Proteger las plantas, proteger la vida

A finales de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2020 sería el Año Internacional de la Sanidad Vegetal en un esfuerzo por poner en valor una disciplina que se encarga de cuidar aquello que posibilita nuestra propia existencia, motivo por el que celebramos el nombramiento bajo el lema ‘Proteger las plantas, proteger la vida’.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las plantas producen el 98% del oxígeno que respiramos y constituyen el 80% de los alimentos que comemos, además debemos tener en cuenta que los animales que consumimos son herbívoros y por lo tanto las plantas también son la base de su dieta. Por ello Ana María Ortega Gea, profesora del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH), tiene claro que el ser humano puede vivir porque hay plantas: “Si desaparecieran las plantas, desapareceríamos nosotros también”. 

En esta línea, Pedro Luis Guirao Moya, profesor del mismo Área, subraya: “Las plantas son el productor primario más importante en tierra firme, tienen la capacidad de transformar la luz del sol, las sales del suelo y el CO2 del aire en materia orgánica”. Ambos expertos coinciden en que la vida vegetal juega un papel fundamental no solo en la producción de oxígeno, sino también en la formación y conservación de los suelos, que evolucionan gracias a la actividad biológica, y del resto de la vida. 

Los profesores Ana María Ortega y Pedro Guirao en los jardines de la EPSO.
Ana María Ortega Gea y Pedro Luis Guirao Moya, profesores del Área de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO)

La sanidad vegetal vela por la salud de cultivos, plantas ornamentales y especies forestales. Para ello se centra en combatir plagas, enfermedades y malas hierbas. Las plagas son amenazas externas causadas generalmente por insectos, ácaros y otros artrópodos, pájaros, conejos, roedores, etc. Atacan comiendo los vegetales, poniendo huevos y manchando tanto las cosechas como las plantas ornamentales. Por el contrario, las enfermedades afectan a la vida vegetal de forma interna y, al igual que ocurre con los humanos, están causadas por virus, bacterias, hongos y otros microorganismos. A veces, ambas están íntimamente ligadas ya que existen enfermedades que son inoculadas por plagas, como es el caso de la Xylella fastidiosa, una enfermedad detectada recientemente en España que se transmite por algunas especies de insectos voladores y que supone una grave amenaza para el entorno mediterráneo. Por otro lado, las malas hierbas suponen un peligro para las plantas cultivadas porque compiten con ellas por recursos como la luz del sol, los nutrientes del suelo o el propio espacio.

Ortega pone el punto de mira en la necesidad de concienciación y señala que cuando enferman las plantas se produce un impacto en el medio ambiente y en el desarrollo económico y destaca que los ciudadanos no siempre son conscientes de ello. En este sentido, Guirao considera que, en parte, se debe a que las plantas se van degradando de forma silenciosa: “Cuando se quema un bosque se ve, pero cuando el bosque va poco a poco enfermando muchas veces es un proceso más lento, menos perceptible”. 

El frenético ritmo de vida que caracteriza a la sociedad actual también afecta a la salud de las plantas. El aumento del turismo y el comercio internacional tienen un fuerte impacto en la vegetación autóctona porque facilitan que las plagas y las enfermedades se propaguen a gran velocidad. Por ese motivo existen normativas internacionales que prohíben introducir plantas de forma particular en las fronteras y aduanas, que exigen que las empresas envíen sus materiales vegetales acompañados de un pasaporte fitosanitario, y que establecen periodos de cuarentena, pero ambos investigadores consideran que la inspección fitosanitaria en las fronteras “tiene que ser más intensa, más exigente”. 

Por ello los expertos llaman a la colaboración ciudadana y advierten de lo peligroso que puede ser para la vegetación local que se traigan plantas o semillas de los viajes al extranjero. El profesor de la UMH señala que esa colaboración también implica ser consumidores más conscientes: “Tenemos que cambiar de hábitos, consumir frutas y verduras de temporada y a ser posible de mercados locales, además de por supuesto comprar y consumir lo necesario, porque se está desperdiciando mucha comida”. 

Es difícil predecir cómo afectará el cambio climático a la salud vegetal, pero los expertos aseguran que se producirán cambios porque el incremento de las temperaturas podría favorecer la introducción y expansión de plagas que hasta el momento solo se encuentran en áreas tropicales o subtropicales; pero también señalan que podría darse la situación contraria y que los veranos más calurosos no favorezcan a aquellas plagas que necesitan temperaturas más suaves para vivir.

Inspección, legislación, sanción, educación y formación

Uno de los pilares básicos de la sanidad vegetal es la Gestión Integrada de Plagas y enfermedades, que se compone de varias acciones: seguimiento de los cultivos, inspecciones buscando plagas o enfermedades, colocación de trampas para detectar amenazas como las láminas cromáticas adhesivas que se ubican entre los cultivos, aplicación de métodos preventivos como las variedades resistentes, las feromonas o las mallas en los invernaderos. Por último, si es necesario, la aplicación de medidas curativas cuando las plagas alcanzan un umbral crítico establecido gracias a investigaciones previas.

Los sistemas de supervisión y alerta temprana pueden ser determinantes para el éxito de la gestión de las plagas y enfermedades. Las comunidades autónomas disponen de Servicios de Sanidad Vegetal que se encargan de inspeccionar los campos de cultivo, pero lo cierto es que se lleva a cabo mediante trabajo en equipo con los agricultores, que en muchas ocasiones son los primeros que detectan la posible amenaza y dan la voz de alarma. 

Los expertos señalan que además existe un amplio abanico legislativo que marca las pautas del control integrado y del uso sostenible de los productos fitosanitarios pero coinciden en que el principal reto al que se enfrentan es que se cumplan las normativas existentes. Afirman que debería haber un mayor control para asegurar que así sea y apuestan por la inspección, legislación, sanción y, de forma paralela, educación para enseñar a la sociedad desde la infancia la importancia que tiene la sanidad vegetal, y una formación más exhaustiva y continuada para los agricultores y técnicos agrícolas. En este sentido, la profesora Ortega pone de manifiesto que la prevención no sólo es rentable sino indispensable: “A pesar de que en medicina actualmente existen algunos viricidas, en agricultura no disponemos de antibióticos para controlar las enfermedades bacterianas, ni de productos viricidas para controlar los virus. Debemos ir directamente a prevenir la transmisión porque si sufren esas enfermedades no podrán curarse”.

La prevención cobra especial importancia ante situaciones tan críticas como la que se está viviendo actualmente en el Cuerno de África, que se encuentra asolado por nubes de millones de langostas del desierto que devoran los alimentos y acaban con la vegetación. En este caso, los profesores coinciden en que el control de estas plagas se debe basar fundamentalmente en la predicción y remarcan que se ha de investigar para conocer cuáles son las condiciones ambientales que favorecen su aparición periódica y buscar, además, métodos de control preventivos que se apliquen de forma más intensa cuando se prevean esas condiciones favorables: “Todas estas respuestas, como siempre, se deben buscar investigando”.

20 plagas prioritarias para la Unión Europea

¿Métodos ecológicos para cuidar las plantas?

La FAO fomenta el uso de métodos ecológicos para luchar contra las plagas, los más frecuentes son el control biológico mediante la conservación y la introducción de fauna útil, que consiste en utilizar organismos para prevenir o reducir el ataque de las plagas para evitar daños mayores, o el uso de variedades resistentes. Pero estos investigadores del Área de Producción Vegetal subrayan que también es posible utilizar fitosanitarios en la agricultura ecológica si tienen su origen en la naturaleza, se componen de extractos de plantas o de sustancias de origen mineral, como es el caso del azufre y las sales de cobre. La profesora Ana María Ortega explica que los productos fitosanitarios también pueden tener efectos secundarios sobre la fauna útil porque estos insectos, que son beneficiosos para las plantas, desafortunadamente son similares a aquellos que causan las plagas, y se ven afectados por estos productos. Por ello cada vez se va avanzando más en el conocimiento de los fitosanitarios y el cuidado de los insectos beneficiosos ha cobrado un rol fundamental en la creación de estas herramientas.

Ambos investigadores afirman que los medios ecológicos pueden ser igual de efectivos que los medios convencionales y que los agricultores se decantan por unos u otros en función del producto que deseen obtener. Para poder vender frutas y hortalizas bajo la etiqueta ‘agricultura ecológica’ deben haberse cultivado utilizando exclusivamente métodos que responden a este sistema agrario regulado por la Unión Europea, que mantiene la diversidad y reduce los residuos. La profesora de la UMH hace hincapié en que esta decisión depende mucho de la demanda de los consumidores. 

Sin duda todas estas cuestiones estarán muy presentes en la Comisión de Medidas Fitosanitarias, prevista para realizarse del 29 de junio al 3 de julio en Roma, y en la Conferencia Internacional sobre Sanidad Vegetal que se celebrará en Helsinki del 5 al 8 de octubre. A lo largo del año tendrán lugar, además, diversas actividades en varios puntos del mundo para conmemorar el nombramiento.

La crisis del campo, un problema estructural

Protestas, tractoradas y cultivos derramados para mostrar indignación. En los últimos meses los medios de comunicación se han llenado de imágenes de agricultores tomando las calles para hacerse oír. Llegados a este punto cabe preguntarse ¿está en crisis el campo? La profesora Laura Martínez-Carrasco Martínez, directora del Grupo de Investigación Economía, Política y Desarrollo Agroambiental y del Medio Rural de la Universidad Miguel Hernández (UMH), analiza la complicada situación de los agricultores en un país en el que la producción agraria supone el 2,7% del PIB.

La agricultura es esencial para la vida, el 80% de los alimentos que se consumen a nivel mundial provienen de plantas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Además en España tiene un gran impacto económico, pues, según datos del último censo, a lo largo de todo el territorio nacional existen 945.000 explotaciones. A pesar de que las cifras indican que se trata de una actividad rentable y que genera empleo, es muy frecuente que los agricultores denuncien su precaria situación y su necesidad de ayudas como las que provienen de la  Política Agraria Común (PAC). 

La profesora de la UMH señala que no se trata de un problema nuevo ni exclusivo de España: “Si tiramos de hemeroteca veremos que cada cierto número de años se producen estas protestas, no es algo coyuntural, es algo estructural”. Últimamente, se ha apuntado al aumento de los costes en materia de sostenibilidad o a la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional como posibles causantes; sin embargo la experta hace hincapié en que los detonantes pueden ser diferentes, pero estas crisis se han ido produciendo a lo largo de los años y opina que pueden seguir ocurriendo en el futuro. Ejemplo de ello es que en el año 2013 se promulgó la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, en respuesta a diversas demandas que estaban teniendo lugar en el sector.

