe el riesgo que por repetir el consumo- que es lo que necesitas para desarrollar un trastorno por consumo de drogas- continúe esa tendencia de consumo elevada y desarrolles un trastorno por consumo de drogas.

El grupo de edad entre 30 y 55 años mayor que consumía alcohol una o dos veces a la semana antes de la pandemia ha pasado a consumir alcohol todos los días. Creemos que es una cuestión de respuesta al estrés, pero hay un riesgo de que por repetir el consumo- que es lo que necesitas para desarrollar un trastorno por consumo de drogas- esa tendencia de consumo elevada perdure y se desarrolle un trastorno por consumo de drogas.

Es llamativo que precisamente el consumo que más aumenta es el de sustancias que son ilegales, como la marihuana o las benzodiacepinas sin receta médica ¿por qué creéis que sucede?

Esa tendencia es muy significativa porque uno de los rasgos de las conductas adictivas es precisamente hacer lo que sea con tal de conseguir la droga. A mí, personalmente, lo que esto me dice es que hay un mercado mucho más establecido del que creemos en el caso, por ejemplo, de la marihuana, y que durante el confinamiento se adaptó a la situación para poder continuar con el mercado. Esto es la ley del mercado… me imagino que estrategias como la de glovo, o en la cola del supermercado… en las únicas situaciones en las que se podía salir, pues en ese tránsito. Desde luego llama mucho la atención.

El consumo de benzodiacepinas en España es el segundo más elevado de la Unión Europea, tan sólo por detrás de Portugal. Los resultados de la encuesta muestran, además, que durante el confinamiento aumentó el consumo sin recetas ¿Cómo es posible acceder a ellas sin receta?

Hay varias opciones. La primera es que los que las consuman sean personas que conviven con alguien que sí las tiene recetadas, y entonces pues si me encuentro mal, como la tengo aquí y tú te la tomas, pues yo también. Es un traspaso de pacientes que la tienen recetada a personas que no la tienen recetada. También creo que hay un daño en el sistema. Quizás la medicación no se revisa tanto como se tendría que revisar. Hay gente que tiene el tratamiento crónico por muchísimos años: 15,20 años de benzodiacepinas… es muchísimo tiempo. O incluso el mismo paciente lo demanda porque se encuentra mal. También hay gente a la que se le prescribe, recoge la medicación y no se la toma. Y la tiene en su casa y entonces claro, está haciendo un repositorio, no se la toma la tiene por si acaso y puede destinarse al consumo por parte de las personas que están en la vivienda o incluso retomar el consumo sin control médico.

¿Crees que se conocen los riesgos del consumo de benzodiacepinas?

No, creo que no. Creo que se ha aligerado el riesgo de consumo de benzodiacepinas. España, además, es uno de los países que consume más benzodiacepinas por habitante y por eso es necesaria una acción preventiva y de información. Uno no puede andar tomándose medicamentos sin receta porque hay muchos riesgos asociados. Además de que una persona que tenga un problema psicológico, dolor de algún tipo o lo que sea no va a solucionar el problema auto administrándose benzodiacepinas. Necesita que lo vea un médico.

¿Cuáles son los principales riesgos del consumo de benzodiacepinas?

El efecto secundario el más importante es cardiorrespiratorio al combinarlo con opiáceos. Puedes tener una receta de tramadol, que es muy común y al combinarlo con benzodiacepinas existe riesgo de efectos derivados de la sobredosis. Además, cuando nosotros tomamos la benzodiacepina a partir de un cierto momento, se produce una adaptación de los neurotransmisores en el cerebro. Si es una persona que la consume sin control médico, cuando deja de tomarla, se acaba obviamente el efecto de la droga en el cerebro, pero los neurotransmisores ya no funcionan como antes. Entonces aparecen efectos secundarios que pueden pasar por ansiedad, trastornos del sueño, por nerviosismo, mareos… esto lleva a que la persona se encuentra mal y se la vuelve a tomar y esa persona acaba pensando que no se la puede dejar y al final se desarrolla un trastorno de consumo de drogas.

¿Qué puedes adelantarnos de la segunda parte de la investigación?

Es una encuesta online, completamente anónima, en la que recogeremos información sobre consumo de alcohol y de benzodiacepinas, y también recogeremos respuestas sobre lo que se conoce como estado de anhedonia, es decir, sobre la falta de motivación, sensación de fatiga o falta de energía. Es una sintomatología clásica previa a la depresión, que no significa que haya depresión. El objetivo es estudiar la correlación entre el estado de anhedonia con el consumo de alcohol, de benzodiacepinas y de marihuana.

Para la investigación es importante recoger respuestas de todo tipo, no sólo respuestas de personas que tienen ansiedad, también de aquellos que no la tienen. Además de que el hecho de tener en una escala una puntuación un poco alta en anhedonia no significa que vayas a desarrollar una enfermedad. Puede ser una cuestión puntual, entonces también queremos quitar hierro al asunto. Simplemente que en momentos puntuales pueda estar influyendo sobre el consumo de alcohol, que luego habría que tener más cuidado, pues seguramente sí…