Para comprender mejor la situación del campo español es necesario contemplar que el sector agrícola está atomizado y diseminado, es decir, existen pocas explotaciones de gran tamaño y muchas de pequeño, por lo que necesitan recurrir a las cooperativas para concentrar producciones e incrementar su poder de negociación en la cadena alimentaria. Esta situación da lugar a dos escenarios muy diferentes, especialmente en lo que a mercados exteriores se refiere. España es el cuarto país exportador de la Unión Europea y, en este sentido, Martínez-Carrasco destaca que el pasado 2018 el sector alimentario no transformado, que comercializa con la materia prima sin que esta pase por la industria, alcanzó unas exportaciones por valor de 15.300 millones de euros. Concretamente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación especifica que los principales cultivos que se exportan son tomates, pimientos, pepinos, cítricos, melocotones y nectarinas, además de aceite de oliva, que supone el 45% de la producción mundial. Estos datos reflejan el éxito del sector, pero la profesora Martínez-Carrasco subraya que la exportación en muchas ocasiones solo está al alcance de los grandes.

La experta pone de manifiesto que existe un problema de desvinculación de los consumidores con el medio rural: “Cuando vamos al supermercado y vemos un tomate raramente pensamos en el agricultor” y considera que la agricultura es un sector desprestigiado en España, ya que tiene que luchar con una serie de connotaciones negativas. “Quizás esta crisis que estamos viviendo ahora a causa del COVID-19 sirva para que empecemos a valorar realmente a los integrantes de la cadena alimentaria, porque detrás del personal de los supermercados y los transportistas que vemos, están los agricultores y los ganaderos y muchos otros trabajadores del sector primario”.

En esta línea, Martínez-Carrasco destaca que tanto agricultores como ganaderos cumplen una importante función que va más allá de la producción de alimentos porque son un pilar fundamental en el desarrollo rural, ya que combaten el desdoblamiento y mantienen vivas las tradiciones. La profesora destaca que las subvenciones de la PAC permiten que muchos agricultores se encarguen de zonas que desaparecerían de no ser por estas ayudas y añade que la cuestión del relevo generacional también supone un problema: “El campo está envejecido, no hay jóvenes que quieran encargarse de la agricultura y la ganadería porque es un trabajo que exige muchos sacrificios”.

¿Cómo se forman los precios de frutas y verduras? 

La formación de precios es un proceso complejo cuyo punto de partida es una interacción entre la oferta y la demanda. Los agricultores representan la oferta, y la demanda corresponde a la industria, si el objetivo del producto es transformarlo, o a los distribuidores, si su fin es la venta en fresco. La investigadora explica que generalmente las explotaciones de mayor tamaño tienen contratos directos con grandes distribuidores y en ese caso el precio en origen se fija mediante una negociación más equilibrada, mientras que los agricultores de pequeñas explotaciones tienen que acudir a las lonjas y mercas para subastar sus productos, también es frecuente que recurran a las cooperativas para conseguir una mayor capacidad de negociación.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que las frutas y verduras que llegan a los  supermercados han pasado por una serie de procesos de manipulación que no se aprecian a simple vista, pero que también influyen en el precio de destino: el producto cosechado se transporta a través de una logística de distribución a las centrales hortofrutícolas, donde se limpia, acondiciona y en ocasiones, se le añaden tratamientos para alargar su vida útil y un envasado como una red o una cesta. También influyen en el precio los estrictos controles sanitarios que deben pasar por ley este tipo de productos para garantizar que cumplen las normas de seguridad alimentaria.

Los clientes juegan un importante papel en esta cadena de precios: “Intervenimos con nuestra demanda, la configuramos en base a unas exigencias y al precio que estamos dispuestos a pagar”, explica la profesora, y detalla que en el sector se encuentran diferentes segmentos de consumidores, por ejemplo algunos interesados en comprar el producto al menor precio y otros, en obtener el producto de mayor calidad. Por ello cada cadena de supermercados se especializa y diferencia de sus competidores en función de las demandas de su clientela.

El Grupo de Investigación Economía, Política y Desarrollo Agroambiental y del Medio Rural de la UMH considera que el comercio local y los llamados productos ‘Km0’ se presentan como una oportunidad muy interesante no solo para el medio ambiente, sino también para los pequeños agricultores que no pueden competir con los grandes. En este sentido, Martínez-Carrasco reivindica que existen herramientas por explotar para poner en valor los productos: “Agricultores y ganaderos deben competir de acuerdo a la calidad de las producciones resaltando como características diferenciadoras el origen y la calidad a través de las Denominaciones de Origen y las Indicaciones Geográficas Protegidas”.

Entrevista a Amparo Vilches: «La alfabetización científica es un derecho»

Catedrática de Didáctica de Ciencias Experimentales y Sociales de la Universitat de València.

Amparo Vilches es licenciada en Química y doctora en Educación. Su trayectoria le otorga una amplia perspectiva del ámbito educativo desde una doble dimensión como catedrática de la especialidad de Física y Química en Enseñanza Secundaria, tarea que confiesa echar de menos. Nos recibe en su despacho con inquietud por resolver nuestros interrogantes y acaba el encuentro poniendo a prueba nuestra cultura científica. Conversamos con ella sobre sostenibilidad en el marco de la puesta en marcha de la agenda 2030 y los principales retos de la comunicación científica.

¿Qué es la “Ciencia de la Sostenibilidad”?

Esta disciplina apareció a principios de los 2000 fruto de las dificultades socioambientales, no se trata de problemas aislados sino de problemas que están relacionados y se potencian unos a otros. La ciencia de la sostenibilidad puede resumirse en cuatro características fundamentales. En primer lugar, es interdisciplinar, surgió como un nuevo campo de estudio para unificar las problemáticas con las diferentes áreas de conocimiento, pretendía una ruptura de la barrera entre ciencias y humanidades. En segundo lugar, es transdisciplinar, busca incorporar la opinión de las personas que no están en el mundo académico porque son las que tienen que llevar adelante las propuestas para avanzar hacia una sociedad más sostenible. Las dos características restantes requieren una visión holística, espacial y temporal; por un lado, necesitamos una perspectiva glocal, término para referirnos a ambos niveles, local y global, y por otro lado, no podemos contemplar únicamente lo que está pasando hoy, debemos hacerlo a medio y largo plazo. Después de casi veinte años no se ha impuesto, de hecho, hemos llevado a cabo una investigación preguntando a quienes trabajan en el campo de la sostenibilidad, en la Universitat Politècnica de València (UPV), en la Universitat de València (UV) y en la Universitat d’Alacant (UA), y casi nadie había oído hablar de la ciencia de la sostenibilidad.

¿Existe formación en sostenibilidad?

La educación para la sostenibilidad nació en los años noventa y ha ido impregnando a las propias universidades. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) organizó en el año 2005 un encuentro en el que se debatió sobre la necesidad de la presencia de la sostenibilidad en los currículos del plan Bolonia. Hemos hecho un estudio de las guías docentes de las diferentes materias y los temas de sostenibilidad está incluidos entre las competencias profesionales de los futuros maestros y profesores, pero eso no quiere decir que se lleve a cabo. La transversalidad, poco a poco, se va imponiendo a través de las personas implicadas que actuamos como una mancha de aceite. Se están dando algunos pequeños pasos, pero insuficientes para la gravedad del problema, incrementa la atención a esta problemática pero la velocidad a la que aumenta es mucho mayor, por tanto, necesitamos más acciones.

«La Ciencia de la Sostenibilidad es interdisciplinar, transdisciplinar y requiere una visión holística espacial y temporal»

Según datos de la UNESCO, solo alrededor del 30% de las estudiantes escogen estudios STEM. ¿Cómo se está promoviendo la incorporación de niñas y mujeres en ciencia?

Los temas de ciencia y género se han tratado en diversas ocasiones y algunos estudios apuntan a una decisión asociada a una gran presión social. Considero que es un tema muy relacionado con la educación y esta empieza en la infancia, desde la enseñanza se está intentando promover a través de la divulgación. En la Facultad de Magisterio, en la que estamos trabajando los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se persevera para que no exista esa discriminación desde niños en los planes de estudio. No obstante, la presión social y familiar aún sigue siendo muy fuerte, no han cambiado mucho las cosas. Tenemos tantos ejemplos de mujeres impresionantes referentes en diferentes campos de investigación y la gente las desconoce, es cierto que en algunos casos han tenido que poner el apellido del marido, pero todos tenemos que seguir luchando para impedirlo. Los estereotipos están muy arraigados, yo misma soy mujer y científica pero me he dedicado a la educación que es un ámbito feminizado.

Amparo Vilches en su despacho. Lucía Coll Peinado

¿Por qué la educación y las ciencias son fundamentales en el desarrollo del pensamiento crítico?

El pensamiento crítico está muy relacionado con la enseñanza de las ciencias porque la cultura científica conlleva determinadas características. Los científicos se hacen preguntas y plantean hipótesis que se ponen a prueba, todo ese carácter tentativo no se muestra, la ciencia se enseña como algo acabado. Se aboga por la necesidad de contar con evidencias científicas pero yo no soy partidaria de la palabra evidencia. «Más evidente que la Tierra está en reposo…», como señalaban algunas teorías…  Yo necesito pruebas, no evidencias porque nuestros sentidos nos engañan. Tenemos que formar ciudadanos críticos.

¿Hay que acercar la ciencia a la población?

Los movimientos “ciencia para todos” o “alfabetización científica de la ciudadanía” se originaron a finales de los años ochenta. La ciencia forma parte de la cultura científica que cualquier ciudadano debe adquirir. Sin embargo, parece que hoy se puede alardear de confundir un gen con un cromosoma pero si no sabes quién es Mozart eres un inculto. Es un tema complejo porque tenemos el enemigo en casa, los docentes universitarios de ciencias piensan que la ciencia no está al alcance de todos y debe ser para una ciudadanía preparada, pero todos los ciudadanos deben tener unos conocimientos mínimos. Einstein decía que la ciencia no piensa en fórmulas, que en la cabeza tenemos ideas y debemos ser capaces de explicarlas con palabras sencillas. Tenemos que hacer la ciencia asequible a la ciudadanía y evitar apoyarnos en fórmulas. Creo que necesitamos hacer una ciencia de la ciudadanía, una ciencia que forme parte de la cultura para que también cambie el papel de las mujeres, somos más del 50% de la población mundial y tenemos que formar parte de esa ciencia, la ciencia que se aprende y la ciencia que se enseña.

Usted afirma que «la participación ciudadana en la toma de decisiones es una garantía de aplicación del Principio de Precaución». ¿Qué responsabilidad ostentamos como ciudadanos?

El Principio de Precaución dice que no podemos comercializar ni poner en funcionamiento ningún nuevo desarrollo científico o tecnológico que no estemos seguros de que no es perjudicial para la especie humana, para los seres vivos y para el planeta. El Principio de Precaución es esencial, está firmado por todos los países, pero se ponen en marcha productos que no se han testado. Los científicos debemos transmitir a la ciudadanía la necesidad de ser capaces de participar en la toma de decisiones, la población es quien vigila ese Principio de Precaución y por eso tenemos que alfabetizar a la ciudadanía.

Por tanto, volvemos a la idea de la visión de la ciencia de la sostenibilidad y la transdisciplinariedad, para que todas las personas con conocimientos, aún sin ser profundos, puedan opinar. En muchos países se ha cerrado la puerta a que la ciudadanía opine sobre cambio climático alegando complejidad en los conceptos y es la ciudadanía la que ha conseguido que se prohíban las sustancias contaminantes que han producido el adelgazamiento de la capa de ozono. Esto demuestra que necesitamos que la ciudadanía esté alfabetizada científicamente.

«Los científicos debemos transmitir a la ciudadanía la necesidad de ser capaces de participar en la toma de decisiones»

Según el último informe PISA, España ha sufrido un descenso en la evaluación de las ciencias, consiguiendo sus peores datos y situándose por debajo de la media de la OCDE. ¿Cómo se interpretan estos resultados?

El informe PISA es una prueba de evaluación y las cuestiones están relacionadas con la toma de decisiones de aspectos vinculados a la vida cotidiana que tienen que ver con la ciencia y la tecnología, lo que se pregunta en las pruebas no lo enseñamos en el aula de ciencias, enseñamos una ciencia descontextualizada, alejada de la vida del estudiante. PISA, utilizado como instrumento, es interesante y los resultados del informe deberían servir a los docentes de ciencias para decir: «No estoy preparando a mis estudiantes». La prensa azuza: “¡Qué mal estamos!” Pero si extrapolamos los datos de los resultados a una escala sobre diez, estamos sobre 7.5, las diferencias no son tan significativas. Donde sí hay diferencia entre países es en el presupuesto de educación y eso es cuantificable.

La investigadora muestra algunos recursos de ludificación. Lucía Coll

En relación a los resultados de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia en España de 2018 de la FECYT. ¿Hay analfabetismo científico?

Sí. La forma de enseñar en la educación reglada, así como la ciencia informal explicada a través de los medios de comunicación no están ayudando a la alfabetización científica. Hay analfabetismo y además a la gente no le importa, los objetos se hacen para que podamos usarlos sin tener conocimiento de cómo funcionan y cuanto más fácil sea mejor.

¿Qué supone ese analfabetismo en un mundo tecnificado?

Pensamos que no necesitamos la alfabetización directamente, pero es un error. Necesitamos educar en el mundo tecnificado que nos rodea para perder el miedo a ese conocimiento científico, para poder intervenir y tomar decisiones, para despertar el espíritu crítico y añadiría una cuarta razón, el placer de saber. La alfabetización científica es un derecho, hay países donde la educación científica está prohibida, no solo a las mujeres, también a los hombres.

«El gran reto de la comunicación científica es saber qué ciencia queremos transmitir»

¿Cuál considera que es actualmente el principal reto en la comunicación y la divulgación de la cultura científica?

El gran reto de la comunicación científica es saber qué ciencia queremos transmitir. La formación en el periodismo científico es importante, ya que son los intermediarios entre la ciencia y la ciudadanía, tienen la capacidad de trasladar cómo trabaja la ciencia y sus efectos, no solo el conocimiento científico. En esta última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP25, pareció apreciarse un salto en la información de los medios de comunicación en torno a la necesidad de educar a la ciudadanía en todos los ámbitos y creo que es fundamental que además esa educación tenga en cuenta las nuevas tecnologías. Podemos verlo con el tema del coronavirus, la diferencia entre escuchar a un responsable de sanidad facilitando información a todo aquello que llega a través de redes sociales.

Debemos comunicar una ciencia impregnada por las implicaciones entre ciencia, tecnología, sociedad y ambiente. La ciencia ha cambiado nuestra forma de ver el mundo y los ciudadanos tenemos que ser conscientes del papel enorme que podemos jugar en los cambios que tienen lugar en la sociedad.

La neurobiología sueña con generar neuronas

Los neurocientíficos plantean la posibilidad de convertir las células más abundantes del sistema nervioso en neuronas gracias a los avances en medicina regenerativa.

El descubrimiento de las células madre plutipotentes inducidas, capaces de formar cualquier tipo de célula, ha supuesto una revolución. Los investigadores pueden convertir una célula epitelial en una neurona mediante reprogramación celular. Estos avances se expusieron el pasado mes de marzo en la conferencia “¿Es posible reparar el cerebro humano?” a cargo de Isabel Fariñas, catedrática en el Departamento de Biología Celular, Biología Funcional y Antropología Física de la Universitat de València.

Cartel de la conferencia “¿Es posible reparar el cerebro humano?
© ciudadartesyciencias. (05 de marzo de 2020). Conferencia «¿Es posible reparar el cerebro humano?«. [Archivo de vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=31oG1eCQNh4

Isabel Fariñas ilustró la complejidad del cerebro humano mediante una comparativa: el número de estrellas en la Vía Láctea y el número de neuronas contenidas en un órgano de tamaño limitado, ambas son del mismo orden de magnitud. El cerebro se revela como una inmensa red, ya que cada neurona establece 10.000 contactos, aunque, a su juicio: «Los neurocientíficos no comprendemos aún cómo funciona».

Presentación comparativa entre la Vía Láctea y el cerebro humano.
© ciudadartesyciencias. (05 de marzo de 2020). Conferencia «¿Es posible reparar el cerebro humano?». [Archivo de vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=31oG1eCQNh4

¿Qué sucede en el cerebro ante una enfermedad neurodegenerativa?

El cerebro concentra las células madre neurales en dos regiones diferenciadas y restringidas. En las enfermedades neurodegenerativas mueren muchas neuronas en distintas partes del cerebro. «En el Parkinson sabemos qué neuronas se mueren inicialmente, las neuronas dopaminérgicas», apuntó la catedrática. «La dopamina es una sustancia implicada en la regulación de los circuitos que determinan la coordinación de nuestros movimientos», aclaró al auditorio. Cuando un paciente muestra los primeros síntomas, el 80% de sus neuronas dopaminérgicas están muertas, por lo que la estrategia neuroprotectora resulta inútil y la estrategia farmacológica retrasa pero no detiene la enfermedad.

La investigadora describió cómo durante el desarrollo embrionario se observa una estructura formada por un total de doce células denominada masa celular interna (MCI) que dará lugar a todas las células del organismo. Las células de la MCI pueden producir cualquier tipo celular, es decir, son pluripotentes.

El científico japonés Shinya Yamanaka quiso averiguar qué las hacía pluripotenciales. Trabajó con cultivos de células epiteliales e introdujo una combinación de cuatro genes, actualmente llamado cóctel de Yamanaka, que convirtió a las células de la piel adultas en células similares a las embrionarias. Las denominó células madre pluripotentes inducidas, más conocidas como células iPS. ¿Qué significa todo esto? Se desmonta un dogma de la biología del desarrollo y el descubrimiento de Yamanaka permite que los científicos conviertan un tipo de célula en otro. Sus investigaciones le valieron el Nobel de Medicina en 2012.

Tal y como explica la experta, los neurobiólogos contemplan la posibilidad de una reprogramación directa de astrocito a neurona. Los astrocitos son las células mayoritarias en el cerebro, en una proporción 5:1 frente a las neuronas y no mueren en ninguna enfermedad neurodegenerativa que se conozca. «Se ha hecho en ratones mediante terapia génica», pero insiste Fariñas: «Es una vía futura».

Isabel Fariñas en un momento de la conferencia.
© ciudadartesyciencias. (05 de marzo de 2020). Conferencia «¿Es posible reparar el cerebro humano?». [Archivo de vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=31oG1eCQNh4

El cerebro adulto sigue produciendo neuronas

Según matizó la investigadora, «cuando un niño nace ya tiene el contingente de neuronas con el que va a vivir toda la vida». Esta fue durante décadas la idea predominante, se pensaba que «no había nuevas neuronas en cerebros post-natales», especificó Fariñas.  «Ahora sabemos que no es así», señaló. ¿Pero cómo se ha llegado hasta este hallazgo? La respuesta se encuentra en las aves.

Argentina, 1984. Se demuestra que es posible la adición de nuevas neuronas en un cerebro adulto. Los machos de las aves canoras cortejan a las hembras mediante el canto, se descubre que en determinadas áreas codificadas para dicha función «cada primavera bajo el efecto de la testosterona miles de neuronas morían y se generaban nuevas», ejemplificó Fariñas durante la ponencia. Y añadió que este proceso permitía al macho aprender una nueva canción distinta a la anterior: «Es como la canción del verano pero en pájaros», bromeó Fariñas.

Pero… ¿qué hay de los humanos?

El organismo está formado sobre todo por carbono, y nuestros átomos están en equilibrio con el carbono de la biosfera. El isótopo de carbono más abundante es el C12, pero existe un isótopo radiactivo en mucha menor proporción, el C14.

La historia reciente del siglo XX nos deja un aumento en los niveles, habitualmente bajos, de C14 en la atmósfera provocado por los múltiples ensayos de bombas nucleares en superficie que se realizaron durante la Guerra Fría, narró la experta.

Las células no distinguen entre C12 y C14 y los incorporan indistintamente en la construcción de estructuras como el ADN, siempre manteniendo el equilibrio con la biosfera. Un equipo de investigadores de Estocolmo dedujo que «si una neurona naciese en uno de estos años incorporaría en su ADN, antes del momento de nacer, la proporción del C14 que estaba ese año en la atmósfera», explicó Fariñas. Por lo tanto, se podía datar el nacimiento de una neurona, se demostró la neurogénesis adulta en humanos. «Todavía hay debate abierto», insistió Fariñas y aún existen interrogantes sin resolver en este campo.

Coloquio final. Lucía Coll Peinado

Los grandes logros y avances de la humanidad como especie son indicativos de una inteligencia extraordinaria y es la cooperación social de esas inteligencias la que permite dichos avances. «El cerebro sustenta nuestra parte emocional, no solo la parte de cognición e intelectualidad pragmática», recordó la conferenciante. Ante una enfermedad neurodegenerativa no solo se pierden neuronas y capacidades: «También perdemos nuestra propia identidad», apuntó Fariñas. «Todo lo que somos es nuestro cerebro», sentenció la catedrática.

«Mi trabajo como científica es divertidísimo. Me levanto cada día con ganas preguntándome qué es lo que voy a hacer hoy»

La bióloga Patricia Boya es una de las mayores expertas de España en autofagia, una función del organismo que permite desechar y reciclar basura celular.

Miguel Ángel Alegre

Patricia Boya, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y presidenta de la Sociedad Española de Autofagia (SEFAGIA).

Patricia Boya (Valladolid, 1971) es presidenta de la Sociedad Española de Autofagia (SEFAGIA), doctora en Biología por la Universidad de Navarra e investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). SEFAGIA es una organización científica que promueve la investigación sobre la autofagia en España y que tiene como objetivo fortalecer la competitividad de los grupos españoles interesados en la autofagia e impulsar la excelencia de la investigación básica y traslacional. Nos encontramos en el vestíbulo del Hotel Barceló V Centenario de Cáceres, donde se celebró del 4 al 6 de marzo el congreso SEFAGIA en su edición del año 2020. Hablamos de autofagia, de su carrera científica, de su día a día como investigadora y de cómo la ciencia ha estado presente desde los primeros días de su vida.

P: ¿De dónde proviene su vocación como científica?

R: Mi padre es físico teórico y siempre he visto la ciencia en casa. Pero concretamente, mi inclinación por la biología me la inculcó una profesora que tuve en el instituto en 2º de B.U.P. Me abrió los ojos ante las posibilidades que albergaba este campo para conocerse a uno mismo, que es lo que realmente implica saber el funcionamiento de tus células. Me acuerdo que fue porque nos mandó en clase un trabajo en el que teníamos que comparar los distintos tipos de animales: por ejemplo, las esponjas, los gusanos… Era una tabla grande donde apuntamos las diferencias entre sus aparatos y sistemas. El hecho de ser capaz de ver aquello de un solo vistazo y de cómo iban evolucionando los órganos hasta llegar a nosotros me pareció fascinante. Eso fue con 16 años y todavía sigo interesada en descubrir más y más sobre cómo funcionan nuestras células para ser lo que somos.

P: ¿Cómo describiría su día a día en el laboratorio?

R: Mi trabajo es divertidísimo. Cada día cuando me levanto me pregunto a mí misma: “¿Qué voy a hacer hoy?”, y siempre tengo varias opciones muy distintas. Puedo leer un artículo para entender un método nuevo, escribir el último resultado científico que hemos encontrado y ponerlo en contexto de lo que se sabe, hablar con mis estudiantes acerca de nuestros últimos descubrimientos, pensar cuál es el siguiente paso para avanzar en nuestra investigación y llegar a descifrar completamente el proceso que estamos estudiando… Aunque a veces tengo que hacer cosas tan aburridas como rellenar papeles, desgraciadamente tengo que rellenar un montón.

P: Usted investiga sobre el proceso de autofagia, ¿cuál es la mejor definición para que todo el mundo pueda hacerse una idea de lo que es?

R: Es una forma de eliminar la “basura” de tus células. Es un sistema de limpieza, pero también de reciclaje. Cuando se degrada esa basura, los materiales que se obtienen pueden ser utilizados para realizar otras funciones. Por ejemplo, yo tengo una silla vieja que ya no me sirve porque está rota o porque no me gusta. Lo que puedo hacer es coger esa silla y sacar de ella trozos de madera para hacerme una estantería nueva. Eso es lo que hace la autofagia con los componentes celulares.

«La autofagia es una forma que tienen las células de eliminar su “basura”. Es un sistema de limpieza, pero también de reciclaje. Los materiales que se obtienen pueden ser utilizados para realizar otras funciones.»

P: ¿Cuándo surge el interés en el mundo de la ciencia por la investigación en autofagia?

R: Aunque la autofagia se conoce desde hace más de 50 años, su interés creció mucho a raíz del descubrimiento en los años 90 de los genes que regulan el proceso, los genes ATGs. Con el conocimiento de estos genes se podía manipular la autofagia y entender qué sucedía cuando no funcionaba bien. Ahí se comprendió que la autofagia era esencial para muchísimas de las funciones de nuestras células y tejidos.

P: ¿Por qué es importante la investigación en autofagia?

R: Todas nuestras células necesitan de este sistema para mantenerse limpias. Cuando este sistema de reciclaje no funciona bien, se acumula basura en las células. Un ejemplo sencillo, cuando una célula se divide en dos, puede repartir esa basura entre sus células hijas a mitad y mitad. Pero en las células que no se dividen, como las neuronas o las células musculares, la basura se va a acumulando a lo largo de toda su vida y si el proceso de autofagia no funciona correctamente puede provocar alteraciones en la célula. La investigación en autofagia nos va a permitir entender este mecanismo, que ya de por sí es muy interesante, y buscar estrategias para modularla en aquellos casos en los que no se desempeña como es debido.

P: ¿Cuáles son las aplicaciones de la investigación en autofagia?

R: Un caso prototípico son las enfermedades neurodegenerativas. En estas enfermedades se acumulan tóxicos en las neuronas. El hecho de aumentar la autofagia en ellas permite que se elimine y se recicle ese material tóxico. Nos estamos enfocando en terapias basadas en la inducción de autofagia para tratar estas y otras patologías. Además, la autofagia no sólo tiene aplicaciones en enfermedades, sino también en otras áreas como la biotecnología o la biología vegetal. Todas las células utilizan la autofagia, por lo que hay muchas posibilidades de que sirva para mejorar y resolver retos en diversos sectores.

«El tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas es una de las aplicaciones de la investigación en autofagia. Además, como todas las células utilizan la autofagia, hay muchas posibilidades de que sirva para resolver otros retos»

P: Ha publicado papers en los que explica la relación de la autofagia con el cáncer y enfermedades de la retina.

R: El cáncer es complicado y hay que tener mucho cuidado porque sospechamos que dependiendo del estadio en el que se encuentre la enfermedad, la autofagia puede ser beneficiosa o perjudicial. Aun así, hay muchas investigaciones dirigidas a entender la autofagia en los procesos tumorales por si se pudiese utilizar para diseñar tratamientos antitumorales.

En cuanto a las enfermedades de la retina, en mi equipo trabajamos sobre todo con el sistema nervioso, y en él nos hemos centrado en la visión. Queremos entender el papel de la autofagia en el funcionamiento de nuestras neuronas del ojo y por qué la autofagia es buena para la diferenciación neuronal. Cuando se está formando el sistema nervioso, se parte de un neuroblasto, que es una célula que se divide durante el período embrionario. Del neuroblasto se forma la neurona a través de un cambio de metabolismo y de morfología. Una neurona que ya no se va a dividir más y tiene su axón, sus dendritas… Hemos descubierto que para que eso ocurra se necesita que haya mucha autofagia en un momento determinado. Si todo esto falla, no se forma la neurona. Las alteraciones de la autofagia están asociadas a enfermedades de pérdida de visión, como la retinitis pigmentosa o el glaucoma. En el caso del glaucoma, es una enfermedad asociada a la edad.

P: ¿Cómo afecta el envejecimiento al proceso de autofagia?

R: Cuando se hacen viejas nuestras células, sus sistemas de autofagia funcionan peor. Creemos que estrategias que aumentan esa autofagia pueden ayudar a mantener nuestras células más jóvenes.

P: ¿Qué métodos y técnicas suelen seguirse en un laboratorio de investigación en autofagia?

R: Trabajamos con células, tejidos y animales. Utilizamos ratones modificados genéticamente que tienen fluorocromos, unas moléculas fluorescentes que nos permiten observar al microscopio el proceso de autofagia. O empleamos células o tejidos que no tienen alguno de los genes de la autofagia, por lo que ésta no funciona bien y observamos las consecuencias.

P: ¿Cuáles son los trabajos de los que está más orgullosa de toda su carrera científica?

R: Son dos. El primero cambió por completo el paradigma de lo que se conocía en el campo de la autofagia. Cuando yo comencé a trabajar en autofagia, cuando se descubrieron sus genes, se pensaba que era un proceso asociado a la muerte de las células. Ese era el dogma. Ahora resulta bastante obvio que protege a la célula. Por aquellos tiempos no teníamos definidos los métodos más eficaces para estudiar la autofagia. Lo que hacíamos era observar las células al microscopio. Éstas tenían muchos autofagosomas, la característica principal de la autofagia, y se morían. Los autofagosomas son los orgánulos celulares que actúan a modo de bolsas de basura. En ellos, las células almacenan el material que quieren degradar y reciclar y luego vierten lo que serían las tijeras: las enzimas que rompen y procesan todos esos residuos. Estuve bastante tiempo intentando entender este proceso de muerte celular induciéndolo en las células, quitándoles los nutrientes y tratándolas con fármacos. Todo ello resultaba en su muerte, pero si inhibía el proceso de autofagia morían todavía más. Fue en la Gordon Conference en Estados Unidos, el primer congreso que hubo de autofagia, donde, al fijarme también en lo que hacían los otros investigadores, até cabos y me di cuenta de que lo que probablemente estuviera ocurriendo es que las células utilizasen la autofagia para sobrevivir. Justo al contrario de lo que se creía. La autofagia era un sistema protector de las células, y no un tipo de muerte celular.

«Cuando comencé a trabajar en autofagia, se pensaba que era un tipo de muerte celular. Pero investigando descubrí que era justo al contrario, la autofagia es un sistema protector de las células»

P: ¿Y el segundo?

R: Fue el descubrimiento del papel de la autofagia en el cambio no sólo morfológico sino también metabólico en la diferenciación neuronal. Ya lo he comentado antes, pero entrando más en detalle, esa autofagia en concreto es selectiva, eliminando las mitocondrias y recibe el nombre de mitofagia. Las mitocondrias son los orgánulos de nuestras células que producen energía de forma muy eficiente. Si no se tienen estos orgánulos, la energía se obtiene por la vía de la glicolisis, que es mucho más rápida, aunque menos eficaz. Pero tiene una ventaja, y es que permite obtener materiales adicionales para generar masa en la biosíntesis. Este cambio metabólico permite a las neuronas en ciernes poder crecer y generar su axón. Luego esas neuronas vuelven a utilizar las mitocondrias con normalidad. Una situación parecida ocurre en las células tumorales, y también en los macrófagos y linfocitos T cuando se activa la respuesta inmune. Son circunstancias en las que las células necesitan obtener energía de la forma más inmediata posible.

P: ¿Cómo surgió SEFAGIA?

R: Llevo trabajando en autofagia desde hace bastante tiempo. Al volver a España en 2004 (NdE: Patricia Boya cuenta en su curriculum con dos estancias internacionales en el Centro Nacional para la Investigación Científica, CNRS, de París, Francia y la Universidad de Cambridge, Inglaterra) era una de las pocas personas que había estado estudiando este proceso. Al ser un campo muy nuevo, había mucha gente interesada en aprender sobre ello y nos contactaron para colaborar. Al principio, yo ayudé a muchos grupos españoles de investigación a montar las técnicas y las metodologías pertinentes. José Luis Crespo, del CSIC en Sevilla, que también había trabajado en autofagia, fue quien propuso la idea de reunir a todos los científicos de España que nos dedicábamos a este campo. El objetivo era tener un marco que nos permitiera apoyarnos y aprender los unos de los otros para mejorar la investigación en autofagia en España. La primera vez fue en el año 2013 en Madrid, en mi centro, el CIB. A raíz de ahí fuimos creciendo poco a poco. Primero hacíamos asambleas anuales. En el curso 2015-2016 pedimos una beca del Ministerio para Redes de Excelencia y nos la concedieron. Con ella pudimos financiar nuestros proyectos y organizar congresos. En 2017, cuando se nos acabó la subvención, nos planteamos cómo podíamos seguir con todo esto y decidimos fundar la sociedad.

P: ¿Qué experiencias aportan congresos como el que se está celebrando ahora mismo?

R: Son esenciales. Primero porque ves lo que hacen los demás y aprendes de sus descubrimientos. Luego porque puedes darte cuenta de metodologías o formas de trabajo de tus compañeros que pueden complementar tu propia investigación. Lo maravilloso de los congresos es tener un contacto directo con los otros investigadores. Puedes acercarte a ellos y preguntarles si te pueden ayudar con su metodología a solucionar un problema que tienes con tus experimentos o si creen que sus modelos se pueden aplicar al proceso que estás estudiando. Los congresos son una de las herramientas más útiles para conseguir los propósitos con los que nació SEFAGIA, son lugares ideales para aprender, ayudarnos y en los que surgen nuevas colaboraciones.

P: ¿Cuál es su opinión sobre el sistema científico?

R: Los científicos no estamos conformes. Para investigar se necesitan recursos y estos son muy limitados, tanto a nivel económico como humano. Cada vez tenemos más obstáculos para poder trabajar. Hay que hacer más papeles, permisos, gestiones… Calculo que de todo el tiempo que estoy trabajando, sólo un 30% realmente lo dedico a pensar. El resto estoy ocupada con la burocracia. Obviamente es algo necesario, pero puede que lo mejor sería que de esos trámites se ocuparan otras personas y los científicos nos dedicásemos plenamente a investigar.

P: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes que se quieren dedicar al mundo de la ciencia?

R: Que sean curiosos. Que no se crean nada y pongan todo en duda. Y, sobre todo, que se diviertan, que disfruten. Es un trabajo duro y sacrificado, pero nada aburrido. Si te gusta entender cosas nuevas, las trabas no importan. Esa gratificación cuando llegas a encajar todas las piezas del puzle y resolver el rompecabezas es el mayor regalo que la ciencia te puede hacer.

«La ciencia es un un trabajo duro y sacrificado, pero nada aburrido. Si te gusta entender cosas nuevas, las trabas no importan.»

«Muchas facultades de Reino Unido se matan por conseguir científicos procedentes de España»

Victoria Bueno González, licenciada en Biología y especializada en conservación de la biodiversidad, salió de España en 2016 hacia Reino Unido en busca de un futuro dentro de la investigación. Cuatro años mas tarde, la bióloga nacida en Zamora no solo se ha labrado un puesto como investigadora fuera de su país, su principal objetivo, sino que ha vivido multitud de experiencias tras su paso por Leeds y Bristol. Ahora, avalada por su veteranía en el extranjero, Bueno anima a salir de la zona de confort a todos aquellos científicos y científicas españoles sin oportunidades en España.

Victoria Bueno, investigadora en la Facultad de Biología de la Universidad del Oeste de Inglaterra (UWE).

Decidió salir de España para buscar nuevas oportunidades en Inglaterra y apareció Leeds, ¿Qué estuvo haciendo allí durante su estancia?

Cuando llegué empecé a trabajar en hostelería para pulir el lenguaje. Ya sabes cómo somos los españoles, nos cuesta mucho creernos preparados cuando llegamos a un país nuevo. Después, cuando sentí que estaba lista, comencé a aplicar a las ofertas de trabajo en las que mejor podía encajar según mi especialización. Me dieron un puesto de técnica de laboratorio docente en la Facultad de Bioquímica. Me valió mucho para adentrarme en este mundo, conocer a mucha gente, adquirir experiencia y lograr empezar un doctorado.Descubrí mi verdadera pasión.

Ha dicho que su principal objetivo era empezar un doctorado, ¿Cómo consiguió esa beca de doctorado en Bristol?

Aplicando online a través de todas las páginas web especializadas. Es muy sencillo obtener una beca de doctorado y existen muchos puestos vacantes y  la mayoría están financiados. Además, muchas  facultades de Reino Unido se matan por conseguir científicos procedentes de España.

¿Por qué dice que las facultades de Reino Unido están tan interesadas en los científicos españoles?

Porque la mayoría de los investigadores e investigadoras españolas que vienen de España tienen una mayor formación.  Muchos de los jóvenes de Reino Unido se gradúan y deciden dar el salto, sin ninguna experiencia.

¿Por qué tenía tan claro hacer el doctorado?

Cuando entré en el laboratorio todos mis compañeros eran técnicos y ninguno tenía doctorado, llevaban toda su vida dentro del mismo área. Es totalmente respetable, de hecho, me encantaría volver a trabajar en un laboratorio. Sin embargo, sin un logro de este tipo no puedes avanzar más allá. No quería quedarme en ese puesto para siempre. Necesitaba seguir aprendiendo y descubriendo.

Una vez que consiguió esta beca en el departamento de Biología de la Universidad del Oeste de Inglaterra, ¿Se le preestableció el tema a investigar o usted ya tenía planeada la temática?

La razón por la que escogí aplicar a este doctorado estaba en que se trataba de una mezcla de biología y conservación de la biodiversidad, una temática en la que yo me había especializado con la realización del máster. Lo vi el proyecto perfecto para continuar con mi carrera profesional. Yo siempre me había considerado bióloga de bota y no de bata pero, actualmente, no existe nada estrictamente de campo. Al final, todo se basa en ADN y proteínas.

Estáis trabajando en un método diagnóstico para una enfermedad bacteriana en robles, cuya bacteria puede llegar a matarlos en cinco años. ¿Cómo lo está llevando a cabo?

El método que estamos desarrollando es una técnica aplicada basada en la polymerase chain reaction (PCR) y, dentro de esta, la High Resolution Melting (HRM). Lo más especial e interesante de este proceso es un colorante fluorescente que se intercala con el ADN cuando está en forma de doble cadena. Al poner la muestra sobre dicho colorante, sabremos si hay bacterias, el número concreto y el tipo al que pertenece.

Y tras la utilización de este método diagnóstico, ¿Qué resultados ha obtenido hasta el momento?

He descrito tres nuevas especies de bacterias dentro  del grupo de las pseudomonas. Para conocer su posible función hemos experimentado con tres tejidos vegetales, inyectándoles las bacterias para poder así describirlas. Esto permitirá ahorrar tiempo a aquellos investigadores que se encuentren con este tipo de bacterias en un futuro.

¿Cuál es el objetivo que se le planteó desde el principio?

La idea de esta investigación viene del Forest Research. La principal organización de Reino Unido para la investigación forestal. Necesitaban un método rápido y barato. Ellos poseen una técnica que es seis veces más cara, por lo que no les era rentable procesar grandes cantidades de muestras. El Forest Research recibe numerosas cantidades de ejemplares de todo Reino Unido.

Me ha contado que esta enfermedad mata a los robles en cinco años, ¿Hay alguna forma de evitar que los robles mueran?

No. No es tan fácil como ponerles una inyección de antibiótico y matar las bacterias. Hasta ahora existen muchas líneas de investigación que están intentando averiguar cómo se transmite. Muchas de ellas relacionan las causas con dos hechos. Por un lado, que estas bacterias encontradas en el ADN crean sangrados verticales cuyos fluidos pueden llegar a contagiar. Por otro lado, han encontrado agujeros de salida en forma de ‘D’ realizados por escarabajos que almacenan sus huevos en la corteza y, una vez eclosionan, las larvas entran dentro. A su vez, están investigando si estos escarabajos tienen  dentro de su organismo esas bacterias encontradas en los robles.

Teniendo en cuenta que no existe una cura y que todavía no se sabe ciertamente como se transmite, ¿La mayoría de robles acaban muriendo por esta enfermedad?

Existen casos de robles que se han recuperado volviéndose resistentes a la bacteria. Por un momento piensas: vamos a clonarlos y los plantamos por todo Reino Unido. Esto los haría resistentes a las bacterias. En cambio, esta acción podría tener consecuencias como hacerles más vulnerables  a la sequía. Acabaría matándolos a todos. En este sentido, hay que dejar obrar a la naturaleza.

Afirma que clonar a los robles podría matar a todos ellos en ambientes de sequía, ¿Por qué?

Esto es equiparable con todas las especies. Lo sencillo es clonarse (reproducción asexual). Sin embargo, que no seamos todos clones, la variabilidad genética entre individuos debida a la reproducción sexual, hace que cada uno seamos más o menos aptos para potenciales amenazas a la supervivencia. Es decir, imagine que usted y yo hemos sido clonados y somos más vulnerables al frío. En una situación de condiciones adversas podríamos morir ambos. Que seamos diferentes posibilita que uno de los dos sea más resistente al frío y pueda sobrevivir. Es el éxito evolutivo de un individuo.

¿Qué tiene pensando hacer cuando acabe la tesis doctoral?

Tengo pensando seguir con un postdoctorado. De hecho, tengo una entrevista próximamente en el John Innes Centre de Norwich. Es uno de los centros más prestigiosos en relación a las ciencias de las plantas y los microbios. Trata problemas reales a nivel nacional e internacional. Cruzaré los dedos porque sería un paso muy grande para continuar con mi carrera.

Entonces, ¿No contempla volver a España?

Si me ofrecieran el mismo puesto con las mismas condiciones que tendría en Norwich, me lo pensaría. Por desgracia, no se invierte lo suficiente en mi campo de investigación.

¿Cree que su profesión está mejor valorada en Reino Unido que en España?

Yo creo que sí. No solo en mi campo, sino hablo ya de la profesión de científico como tal. Creo que realmente la sociedad en general no sabe lo que hacemos. Este hecho  también puede influir en la cantidad de dinero que se invierta en ciencia.

¿Cree que existe una mala imagen del científico?

Sí, y en parte es culpa nuestra porque quizá no divulgamos lo suficiente nuestro conocimiento o la forma de comunicarlo no es la más eficiente y accesible. Sin duda, todo científico debería poner de su parte para acercar su conocimiento a toda la gente.

El 8 de marzo fue el día internacional de la Mujer. Hemos avanzado mucho aunque aún queda camino por recorrer. ¿Cree que en Reino Unido se está  valorando más a la mujer en el terreno de la ciencia?

Creo que se está haciendo mucho para conseguir la igualdad eliminando muchos sesgos que siempre han existido. Un ejemplo claro es el grupo de investigación del que formo parte, donde somos todos mujeres. En cambio, en el área de ingeniera solo el 10% son mujeres, siendo uno de los porcentajes más bajos de Europa.  En mi opinión, existen áreas de la ciencia que atraen más a un sexo que a otro. Depende mucho del ambiente en el que se haya crecido. A pesar de esto, creo que se está haciendo un esfuerzo evidente aunque el objetivo no es solo que se valore más a la mujer, sino que camine al mismo paso que el hombre.

Un estudio asegura que los medios de comunicación son críticos en la lucha contra las prácticas pseudocientíficas

 El artículo analiza los principales medios generalistas con mayor audiencia online: El País, El Mundo, La Vanguardia y ABC

Investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) aseguran que los medios de comunicación (MM.CC) muestran un posicionamiento crítico en las noticias relacionadas con aquellas prácticas y terapias carentes de evidencia científica.  Esta investigación, publicada en la Revista Española de Comunicación en Salud (RECS), analiza aquellas noticias, relacionadas con las falsas ciencias o fake sciences, publicadas por los principales medios con mayor audiencia en Internet: El País, El Mundo, La Vanguardia y ABC. El objetivo principal de este estudio es determinar el tratamiento informativo que los MM.CC realizan en relación a estas prácticas.

A pesar de ese posicionamiento crítico, La Vanguardia defiende las pseudociencias en un 16% del total de sus noticias. Algunos ejemplos de este tipo de noticias son las entrevistas al Nobel de Matemáticas Luc Montagnier, dónde defiende que la base científica de la homeopatía se ignora porque molesta a la economía, o Mario Moncayo, un licenciado en Medicina que dirige su propio instituto de investigación en Ecatepec (México) y se posiciona en contra de los transgénicos.

Por otro lado, la pluralidad de fuentes es otra de las principales características en más de la mitad de las piezas publicadas por los medios generalistas, contando con más voces de expertos que de políticos. “La posibilidad de contar con una gran diversidad de fuentes confiere un importante plus de calidad a la información en todos los diarios”, afirma José Antonio Sánchez-Hernández, uno de los principales autores de la investigación. 

En cuanto al punto de vista desde el que se tratan las informaciones sobre pseudociencias, se aborda principalmente como una problemática social relacionada con las consecuencias negativas para la salud de la población, la necesidad de llevar a cabo una ardua regulación por parte de los poderes públicos, el uso fraudulento de estas prácticas con un claro objetivo de obtener beneficios engañando a los pacientes, el deber de los profesionales de la salud de respetar el código deontológico y de no recomendar estos tratamientos, y la obligación de emprender acciones encaminadas a la alfabetización científica de la sociedad y el empoderamiento de los pacientes. 

Por otro lado, los resultados arrojan que cuando los medios generalistas españoles abordan la temática de las pseudociencias lo hacen, sobre todo, mediante piezas informativas individuales exceptuando El País que adquiere un mayor compromiso a través de la inserción de editoriales de forma regular. “Se trata del único diario en el que hemos detectado información en formato de opinión o entrevista, en un ejercicio de responsabilidad al posicionarse contra la permisibilidad de los poderes públicos con las pseudoterapias”, señala Sánchez-Hernández. 

Por último, en cuanto a la distribución específica por cada uno de los medios, La Vanguardia es el que más informaciones sobre pseudociencia incluye en secciones distintas (47%). Por el contrario, destaca El País por insertar el 59% de las informaciones de esta temática en la sección “Ciencia”, ABC incluye el 60% en “Sociedad y vida”, y El Mundo ubica el 57% en la sección “Salud” (57%). Este hecho indica que los diarios no tienen una sección única para publicar este tipo de informaciones, sino que estas son distribuidas en distintas secciones. 

La proteína SIRT1 podría ser clave en el desarrollo de tratamientos contra la enfermedad de Parkinson

Los científicos del grupo Park, equipo de investigación del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Genética de la Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional de la Universidad de Extremadura y CIBERNED, han apuntado a la modulación de la actividad deacetilasa de la proteína SIRT1, que contribuye a la regulación y a la longevidad celular, como diana para el diseño de tratamientos que combatan la enfermedad de Parkinson en aquellos pacientes en los que su causa se desconoce. Lo esencial de esas terapias es que ralentizarían o incluso detendrían el avance de la enfermedad.

El tratamiento para estos pacientes cuya enfermedad de Parkinson tiene un origen indeterminado consistiría en alcanzar un nivel basal de mitofagia suficiente mediante la potenciación de la actividad deacetilasa de la proteína SIRT1, explica Sokhna M. S. Yakhine-Diop, doctora en Bioquímica y Biología Molecular y Genética por la Universidad de Extremadura y autora principal del paper de la investigación. La posibilidad de dicha terapia es gracias al estudio del mecanismo molecular de la enfermedad de Parkinson. “Así, podemos hallar vías de señalizaciones que se encuentran modificadas en las células de los pacientes y diseñar fármacos que actúen específicamente sobre esos puntos”, indica Yakhine-Diop.

SIRT1 es una proteína que regula el proceso celular de la mitofagia, una forma de autofagia selectiva. La autofagia consiste en la degradación y reciclaje de aquellas proteínas que no se usan, que están defectuosas y de aquellos orgánulos celulares que están dañados. La mitofagia es la degradación y reciclaje selectivos de las mitocondrias, orgánulos celulares que se encargan de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular. Tanto la autofagia como la mitofagia están alteradas en las células de los pacientes de Parkinson.

SIRT1 pertenece al grupo de las proteínas histonas deacetilasas. Estas proteínas se encargan de deacetilar, es decir, de eliminar de las estructuras proteicas una molécula denominada grupo acetilo. Las proteínas histona acetiltransferasas se encargan, por su parte, de acetilar, de añadir esos grupos acetilo. La acetilación y la deacetilación son reacciones químicas que modifican las proteínas e influyen en sus actividades y funciones.

La mayoría de los casos de enfermedad de Parkinson son idiopáticos, que se refiere a que son debidos a causas desconocidas. Aun así, se sospecha que se producen por factores ambientales, como la exposición a determinadas toxinas. Sin embargo, sí que se conocen algunas causas específicas como mutaciones genéticas, que representan el 10% de los casos de Parkinson. Mediante cultivos celulares cedidos por el doctor Adolfo López de Munain, Jefe de Sección del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Donostia, los investigadores del grupo Park analizaron el estado de acetilación de las proteínas en fibroblastos (células del tejido conectivo) de individuos sanos que actuaron de control, enfermos de Parkinson debido a la mutación G2019S LRRK2 y pacientes cuya enfermedad de Parkinson es de causa desconocida. Los científicos observaron un estado de hiperacetilación en aquellas células que contenían la mutación G2019S LRRK2 e hipoacetilación en los casos cuyas causas eran desconocidas.

Imagen de inmunofluorescencia, una técnica de detección mediante anticuerpos unidos a una sustancia fluorescente. En rojo se puede apreciar cómo las proteínas de las células de enfermos de Parkinson de causa desconocida (IPD) están menos acetiladas que las de las células control (Co) y las células con la mutación G2019S LRRK2. En azul están marcados los núcleos de dichas células. Yakhine-Diop et al., 2018. Frontiers in celular Neuroscience.

Sin embargo, al fijarse en las proteínas que regulan la autofagia, vieron en las células con la mutación G2019S LRRK2 que la proteína histona deacetilasa SIRT1 se encuentra fosforilada, es decir, con un grupo fosfato, lo cual desencadena su activación, y desfosforilada en aquellas cuya enfermedad de Parkinson era de origen desconocido. Todo esto se traduce en que en las células de los pacientes de Parkinson con la mutación genética G2019S LRRK2 se lleva a cabo la mitofagia. Mientras, en las células de los pacientes de Parkinson de causa desconocida la mitofagia está disminuida. Vieron una mayor muerte celular en las muestras de los casos de origen desconocido que en las de la mutación G2019S LRRK2, por lo que llegaron a la conclusión del efecto protector de la mitofagia.

Para las células con la mutación genética G2019S LRRK2 todavía no está claro cuál sería la táctica adecuada para combatir la patología. Esto quiere decir que no hay un tratamiento único para todos los enfermos de Parkinson. “Cada paciente es un mundo y habría que abogar por analizar qué ocurre en sus procesos moleculares para diseñar una terapia personalizada. Aunque puedan tener muchas cosas en común entre ellos, un tratamiento generalizado no tiene por qué funcionar para todos”, concluye Yakhine-Diop.

En el futuro, esperan ampliar la investigación a las alteraciones en el metabolismo para encontrar biomarcadores de la enfermedad de Parkinson. Los biomarcadores son moléculas cuyos niveles o función sirven como indicador del estado biológico del individuo, aportando información sobre si está sano o enfermo. Su identificación es clave para la detección temprana de distintas patologías. En la actualidad, los signos clínicos son la única opción de diagnóstico de Parkinson, cuando ya la mayoría de neuronas se han degenerado y sólo se pueden mitigar los síntomas. “Con los biomarcadores y junto al estudio de los mecanismos moleculares de la enfermedad de Parkinson se podría conseguir un diagnóstico precoz y el diseño de fármacos para tratarla antes de que esté muy avanzada y fuera demasiado tarde. Ese es nuestro objetivo”, señala Yakhine-Diop.

Artículos:

  • Yakhine-Diop, S., Niso-Santano, M., Rodríguez-Arribas, M., Gómez-Sánchez, R., Martínez-Chacón, G., & Uribe-Carretero, E. et al. (2018). Impaired Mitophagy and Protein Acetylation Levels in Fibroblasts from Parkinson’s Disease Patients. Molecular Neurobiology, 56(4), 2466-2481. doi: 10.1007/s12035-018-1206-6
  • Yakhine-Diop, S., Rodríguez-Arribas, M., Martínez-Chacón, G., Uribe-Carretero, E., Gómez-Sánchez, R., & Aiastui, A. et al. (2018). Acetylome in Human Fibroblasts From Parkinson’s Disease Patients. Frontiers In Cellular Neuroscience, 12. doi: 10.3389/fncel.2018.00097

Si quieres pasar un buen rato y poner a prueba tus conocimientos acerca de la noticia te invitamos a hacer el siguiente test:

El dolor, la quinta constante vital

Se estima que un 80% de las personas experimentarán algún tipo de dolor a lo largo de su vida y 1 de cada 5 personas, en España, lo sufrirán de manera crónica.

El dolor es una respuesta orgánica que provoca una sensación molesta más o menos intensa. La percepción del dolor resulta de una activación localizada de las células nerviosas que avisan de que algo no va bien. El doctor Carlos Tornero, jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, explicó las implicaciones y los riesgos del dolor, su evaluación y tratamiento durante una charla dirigida a los alumnos del grado de Enfermería del CEU Cardenal Herrera el pasado jueves.

Ante un mismo estímulo, lesión o intervención quirúrgica, la sensación de dolor varía entre distintas personas. Son muchos los aspectos que pueden influir en esta subjetiva percepción del dolor: haber sufrido lesiones previas, la técnica anestésica utilizada, la actitud pesimista o catastrofista o la falta de suficiente información, entre otros.  También la genética influye en la sensación de dolor: “Los pelirrojos tienen otra predisposición al dolor”, remarcó el ponente.

Durante su exposición, Tornero resaltó la importancia de la formación de los futuros profesionales de la salud en este campo y la necesidad de mejorar la calidad asistencial. El doctor señaló que la gran mayoría de los pacientes que salen de una intervención manifiestan algún dolor durante el postoperatorio. El licenciado en Medicina y Cirugía comentó, además, que esta situación, normalizada en el pasado, es un reflejo de que el tratamiento que se está aplicando en estos casos debería mejorar.  En este sentido, el ponente enumeró algunos de los muchos riesgos que pueden aparecer si se tiene dolor durante el postoperatorio: isquemia miocárdica, complicaciones pulmonares, enfermedad tromboembólica, prolongación de la estancia hospitalaria y cronificación del dolor, entre otros. En este aspecto, insistió: “El mal control del dolor influye en el devenir de las personas”. Además, el médico defendió la aplicación de protocolos de analgesia multimodal adaptados a cada paciente. Este tipo de protocolos se basan en el empleo de diferentes técnicas y medicamentos para reducir la sensación de dolor.  La empatía, la escucha al paciente y el empleo de técnicas de relajación psicológica, por ejemplo, juegan un papel muy importante en el aumento del efecto analgésico. “No todo son fármacos”, apuntó el doctor.

Después de exponer las complicaciones del dolor, Tornero se centró en la evaluación que los profesionales de la salud hacen del dolor. El experto se mostró crítico con los datos que se recogen en las hojas de enfermería:“Si el dolor fuese evaluado igual que el resto de indicadores del estado de salud, serían posibles mejores opciones de tratamiento”, apuntó refiriéndose a las cuatro constantes vitales que sí recogen los registros: frecuencia cardiaca, temperatura, frecuencia respiratoria y presión arterial.

El Dr. Carlos Tornero junto a dos profesores durante el turno de preguntas

El ponente animó a los alumnos asistentes a interesarse por la investigación. Brevemente, describió una de sus líneas de investigación que se centra en el papel de las células de glia (células que sirven de soporte al resto de células del sistema nervioso) como mediadoras de la transmisión del dolor.

El autor de más de una treintena de artículos de investigación sobre el dolor y sus tratamientos reiteró ante el estudiantado que el acceso al tratamiento del dolor es un derecho humano fundamental y que la labor de todos los profesionales del ámbito de la salud es esencial para lograrlo.

“Igual que los neumólogos no animan a fumar, los nutricionistas no debemos invitar a comer alimentos insanos”

LUCÍA MARTINEZ | NUTRICIONISTA Y DIVULGADORA

Autora: Cristina Riera

Lucía Martínez (Asturias, 1981) es autora del conocido blog “Dime qué comes” y de cuatro libros. El último, “¿Qué le doy de comer?”, lo ha escrito a medias con el también nutricionista Aitor Sánchez. En las páginas ofrecen recursos, ideas y consejos prácticos tanto para padres como para el para personal sanitario sobre la alimentación de los más pequeños. También ha tenido en cuenta a las familias veganas, a las que proporciona múltiples opciones de menús y recetas. Invierte gran parte de su tiempo en la divulgación, aunque dice que no vive de ello. Además, es socia fundadora del Centro Aleris junto a Aitor Sánchez, con quien recientemente ha lanzado un podcast llamado “Zumo de Araña”.


Lucía Martínez durante las Jornadas de Ciencia y Periodismo – Marina Cantó

Lucía Martínez participó en las Jornadas de Ciencia y Periodismo que se celebraron el 28 de octubre en la Universidad Miguel Hernández. Compartió mesa redonda con Ana Belén Ropero, profesora de bioingienería y Cristina Palacios, biotecnóloga. Como explicó Lucía Martínez, “cuando se divulga sobre alimentación hay que tener en cuenta los aspectos científicos, la cultura gastronómica, las costumbres sociales, las creencias, la disponibilidad de alimentos de esa población y lo que está diciendo la industria alimentaria”. 

Pregunta. ¿Es necesario tener grandes conocimientos sobre nutrición para alimentar de manera correcta a los niños?

Respuesta. No, pero sí que es necesario tener espíritu crítico e informarse un poco porque hay mucha información incorrecta. Hay que aprender para diferenciarla.

P. ¿Los medios están detrás de esa información incorrecta?

R. Los medios colaboran cuando hacen artículos donde las fuentes no son buenas. También cuando cogen un estudio científico y sacan una conclusión descabellada para terminar haciendo un titular que no tiene nada que ver. Sin embargo, hay algo que es más culpable, y son las industrias alimentarias que hacen campañas de marketing sin ningún control. Muchas veces legales, pero que confunden a la gente. Tenemos unos estamentos gubernamentales que no lo están controlando y que tampoco se encargan de que la población tenga información más fiable. En ese escenario los medios serían los menos culpables.

P. ¿A quiénes benefician esas campañas?

R. A la industria alimentaria, que es a la que le interesa llenarse los bolsillos. La clase política no quiere hacer intervenciones donde se vaya a ver mermado el beneficio dentro de su propia legislatura. Las medidas de nutrición muchas veces dan resultados a largo plazo y por eso no se quieren meter ahí, es un gran hándicap.

P. Algo que aparece continuamente es que el desayuno es necesario y que también es la comida más importante del día. ¿Son mitos?

R. Así es. Si analizamos esa frase en nuestro contexto cultural, la comida más importante sería la del mediodía. Esto se usa para justificar desayunos totalmente insanos día tras día, que es lo que sucede en gran parte de la población infantil y adulta. No hay evidencia científica para hacer esa afirmación. Quien tenga hambre que desayune, pero alimentos saludables y no bombas azucaradas.

La palmera de chocolate en la merienda nos parece genial, pero nadie se la daría para cenar. Entonces, ¿a qué hora empieza a ser insana esa palmera?

P. ¿Se beneficia la industria alimentaria de sacar productos para una determinada hora del día?

R. No hay otra ingesta que tenga alimentos solo para ese momento. Hay cereales de desayuno y cacaos de desayuno. Sin embargo, no tienes patatas de cena, tienes patatas y ya está. Hay una gran industria que ha montado un marketing y una especulación con el desayuno muy fuerte. El desayuno y la merienda son los dos principales focos de darle a los niños alimentos insanos. 

“Quitarle el plástico a una magdalena no es más rápido que quitarle la piel a un plátano”

P. ¿Hay que variar la alimentación según la edad?

R. Tanto el niño de un año como los padres deben consumir los mismos alimentos. Lo que varía es el tamaño de la ración dependiendo de las necesidades de cada uno. En el caso de los niños muy pequeños cambian las texturas, a veces hay que dárselas más fáciles de masticar o tener cuidado con el atragantamiento.

P. ¿Hay algún nutriente que sea más necesario dependiendo de la etapa?

R. Los nutrientes necesarios son los mismos en todas las etapas. Puede haber variaciones en cuanto a cantidades dependiendo de la actividad que se haga en ese momento. Una persona que no padezca un problema específico y mantenga una alimentación saludable los iría cubriendo en toda su vida sin necesidad de centrarse demasiado en nada.

P. ¿Todos los niños deben comer la misma cantidad?

R. Cada persona es diferente y la cantidad depende de la actividad física, el peso, la altura o el momento vital en el que esté. Las necesidades son distintas e incluso varían según el día. No necesitamos todos los días lo mismo. En caso de que no haya patología no es necesario hacer un cálculo exacto de cada persona. Podemos dejar que se guíe por su apetito y saciedad, siempre y cuando la oferta de alimentos sea variada y saludable. Comer es algo que hay que hacer sí o sí, con lo que habría que dejarlo aparte de todo este tipo de chantajes de premios y castigos

P. ¿Es bueno que se les obligue a que se terminen la comida?

R. Para nada. Obligar a los niños a comer no es una buena idea. Un niño sano es perfectamente capaz de autorregularse y solo ellos saben qué tienen que comer. Las necesidades calóricas de los niños son muy variables. Aun siendo de la misma edad, altura y peso pueden tener necesidades calóricas incluso de un 50% de diferencia. El crecimiento no es lineal. No se crece cada día lo mismo y solo ellos saben lo que necesitan en ese momento. Nosotros lo que podemos hacer es poner a su alcance alimentos saludables y dejar que ellos mismos regulen la cantidad.

P. A veces, para que los niños se coman las verduras del plato, se les compensa con un dulce, ¿está bien?

R. Estamos usando como premio alimentos insanos y como castigos alimentos sanos. El niño se pregunta cómo algo que le dices que es malo se lo das como premio. Es lo mismo que decirle que hoy como premio vais a cruzar la calle con el semáforo en rojo. Eso lo hacemos con la comida. Por otro lado, no usamos ese tipo de juegos con otras cosas que también hay que hacer cada día como lavarse los dientes o bañarse. No se les dice que como han sido buenos no se lavan los dientes. Ese tipo de actitudes predisponen a una mala relación con la comida, incluso puede contribuir al desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria en edades más avanzada. 

P. Si los padres consideran que el niño come poco, ¿se le debe dar ultraprocesados para subir su ingesta?

R. No tiene ninguna justificación en un entorno como el nuestro de disponibilidad que se den alimentos insanos en dietoterapia. Un niño que esté sano, alegre, jugando y que no tenga ningún tipo de problema no está comiendo poco, aunque los padres opinen otra cosa.

Si hablamos de un niño con patología tenemos que prever una desnutrición. Igual que los neumólogos no invitan a fumar, nosotros no tenemos que invitar a comer alimentos insanos en ningún caso. Tenemos muchísimos recursos y el hecho de recurrir a ese tipo de alimentos lo que indica es que hay muy pocos recursos por parte del profesional y muy pocos conocimientos. No hay por qué pasar por alimentos que aumentan el riesgo de otro tipo de enfermedades en un niño, que en este caso ya estaría enfermo. Eso se hace en los hospitales, cuando hay un niño ingresado desayunando Cola Cao con galletas.

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Mesa redonda “Verdades científicas y mentiras que hacen pupa”- Cristina Riera

P. ¿Es más rápido y sencillo tomarte un desayuno ya preparado que prepararte uno saludable?

R. Esa es una excusa que demuestra pocos recursos. Muchas veces hace falta información. Quitarle el plástico a una magdalena no es más rápido que quitarle la piel a un plátano. Poner en un bol choco krispies no es más rápido que poner copos de maíz sin azúcar. Tomar leche sin Cola Cao es más rápido que ponérselo. Coger un puñado de frutos secos no es más lento que coger un bollo. Tomarte una tostada con tomate y aceite no es un trabajo inasumible hoy en día.

P. ¿La obesidad es una enfermedad? ¿Cuáles son las consecuencias?

R. Sí, es una enfermedad. La obesidad es un factor de riesgo para diabetes tipo 2, hipertensión, varios tipos de cáncer, apnea del sueño y además, genera un mayor riesgo de padecer infertilidad.

También es un problema a nivel psicológico. Las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de depresión, ansiedad y puede ser un factor de exclusión social. En niños con obesidad hay un mayor riesgo de bulliyng y de acoso escolar. A las personas adultas con obesidad puede suponerles un problema a la hora de encontrar trabajo, especialmente a mujeres, que se les juzga más por la imagen.

P. ¿Cómo afecta la pobreza a la obesidad?

R. En las clases más humildes es donde mayores tasas de obesidad hay, tanto en adultos como en niños. Se dice que en ese tipo de enfermedades no transmisibles importa más el código postal que el código genético. Los barrios más desfavorecidos tienen menos infraestructuras y menos parques. Las familias con menos recursos económicos no solo es que no compren tantos alimentos saludables es que no pueden llevar a esos niños a actividades extraescolares deportivas.

En esa población es muy importante que cambiemos la comida insana que solemos llevar a los bancos de alimentos porque son los que tienen mayores tasas de obesidad. Es muy importante que se hagan campañas de salud pública en todos los ámbitos, no solo de comida saludable. También hay que poner polideportivos, habilitar parques e invertir en extraescolares asequibles deportivas.

P. Para combatir la obesidad infantil, ¿es necesario un cambio de alimentación en la familia?

R. No es viable ni aconsejable intentar que el niño coma diferente cuando el resto de la familia sigue comiendo insano. Si tiene malos hábitos es porque en casa los tienen. Es raro que haya un niño obeso en una familia donde los demás tienen buena salud y hacen deporte. La intervención nutricional en los niños siempre va enfocada a todo su entorno y así que sea el entorno el que acabe cambiando la alimentación del niño.

P. ¿Cómo pueden saber los padres que están alimentando bien a sus hijos?

R. Si el niño está alegre, no tiene ningún problema de salud, no se encuentra mal, va aprendiendo y desarrollándose dentro de la normalidad, en principio, no hay que temer de que le pase algo. Puede haber niños que estén bien y se estén alimentando de forma insana. La alimentación no es algo sobre lo que se ve el efecto a corto plazo, puede percibirse en meses e incluso en años. Habría que apelar al sentido crítico de los padres para hacer una revisión de lo que se está comiendo en casa y ver si se puede mejorar o no, e implementar cambios.

“Mucha gente cree que solo hay proteína de calidad en los alimentos de origen animal. Piensan que una comida sin carne o pescado ya no es una comida”

P. ¿Un niño puede ser vegetariano/vegano y estar saludable?

R. Sí.

P. ¿Por qué hay tanto miedo a que los más pequeños sigan esta alimentación?

R. Hay muchos mitos sobre esta alimentación, además de profesionales sanitarios que a falta de información tiran de mitos obsoletos. En España la formación en alimentación vegetariana es muy pobre o nula, incluso en las carreras de nutrición. Se van modernizando, pero hay muchos profesionales en activo que no han estudiado nada, o solo mitos. En vista de que la población vegetariana y vegana no deja de crecer estaría bien que hubiese una actualización e información de calidad. Así a esas familias podríamos darles respuestas igual que a las otras. Si ya hay mitos en la alimentación tradicional, en la vegetariana mucho más.

“Tenemos una publicidad que no se detecta y que pasa como opinión o publicación desinteresada”

P. ¿Por qué dicen que es una imposición de los padres?

R. En la alimentación infantil todo es imposición de los padres. Desde el que toma bollycao al que toma leche con Cola Cao. A los niños se les impone la alimentación, los zapatos que van a llevar, el colegio al que van a ir o la marca del champú.

P. ¿Son una buena fuente de proteína las legumbres?

R. Sí, excelentes.

P. ¿Por qué no se les da tanto valor siendo un recurso saludable y económico?

R. Mucha gente cree que solo hay proteína de calidad en los alimentos de origen animal. Piensan que una comida sin carne o pescado ya no es una comida. También es un tema de practicidad, hay gente que no sabe cocinar legumbres. En cambio, todo el mundo sabe poner una pechuga de pollo en la sartén. A la gente no se le ocurre que con con este alimento puedes hacer hamburguesas o patés tipo hummus. No tiene buen marketing. Tampoco suele estar en los restaurantes, sobre todo sin carne.

También están los mitos de que las proteínas vegetales son incompletas. El garbanzo es una proteína completa y las legumbres que no lo son no pasa nada, las completamos con otros alimentos. Son una buena fuente de fibra y de hierro. 

P. ¿Es bueno que los niños que no son vegetarianos o veganos reduzcan su consumo de carne tomando alimentos vegetales como el tofu o la soja texturizada?

R. Sabemos que el consumo de la carne en los niños está por encima de lo recomendado. Las campañas públicas de salud enfocadas a alimentación infantil deberían enfatizar en alimentos como las legumbres o los frutos secos que tiene ventajas en la salud. Sin embargo, nos encontramos con lo contrario. 

Ahora que esos productos como el tofu o la soja están al alcance en los supermercados, son una buena opción. El tofu a los bebés y a los niños les viene muy bien porque es muy blando, tiene una textura y un sabor muy fácil. Los pequeños se lo suelen comer mucho mejor que la ternera. Siempre hablando de buenos procesados y no de ultraprocesados. No me refiero a salchichas y hamburguesas de tofu, esas como las de carne, cuantas menos mejor.

P. ¿Cómo deben actuar los padres frente a un entorno que considera radical la manera que tienen de alimentar a sus hijos?

R. Como adultos que somos, debería dejar de importarnos tanto lo que piensen los demás, sobre todo, si estamos convencidos de que estamos haciendo algo bien. Hay que tener personalidad y menos necesidad de aprobación. Se puede pasar o intentar involucrarse y proponer cumpleaños más saludables o mejoras en el comedor escolar. Depende lo que cada uno esté dispuesto a enfrentarse al entorno y cómo sea el entorno, no todos están igual de receptivos.

P. ¿Cómo afecta la publicidad de las familias de influencers que salen en las redes sociales?

Aún no sabemos cómo afecta porque es algo muy nuevo. Hasta ahora en los medios de publicidad tradicionales un adulto era capaz de identificar que lo que está viendo es un anuncio. En las redes eso se ha empezado a mezclar e incluso los adultos no distinguen si lo que están viendo es un consejo desinteresado o pagado. Es ilegal hacer publicidad encubierta en redes sociales, pero se sigue haciendo. Tenemos una publicidad que no se detecta y que pasa como opinión o publicación desinteresada. Esas familias o madres influencers venden una idea aspiracional. Nos enseñan vidas con casas muy bonitas, niños perfectos y vacaciones maravillosas. Las personas que les ven quieren ser como ellos. Quizás no lleguen a tener esa casa con la piscina ni a irse de vacaciones a las Maldivas, pero esas galletas sí que se las pueden comprar, o el zumo sí que se lo pueden dar a su hijo. Les deberíamos pedir responsabilidad a las personas con tanta influencia para que no engañen a sus seguidores y cuando les estén pagando lo digan. La ley obliga a avisar de las publicaciones pagadas, aunque no se haga.